Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.

Los peligros de Gusu Lan (primera parte).

Podría sonar increíble, incluso tonto, pero Lingjiao no había visitado el Receso de las Nubes ni una sola vez en el correr de toda su larga y miserable vida. Cada vez que Jiang Cheng tenía que partir hacia estos tan peculiares paisajes, alguna misión íntegra de Yunmeng Jiang la obligaba a permanecer calentándole el asiento junto a Madam Yu, o simplemente no se le permitía asistir puesto que sólo los líderes de secta eran invitados.

La curiosidad acerca de semejante lugar la traía con los pelos de punta desde su transmigración, por lo que tan pronto como Nie Huaisang le comentó que esta vez todos estaban invitados, la mujer casi sale eyectada de su asiento por la emoción. Claro que esta pequeña semana en el paraíso tenía como doble intención el hablar con Lan Xichen acerca de la música de Gusu Lan y sus usos, pero siendo sinceros, esa subtrama resultaría lo suficientemente lenta y paulatina como para permitirle a Lingjiao recorrer hasta el último rincón de esa secta —de todas formas también tendría que aprender a canalizar el poder demoníaco a completamente a ciegas—. La mujer quería espiar los conejos de Lan Zhan, bañarse en las aguas frías de sus lagos, vestir esas vistosas túnicas blancas como la nieve de las cuales Wei Ying tanto se burlaba, recorrer los pasillos por los cuales tantos hitos importantes fueron llevados a cabo durante la adolescencia de Lan Wangji y Wei Wuxian..., las posibilidades eran claramente infinitas. ¡Y las buenas noticias no terminaban ahí! Lingjiao por fin podría entablar una conversación con a-Yuan, siendo que la última vez tan sólo pudo despedirse de él cuando éste partió junto a Hanguang-jun luego de cruzar caminos en la residencia Wen. En serio no existía ni un sólo inconveniente en lo que a visitar Gusu respectaba. ¡Estaba tan emocionada!

Al llegar a Gusu, a Lingjiao en serio le costó esconder su cara de feliz cumpleaños, incluso frente a Lan Xichen y el resto de los líderes de secta presentes. Pero es que era simplemente inevitable, ¡estaba en el Receso de las Nubes! ¡Estaba en territorio de Gusu! De verdad se sentía como todo un evento turístico, pues la mujer incluso se detuvo a admirar en silencio la inmensa piedra donde descansaban las miles de reglas del clan —las cuales, de paso, se encargaría de seguir a rajatabla—. Tan sólo esperaba que sonreír no estuviera prohibido, ¿no? ¿¿O acaso sí lo estaba??

Lo único malo fue que tan pronto como la mujer puso un pie en el primer pasillo del Receso de las Nubes, una realidad completamente olvidada le cayó como baldazo de agua fría: los hombres y las mujeres siempre permanecían en lugares separados. Eso significaba que no podría dormir en la habitación conjunta a Nie Huaisang, ni tampoco podría escabullirse con Jin Ling tal y como solían hacer en la Torre de Carpa a menos que contara con el permiso pertinente. No, Lingjiao sería lanzada a un edificio aledaño donde compartiría cuarto con otras cultivadoras a las que nunca había visto en toda su existencia; los infortunios de ser asocial, podría llamarse este arco. ¿Qué culpa tenía de ella de que todo su círculo más cercano estuviese compuesto solamente por hombres?

—Ming-guniang, espero no ofenderla con esta decisión, pero reglas son reglas—comentó Lan Xichen, con ese rostro tan gentil suyo frunciéndose en un increíblemente encantador gesto de preocupación. En serio que nadie más que él podría pensar que se enojaría por algo tan trivial como una habitación, ¡pero así lo quería!

—No se preocupe, en caso de requerir una audiencia con usted, a-Sang se lo comunicará y vendremos los dos juntos.—Lan Xichen ya había sido avisado de que los dos deseaban hablar a solas acerca de cierto asunto privado, por lo que afortunadamente esta separación genital tan molesta debería ser rota tarde o temprano.

—Por supuesto, usted sólo dígalo y tomaremos el té los tres. Espero que encuentre en Gusu la comodidad que tanto desea, ¿no, Wangji?—Xichen se volteó hacia su hermano, quien estaba parado justo a su lado observando a Lingjiao desde la comisura de sus ojos. En qué estaba pensando, eso era un misterio.