LXXVII

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26 de junio del 2022

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26 de junio del 2022

Estaba descansando en casa después de la agotadora noche anterior, esa que no había sido para nada fácil para mí. Me sentí tranquila parte del día, pero una vez recibí una llamada de mi compañía donde me pedían el resultado de mis exámenes del día anterior para dictaminar algún tipo de reposo si es que era necesario, comencé a ponerme nerviosa, pues los resultados de los exámenes, sabía, no serían del agrado de los directivos.

En mi mano reposaban los papeles de los resultados de las pruebas de sangre y de orina que me habían hecho. Sabía que en cualquier momento tendría que enviárselos a la empresa, pero no sabía qué hacer, ellos se darían cuenta muy fácilmente y estaría en un aprieto gigante.

Tuve suerte de que una vez los exámenes fueron entregados en medio de la madrugada, Minnie fue la única que los vio junto a mí ya que mis padres se habían ido a dormir después de que la tailandesa les pidió que descansaran, pues ella se quedaría conmigo el resto de la noche.

Ahora, necesitaba de alguien que me ayudara en ese momento; necesitaba resolver esto y la empresa no podía enterarse de los resultados que había tenido, pues se dedicarían a investigar más a fondo el por qué de los mismos y terminarían sabiendo la realidad.

La ansiedad comenzaba a llegar a mí, no tenía ni idea de qué hacer, hasta que una pequeña idea se instaló en mi mente. No sabía si aquello era lo mejor que podía hacer, pero, ¿Acaso tenía otra opción?

Cuando concluí en que no había otra forma de solucionar este problema, decidí buscar el número de mi manager en mis contactos. Aquel chico era bastante comprensivo y varias veces me había ayudado a ajustar mi agenda para ser capaz de tener algo más de tiempo libre o ajustarla a mis planes, por lo cual tenía la confianza suficiente para confiarle algo de esa magnitud.

Presioné el botón de llamar y después de un par de tonos, me recibió la voz del chico al otro lado de la línea.

—¡Hey, Miyeon! ¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor? — preguntó preocupado. Él me había visitado la noche anterior en el hospital y una vez se aseguró de que estaba acompañada y que estaba bien, se retiró.

Incluso cuando no era necesario, él velaba por mí, así ha sido desde el inicio de mi carrera.

—Hola, ya me siento mucho mejor, solo necesitaba algo de descanso. — expliqué con tranquilidad.  —Oye, necesito contarte algo y sinceramente, necesito tu ayuda.

—¿De qué se trata? 

—¿Puedes prometerme que no se lo dirás a nadie? — pregunté, pude notar la sorpresa a través de su silencio en la llamada.

Dudó en responder por un momento, pero después de un par de segundos, retomó la conversación.  —Claro, dime, ¿Qué necesitas?

—Anoche recibí los resultados de los exámenes, me hicieron un par distintos, de sangre, de orina, entre otras cosas. La compañía me los está pidiendo para dictaminar un reposo con los médicos de la compañía, si es que es necesario.  El problema es que... creo que no les van a gustar los resultados.

𝗔𝗻𝗱 𝘁𝗵𝗲𝗻, 𝒂𝒍𝒍 𝑓𝑒𝑙𝑙 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐭  » (𝑮)ɪ-ᴅʟᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora