En una ciudad llena de recuerdos donde pequeñas acciones las llevaron hasta ese momento. Amores y corazones rotos, el punto más alto de la felicidad y la más profunda de las tristezas.
Algo que nunca olvidarán.
-No he logrado dormir bien... Pregun...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
31 de diciembre del 2021
El último día del año, por fin se acercaba un nuevo año lleno de nuevas oportunidades para mí, para mí trabajo y, ¿Quién sabe? Estoy viendo el mundo de una manera un tanto distinta desde que conocí a todas mis amigas y con las cuales pude compartir mi nochebuena.
A pesar de hoy ser fin de año, tenía un asunto pendiente por resolver antes de comenzar con la fiesta de para la celebración de año nuevo de la cuál sería anfitriona este año.
Y sí, ese asunto era entregar sus "cosas" a Yuqi. Sus burlas sobre mi agenda apretada y mi doble vida al final, eran ciertas; por varios asuntos no pude entregarle su mercancía el día de ayer y definitivamente, no quería recibir el año 2022 con Marihuana en el cajón al lado de mi cama, por lo cual hoy sería el día que le entregaría aquello a la china.
Dos tonos fueron suficientes para que Yuqi levantara su teléfono y contestara mi llamada.
—¡Hey! Aquí está la mejor empresaria del mundo, cuéntame, ¿Vienes a traer mi pedido? — preguntó, casi que gritando al teléfono lo cuál me hizo alejarme de él por un momento; apreciaba mucho mi sentido de la audición y no quería que se viera dañado por aquella ruidosa china.
—No hace falta gritar, y sí, ¿Puedo ir a tu casa ahora?
—¡Claro! Te estaré esperando aquí, toca el timbre y saldré.
Una vez ya pautada la pequeña reunión, me despedí con un breve "hasta luego" y decidí terminar de colocar mi chaqueta para cubrirme del frío y salir a la casa de la chica.
Subí a mi Porsche y luego de encender el motor y colocar la bolsa con el contenido para Yuqi en la guantera del auto, presioné el acelerador y me dirigí a la casa de la china.
Esta situación era realmente extraña para mí, jamás había hecho algo como esto en mi vida y a pesar de que me prometí que no rebajaría mi nivel a un simple dealer, aquí estaba, haciéndole aquel "favor" a Yuqi.
Llegué a la casa de la chica y dediqué un momento a verificar el perímetro. Este tipo de cosas no las solía hacer sola, pero tampoco era para tanto, ¿No es así?
Una vez verifique que no había nadie alrededor, tomé la bolsa que estaba minuciosamente sellada y la coloqué en mi bolso y me dispuse a bajar del vehículo, tocando el timbre esperando por la chica.
No pasó mucho y la puerta principal de la casa ya se había abierto, recibiendome aquella ruidosa mujer.
—¡Shuhua! Vamos, pasa. — hice caso a sus palabras y cerró la puerta tras de mí, caminando hasta la sala de la ya conocida casa.
Yuqi era ese tipo de chica que te daba la seguridad de cumplir aquella típica frase de "mi casa es tu casa", por lo cuál simplemente me senté en el sillón principal y saqué de mi cartera la bolsa, colocándola en la mesa de centro.
