Tan cerca, pero tan lejos.

997 179 34
                                    

Uno diría que, después de semejante humillación, Wen Chao subiría su guardia alrededor de su novia. Pero, para suerte de nuestra desdichada protagonista, la capacidad intelectual de ese hombre sólo podía equipararse a la de un hámster con parálisis cerebral, haciendo que manipularlo fuese más fácil que piratear Los Sims 4. No requirió demasiado esfuerzo escapar invicta de su metida de pata. Wen Chao la llevó a sus aposentos, la acostó en su cama, la sacudió por los hombros reiteradas veces, e intentó hacerle respiración boca a boca —¿para qué? Era un misterio—. Por supuesto que en el mismísimo instante en el que Wang Lingjiao sintió la respiración de Wen Chao cerca de su rostro, abrió los ojos de par en par y se alejó con brusquedad, fingiendo demencia una vez más. 

Después de lo que podría describirse como la conversación más incómoda del universo —tuvo que lloriquear mucho, adular mucho, coquetear mucho, prometer mucho—, Wen Chao se fue de la habitación medianamente conforme. Wang Lingjiao lo compensaría pronto, o eso le había dicho.

Para desgracia de Wen Chao, esa tan anhelada compensación nunca llegaría. Esa misma noche, mientras Lingjiao convencía a su novio de que padecía una rara afección en la sangre causada por una exagerada cantidad de picaduras de mosquito, Wen Zhuliu advirtió sobre cierto descubrimiento que podría alzar el prestigio del clan Wen. Lingjiao agudizó el oído. El plan sería enviar a un grupo de cultivadores al lugar indicado y obligarlos a matar a la bestia: Wen Chao saldría de allí con una  cabeza cercenada en las manos, y ellos tendrían suerte si sobrevivían la cacería. ¿No sonaba esto demasiado familiar?

La expedición se llevaría a cabo a penas Wen Ruohan enviara su consentimiento. Teniendo en cuenta que el jefe del clan se encontraba de visita en otra región, Lingjiao contaba con un plazo de dos o tres días para planificar con detalle el robo de las espadas. ¡Por fin! ¡Por fin podría escapar de su calvario llamado Wen Chao! Tan solo faltaba un pequeño esfuerzo más...

—Entonces, utilizarás este pergamino para escabullirte en la ciudad sin noche, y este otro para esconder tu presencia de los guardias— Wei Ying movía las manos de un lado a otro dibujando diferentes signos en el aire—, y este otro para forzar la cerradura, pero por las dudas, deberías también saber cómo crear este otro más, por si necesitas noquear a alguien. ¡Ah! También deberías colocar este en la espalda de Wen Chao, ya sabes, por si despierta antes de tiempo.

Estaban sentados bajo el mismo árbol de siempre, frente a frente. Lingjiao asentía una y otra vez, incapaz de seguirle los movimientos a las hiperactivas manos de su interlocutor. Mentiría si dijera que se sentía confiada de sus nuevas habilidades de cultivación —después de todo, qué eran años de entrenamiento contra una semana y media de explicaciones vagas—,  pero, ¿qué más podía hacer? La tranquilidad era lujo cuando se tenía a Wei Wuxian como profesor. 

—¿Qué harás tú?—preguntó. Hasta el momento, las únicas indicaciones sobre qué hacer, adónde ir y a quiénes evitar solo la tenían a ella como protagonista, sin embargo, sería ingenuo de su parte suponer que Wei Ying se quedaría con los brazos cruzados mientras ella acaparaba toda la diversión.

—¿Crees que el valiente Wei Wuxian dejaría sola a una pobre damisela?—Wei Ying le dio un gran mordisco a un bollo al vapor que Lingjiao había traído para él— Solo digamos que tengo mis propios métodos... ¡ya verás! ¡Estoy seguro de que no pararás de elogiarme! 

Ojalá tener consigo a su hermoso abanico. Hubiera sido utilizado para golpearlo en la frente. ¿Por qué tenía que comportarse tan desvergonzado en un momento como ese? ¡¡Si tan solo supiera todo lo que estaba en juego...!! 

Pero por muy impredecible y espontáneo que Wei Ying pudiera ser, también se trataba de un joven brillante. De todas las personas a las cuales podría haberle pedido ayuda, Lingjiao sentía que el único en el que podía confiar ciegamente era él. Ante la calidez que le brindaba pensar en lo muy afortunada que era en haber logrado congeniar con él, sonrió. Ese gesto, Wuxian no lo dejó pasar.

Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora