Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.

A alguien le va a costar dormir por la noche...

De esa forma los seis emprendieron el viaje de regreso a la ciudad, aprovechando las últimas horas de luz. Sin embargo, no importó cuántas vueltas dieron a lo largo y ancho del poblado, la posada no estaba allí. Era de esperarse, suponían.

—Mi señor, creo que esos campesinos estaban mintiendo—dijo uno de los cultivadores al mismo tiempo en el que tomaba a su caballo por las riendas—. Deberíamos volver al embarcadero de loto y analizar la situación con tranquilidad Si bien la energía yin es intensa, la historia del cultivador desaparecido suena por demás absurda.

—Concuerdo. Líder Jiang, deberíamos buscar una segunda opinión—agregó otro.

Jiang Cheng arrugó el entrecejo, indeciso.

—Pues yo sí les creo.—Lingjiao estaba cruzada de brazos, molesta por la arrogancia detrás de las palabras de sus compañeros—. ¿Qué ganarían con inventar algo así? Somos testigos del estado en el que está la ciudad y el terror en el rostro de esa pobre gente, ningún beneficio obtendrían por mentirnos. Quizá el espectro crea espejismos, ¿es eso posible, líder Jiang? Tal vez la posada aparecerá por la noche, o mañana incluso. ¿Por qué no les damos el beneficio de la duda? Pasemos la noche aquí.

No, honestamente no quería pasar la noche allí, ni tampoco adentrarse en hoteles abandonados. Pero, ¿qué más podía hacer? La actitud altiva de sus shixiongs le estaba colmando la paciencia.

—¿Y cuál es el fundamento detrás de tus palabras, shidi? Alguien como tú carece de toda formación acerca de espectros y demonios, ¿bajo qué presupuestos aseguras que esta gente no nos ha mentido?—era el mismo cultivador que la había traído hasta la ciudad el que ahora intentaba desacreditarla. Bajo ningún concepto volvería a subirse al mismo caballo que ese idiota.

El estómago de Lingjiao dolía por los nervios. ¿Estaba contradiciendo a su shixiong porque le caía mal? Sí. ¿Pero eso significa que lo que decía era mentira? No, de verdad pensaba que el espectro era una realidad. Ahora bien, imposible era negar su nulo conocimiento acerca de seres sobrenaturales, por lo que dijera lo que dijera, lo más seguro era que quedase como una tonta.

—Como dije, no entiendo qué ganarían estas pobres personas con mentirnos, si lo único que quieren es alimento para sobrevivir el invierno. Ahora, piensen en la información que nos fue brindada: nadie en este pueblo desea salir de sus casas, mas se niegan a explicarnos el motivo de su temor. Esto se condice con la historia del campesino, la maldición que cae sobre aquellos que no resistan su ataque. Esto explicaría por qué nuestro informante ha regresado con las manos vacías, ¿no creen? No ha querido arriesgarse a vaya a saber qué clase de desgracias.

—Supongamos que tienes razón.—la interrumpieron—. ¿Qué hay de la posada y el cultivador desaparecido? ¿Cómo le encuentras sentido a algo así de ridículo?

Jiang Cheng se cruzó de brazos y le otorgó una mirada asesina, logrando que el hombre cerrara la boca al instante.

—Sostengo mi idea del espejismo. Este espectro se ha estado alimentando de la energía espiritual y vital de vaya a saber uno cuánta gente, por lo que sin lugar a duda cuenta con un poder temible. Imagina que siembras terror en un pueblo a tal punto en el cual te quedas sin posibles víctimas, ¿no usarías un poco de ese poder para atraer cualquier visitante que encuentres? Si no hay negocios abiertos, entonces el transeúnte no tendrá otra opción más que entrar directo en la trampa del espíritu maligno. La posada no existe, fue creada porque el cultivador deseaba un lugar para pasar la noche—increíble cómo había soltado semejante monólogo. No se sentía tan elocuente desde que improvisó su supuesta backstory trágica para convencer a Jiang Fengmian.

—Idiota, ¿por qué un espectro de semejante nivel se molestaría por aterrorizar una pequeña ciudad costera como esta?—había irritación en el tono de voz de su shixiong, como si no pudiese concebir que alguien como Lingjiao hubiese llegado a semejante conclusión sin ayuda de nadie.