Prólogo

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11 de octubre

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11 de octubre. Año 2022.

No recuerdo... ¿Cuando mi vida terminó así? Tan confuso, la tristeza la podría palpar con la punta de mis dedos.

Todo es tan... Gris.

Mi visión se había vuelto borrosa, apenas siendo capaz de distinguir el color de las luces que saltan a la vista del vehículo blanco, ¿Es eso rojo y azul? Creo que se ve opaco. Sentía que estaba flotando aunque mi cuerpo simulara ser una tonelada, ¿Tonelada de qué? Me llevaban a esa camioneta, no lograba identificarla, las luces eran tan fuertes contra mis ojos que me obligaban a cerrarlos cada vez que intentaba enfocar algún objeto en frente pero fallaba miserablemente.

Sumado a eso, mi cuerpo se sentía tan blando como la gelatina pero a la vez tan pesado, era incapaz de siquiera intentar levantarme y sostenerme por mi cuenta. Ah, hace poco dos figuras de blanco y negro levantaron, ¿Acaso estoy en una camilla? Se siente como estar acostada en el asfalto. Creo que me acompañaban hacía algún lugar, puede que para eso sea la camioneta.

Entre los ruidos que era capaz de identificar, estaban los gritos distorsionados de ¿mis amigas? Sí, mis amigas. Parecían extremadamente preocupadas por algo ¿Por qué estarían preocupadas? No entendía ni una palabra de lo que gritaban pero parecía ser serio; también, la incesante presión en mi cabeza comenzaba a ser irritante y molesta, un dolor de cabeza tan fuerte que me impedía cada vez más el permanecer con los ojos abiertos. Por mucho que quisiera, me era imposible. Dios... Vuelvan a apagar las luces.

Entonces esos ruidos pasaron a ser otros, ahora nos estábamos moviendo y los gritos fueron reemplazados por el ruido del vehículo al ir a toda velocidad, seguía siendo una situación bastante confusa sobre todo cuando solo quería pedirles que me regresaran a casa para estar nuevamente con mis amigas. La estaba pasando tan bien.

Eso es, la estaba pasando muy bien, entonces de un momento a otro apareció el peor dolor de cabeza que haya experimentado jamás y mi visión se apagó, todo estaba a oscuras ¿alguien apagó las luces?; solo fue un instante, pronto todo lo negro pasó a ser un intenso rojo ante mi.

Y luego gris.

Nuevamente el dolor de cabeza, esta vez siendo capaz de ubicarlo justo detrás, tal vez me golpeé y no lo recuerdo, también está el peso que siento con cada respiración, como si mis pulmones fueran bloques hechos del más pesado metal y que cortaban el aire que con tanto esfuerzo intentaba mantener en mis pulmones. No, el aire no pasaba, esto comenzaba a desesperarme pero todo mi pánico desapareció en cuanto sentí un objeto plástico cubrir tanto mi boca como mis fosas nasales. Una mascarilla. ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Qué día es? Podrían ser segundos como bien podrían ser horas entre lo sucedido y cómo llegué aquí, todo está mezclado y sin ningún sentido, mis ojos arden, ¿Estaba llorando? Justo ahora pero pocos momentos fugaces están ahí deslizándose entre mis pensamientos, pensamientos como lo bien que se siente poder respirar mejor, así sea artificialmente.

𝗔𝗻𝗱 𝘁𝗵𝗲𝗻, 𝒂𝒍𝒍 𝑓𝑒𝑙𝑙 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐭  » (𝑮)ɪ-ᴅʟᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora