Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.

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Capítulo 123: Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.

Encontrar a Wei Wuxian y Lan Wangji resultó un poco más complicado de lo que hubiera esperado. Por un lado Lingjiao sentía que tenía sentido el no encontrarlos, siendo que mientras ella se entrometía nuevamente donde no la llamaban, la pareja de cultivadores debía estar muy ocupada reencontrándose con Wen Yuan. Después de todo, Wei Ying todavía no se enteraba de su verdadera identidad, ¿cierto? No llevaba demasiadas horas conociendo acerca de la supervivencia de los remanentes, así que no existía en realidad razón por la cual sí hubiese estado al tanto de quién era en realidad Sizhui.

Ahora bien, por mucho que Lingjiao adorara la idea de Lan Sizhui redescubriendo a ambos de sus padres, ella todavía necesitaba robarse a Wei Ying por un par de minutos más. El hombre tenía derecho a conocer un poco más del contexto que durante tantos meses debió ignorar, más teniendo en cuenta que todavía no había tenido la oportunidad de reencontrarse ni con los remanentes Wen, ni con Jiang Yanli. El irse a vivir su nueva vida hogareña con Wangji sin antes atar todos esos tan emocionales cabos sueltos resultaba, entonces, completamente descabellado.

Aunque el necesitar brindarle un poco más de historia a Wei Ying no implicaba que no se sintiera al menos un diez por ciento culpable por entrometerse en la flamante nueva pareja, y por esa misma razón a Lingjiao le dio un poco de vergüenza interrumpirlos tan pronto se topó con ellos. ¿En qué estaba pensando? Debió haber regresado a Yunmeng sin pensarlo dos veces, ¡por supuesto que eventualmente Wei Wuxian regresaría al Embarcadero de Loto! ¿Por quién lo tomaba? Alguien como Wei Wuxian nunca olvidaría su encuentro pendiente con Jiang Yanli.

De todas formas la discreción no era uno de sus fuertes —al menos no cuando los involucrados eran Wei Ying y Lan Zhan—, lo que desencadenó en Wei Wuxian advirtiendo su presencia asomándose por detrás de un árbol, lo que le llenó a su vez el corazón de un muy extraño sentimiento de deja vu.

La primera vez que Wang Lingjiao y Wei Wuxian se vieron, allá en la vieja Ciudad Sin Noche, él la había descubierto espiándolo por detrás de un árbol tal y como en ese mismo instante. Algunas cosas no cambiaban, ¿cierto? Lingjiao había sido una constante en su vida desde que era nada más que un pobre e iluso adolescente descarriado.

—¡Eh! Pero mira nada más quién ha decidido perseguirnos—comentó Wei Wuxian, risueño. Sí, el hecho de que Lingjiao se hubiese tomado la molestia de seguirles el rastro hasta dar con ellos en el bosque tenía más sentido de lo creído, pues a esta altura de su vida Wuxian estaba más que seguro que la mujer en cuestión escondía mucho más que unas modestas buenas intenciones—. ¿Qué pasó? ¿Te perdiste en tu camino hacia Yunmeng?

Los ojos de Wei Wuxian escanearon las cercanías por un buen puñado de instantes, pero tal y como él intuyó, Lingjiao no había traído consigo a Jiang Cheng ni a Jin Ling. Eso significaba que, lo que fuera que estuviera a punto de decirle, provenía netamente de sus propios planes malvados y no se relacionaba en nada con el extraño desarrollo emocional de su shidi.

—Wei Wuxian, creo que sabes por qué estoy aquí—respondió Lingjiao. Esta vez no era una jovencita recién transmigrada, esta vez no temía que Wei Ying desconfiara de ella y la asesinara. Por eso, a diferencia de su encuentro en Qishan, en esta ocasión Lingjiao no titubeó ni por un ínfimo instante al hablar—. Hanguang-jun, por favor, permítame hablar con mi shixiong a solas.

Por supuesto que tenía que pedirle permiso a Lan Wangji, bien sabía ella lo muy territorial que el susodicho podía llegar a ser. Incluso si intuía que cualquier enemistad —hipotética, imaginaria o real— entre ambos había ya sido saldada, aún así dudaba que el hombre quisiera separarse de Wuxian luego de haber batallado tanto por una confesión amorosa.

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