Capítulo 116:
Retomando lo anteriormente adelantado: un mes después de la escondida propuesta de matrimonio por parte de Lingjiao, el gran día por fin había arribado. No porque Jiang Cheng hubiese movilizado sus desgastadas neuronas y descubierto el significado detrás de ese anillo —del cual ya tenía ciertas sospechas, pero su ansiedad le impedía enhebrarlas—, sino porque esa misma noche Jin Guangyao sería oficialmente acusado por el asesinato de Jin Zixuan.
Lingjiao no tenía idea de qué clase de deducciones habrían arrastrado a Wei Wuxian hacia el camino de las sospechas, pero siendo sinceros ella suponía que no debió costarle demasiado. Después de todo esta vez no necesitaban de la ayuda de Lan Xichen para descubrir la identidad del cuerpo sin cabeza, pues Wei Wuxian conocía bien al marido de Jiang Yanli. Una vez vinculado el cadáver feroz con Zixuan, Lingjiao suponía que no existían demasiados sospechosos de los cuales desconfiar, ¿cierto? ¿Quién podría cometer un crimen tan atroz contra Jin Zixuan más que el único hombre que se hubo beneficiado con creces de su muerte? Incluso bajo la oposición de Lan Xichen, las posibilidades eran realmente reducidas. ¿Wei Wuxian y Lan Wangji considerarían esas migajas como una corazonada lo suficientemente sólida?
De todas formas, sospechara o no Wei Ying de Jin Guangyao, esa noche las primeras cartas serían entregadas. Eso significaba que Qin Su descubriría la verdad detrás de su matrimonio gracias a la intromisión de Nie Huaisang y Lingjiao, y tarde o temprano el resto de sus crímenes terminarían por salir a la luz. Sólo tendría que continuar resistiendo, ¿cierto? Vigilando y resistiendo. Hasta el momento, sus planes no habían sufrido ninguna clase de contratiempo.
Jiang Cheng pudo notar sin demasiada dificultad cuán nerviosa se percibía Lingjiao por ninguna razón aparente, y en respuesta él mismo comenzó a sentir cierto malestar en la boca de su estómago. No tenía sentido, ellos visitaban Lanling constantemente, e incluso hacía tan sólo un puñado de lunas habían estado allí cuidando de Jin Ling. ¿Por qué de pronto la mujer no podía dejar de mirar de un lado a otro? ¿Qué es lo que había cambiado?
Entonces lo comprendió. Todas los clanes estaban invitados a la rendición de cuentas anual, ¿cierto? Eso incluía a Gusu Lan, por supuesto. ¿Quién estaba bajo la custodia de uno de los dos jades de Gusu? Wei Wuxian. Jiang Cheng no tenía idea de si alguien tan recto como Hanguang-jun sería capaz de aparecer en plena Torre de Carpa con un hombre buscado por todo el maldito mundo de la cultivación, pero teniendo en cuenta lo fuera de personaje que resultaba el simple hecho de tener a Wuxian bajo su ala —aunque claro que él siempre intuyó que su hermano albergaba ciertos sentimientos impuros hacia ese hombre desde que eran adolescentes—, la verdad era que tampoco le sorprendería si terminaba llevándolo a Lanling junto a él. ¿Por eso Ming Jia estaría así de ansiosa? ¿Estaría esperando su oportunidad para reencontrarse?
Aunque dado el caso él también tenía que comenzar a planear sus propias actitudes, pues esta vez Wanyin debería incluirse en esa incómoda ecuación. Él se lo había prometido, tanto a Ming Jia como a sí mismo. Flaquear solamente volvería a confirmar que era el mismo cobarde de siempre, sin cambios muy a pesar de llenarse la boca con su supuesta evolución personal.
Maldición, ahora él estaba nervioso. Durante las últimas semanas ya había tenido demasiado en lo que pensar como para además tener que devanarse el cerebro articulando cómo se disculparía con su shixiong, ¿cierto? Ming Jia había confesado tener algo para decirle, mas ese secreto suyo estaba escondido detrás de la barrera generada por cualquiera fuera el significado de ese anillo cedido.
Wanyin no podía negar que se le hacía demasiado familiar, casi como si su confección fuera igual al de aquel anillo que alguna vez le dio a Ming Jia cuando la creía enamorada de Mianm-
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Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.
FanfictionA la hora de elegir un personaje en el cual transmigrar, los Sistemas suelen priorizar dos aspectos: irrelevancia y maldad. Para hallar una víctima de transmigración, en cambio, el requisito excluyente es padecer una muerte ridícula. Wang Lingjiao n...