Capítulo 115:
Tan pronto arribaron al Embarcadero de Loto, Jin Ling se perdió entre los muelles sin siquiera anunciarse frente al resto. Esta actitud altanera suya tenía en realidad una razón de ser, o bueno, podría decirse que en realidad dos.
La primera: tenía miedo de enfrentarse a Jiang Cheng no sólo por el pequeño detalle referido a Zidian, sino por su nueva derrota a la hora de regresar con trofeos de su cacería nocturna. Jin Ling odiaba que su tío reclamara su falta de destreza, incluso si al final del día solía amortiguar sus frases con alguna que otra palabra de afirmación, de esas que, por lo general, sugería su tía a modo de consuelo. Él sabía que debía esforzarse más, que debía parecerse más a su padre, que debía actuar con mayor tenacidad, porque de otra forma nunca lograría que esos cumplidos huecos se transformaran en una verdadera demostración de orgullo.
De aquí se desprendía el segundo y más pesado conflicto: aquella excursión a Ciudad Yi junto a su tía y Wei Wux- Mo Xuanyu, se sintió de principio a fin completamente diferente a todas esas misiones que hubo aceptado en nombre de su jiujiu o su shushu. ¿Cómo explicarlo? Era casi como si el haber investigado a la par de ese hombre tan extraño hubiese despertado un nuevo sentimiento en su interior, una suerte de complicidad y calidez que no había experimentado en años y años de cacerías nocturnas. Sus amigos se sintieron diferente, su tía se sintió diferente, y la guía propiciada por su tío y Hanguang-jun no se asemejaba a ninguna de las clases que alguna vez compartió con Jin Guangyao o Jiang Cheng. ¿Por qué? ¿Qué tenía de especial? Era como si, por primera vez, contra todo pronóstico y contra todo orgullo, Jin Ling se había sentido contenido, y en esta contención había aprendido lo que era cazar sin competir, cazar sin presiones, cazar sin expectativas. Podría acostumbrarse a eso, ¿cierto? ¿Tenía derecho a algo así?
Sin embargo, desde que Jin Ling se separó de Wei Wuxian y Lan Wangji, la situación había vuelto a tornarse un tanto tensa en su camino de regreso a Yunmeng. Ming Jia se percibía algo extraña, como si esos ojos suyos que siempre le denotaron complicidad ahora estuvieran teñidos de una preocupación un tanto impropia en ella, quien siempre le otorgaba la delicadeza que su jiujiu no demostraba ante él. ¿Tenía este cambio suyo que ver con Mo Xuanyu? En la posada lo había regañado en cada instancia de quejas, ¿no? Quizá estaba enfadado con él por haber actuado así de insolente.
Pero Ming Jia no podía culparlo por reaccionar así, ¿qué mierda se suponía que debía hacer? Su jiujiu le enviaba señales difusas, ella le enviaba señales difusas, todo el maldito mundo había pasado años enteros de su vida diciéndole que "lo entendería cuando fuese mayor", ¿¿¿y??? ¿¿Qué se supone que tenía que hacer con eso?? Tenía que odiar a Wei Wuxian porque su jiujiu parecía odiarlo también, porque había arremetido contra su integridad física en Lanling, porque había intentado capturarlo no una sino dos veces seguidas. No tenía que odiar a Wei Wuxian porque su ayi parecía quererlo, porque había peleado con Wanyin al verlo arremeter contra ese hombre, porque se había enojado con él cuando discutió con Sizhui acerca de la verdadera naturaleza del Patriarca. ¿A quién tenía que hacerle caso? ¿Qué camino debía tomar? ¿En quién tenía que confiar?
Que forjara su propio criterio, ¡claro! ¡Como si fuera así de fácil! ¡Como si pudiera cerrar los ojos y hallar la respuesta a todas sus incógnitas! Que si Wei Wuxian había herido a su madre, que si era su culpa que ahora no pudiese criarlo como al resto de sus amigos. Que si la flauta del Patriarca descansaba en su Salón Ancestral, que si su memoria debía ser mantenida a pesar de los rumores. No le hables a tu madre acerca de Wei Wuxian, le había comentado una vez su jiujiu. ¿Por qué? ¿Cómo pretendían que tomase una decisión si nada a su alrededor tenía sentido...?
Por su lado, Lingjiao hubo mantenido su bocota cerrada día tras día hasta su llegada al Embarcadero de Loto. Se trató de una misión un tanto complicada, no iba a mentir, pero aún así hizo todo lo humanamente posible para brindarle a Jin Ling el espacio suficiente para digerir él solo sus sentimientos. Luego de haber peleado en la posada, un par de comentarios un tanto pasivos fueron regalados en su dirección, intentando tantear terreno a la hora de descubrir si el niño odiaba o no a Wei Ying como en la novela original. No pudo, por más que lo intentó, arrancar de sus labios nada más que un par de sonidos un tanto molestos, logrando que Lingjiao desistiera y continuara inmersa en su propio torbellino interno de pensamientos.
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Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.
FanfictionA la hora de elegir un personaje en el cual transmigrar, los Sistemas suelen priorizar dos aspectos: irrelevancia y maldad. Para hallar una víctima de transmigración, en cambio, el requisito excluyente es padecer una muerte ridícula. Wang Lingjiao n...