¿De verdad seis mil palabras de esto? [+18]

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¡Hola! Soy el disclaimer que estaban esperando, degeneradxs. Este capítulo no tiene trama, literalmente.

Jiang Cheng estaba sentado en el borde de su cama, con ambos brazos cruzados frente a su cuerpo, conteniendo la respiración debido a ese nerviosismo tan peculiar suyo. Ming Jia había dicho que iría a buscar el vestido y luego pasaría por allí, ¿cierto? ¿Estaba hablando en serio o solamente intentó jugar con él? Por el amor a todos los dioses, ¿en qué estaba pensando?

La puerta de sus aposentos se abrió lentamente mientras él continuaba allí pensando.

Ming Jia estaba posada justo bajo el umbral de esa puerta, con el montón de túnicas violetas dobladas entre sus brazos, con el rostro expresando cierta mezcla de diversión y expectativa. ¿Qué es lo que le causaba tanta gracia? ¿Había algo en su postura que le resultara divertido? ¿En su expresión? ¿En la forma en la cual la había esperado por ella tal y como hubo prometido? Si estaba allí significaba que había aceptado su propuesta, ¿cierto? No se trató -de nuevo- de tan sólo una provocación vacía salida de los risueños labios de Ming Jia, esos que tantas veces en el pasado utilizó para hacerlo bajar la guardia y cometer estupideces.

Ziteng dejó el manojo de ropas sobre uno de los tantos muebles que componían su habitación y, luego de recorrer cada rincón con la mirada, se sentó en el borde de la cama justo a su lado y ladeó la cabeza en su dirección con esa sonrisa suya impregnada en la cara.

Se sentía casi como si estuviese observando un objeto demasiado precioso para ella.

¿Ming Jia lo consideraba precioso, acaso? Ya sabía que lo amaba, se lo había dejado en claro varias veces en el pasado, la noche anterior inclusive. Mas no importaba cuántas confirmaciones verbales tuviera, a él todavía le costaba procesar todo lo que esa frase conllevaba. Que Ming Jia lo estuviese contemplando de esa manera encendía los retazos de esa pequeñísima llama de incertidumbre que aún lo acompañaba.

-¿Entonces? ¿Qué se le ofrece, Jiang Wanyin?-si bien los dos sabían para qué se habían reunido esa noche, la verdad era que de todas formas no podían, o quizá no querían, ir de lleno al acto en sí. Siempre era divertido jugar un rato previamente.

-Quiero preguntarte algo-inquirió Jiang Cheng, tratando de acallar a su vez esa tan molesta voz que le pedía atacarla tan pronto como invadiera su espacio personal de forma consciente o inconsciente. Qué incómodo se sentía el deseo-. ¿Cómo se sintió vivir en Qinghe Nie?

Lingjiao alzó ambas cejas, sorprendida por lo fuera de tópico que se sentía esa pregunta. Pero estaba bien, por supuesto que estaba bien, porque desde el mismísimo momento en el cual deslizó la puerta que separaba el corredor de la habitación de Jiang Cheng, ella sintió a la perfección lo intranquilo que se encontraba. Además, de todas formas los dos todavía tenían demasiado que contarse, demasiado que compartirse, antes de siquiera llamarse capaces de retomar la misma dinámica romántica que alguna vez compartieron entre esas mismas cuatro paredes. Mucho tiempo había transcurrido desde ese entonces.

-Qinghe Nie y Yunmeng Jiang son como el día y la noche, podría decirse. No sabría bien qué destacar en específico, siendo que no he trabajado para Chifeng-zun de la misma forma en la que he trabajado para ti. Es esa la razón por la que no estoy al tanto de muchas de las internas propias del círculo más íntimo de la secta.-mientras que Lingjiao explicaba, todo su cuerpo se había inclinado con constante lentitud hacia Jiang Cheng, terminando la oración prácticamente entre sus brazos. Bien pensó ella que, de ahora en más, Wanyin no se escaparía de tenerla encima suyo cual chicle en cada ocasión existente-. Aún así debo confesar algo, y ese algo es que Nie Mingjue y tú son bastante similares.

Jiang Cheng frunció el ceño ante ese último comentario, posando ambas manos en la cintura de Lingjiao para así levantarla y acomodarla sobre sus piernas, mirándola frente a frente.

Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora