En una ciudad llena de recuerdos donde pequeñas acciones las llevaron hasta ese momento. Amores y corazones rotos, el punto más alto de la felicidad y la más profunda de las tristezas.
Algo que nunca olvidarán.
-No he logrado dormir bien... Pregun...
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24 de mayo del 2022
Cada día que pasaba, sentía que mi relación con Shuhua seguía haciéndose cada día más seria y más formal. Ya habíamos pasado por aquella etapa típica de conocer a los familiares de la otra, en este caso, la hermana de la taiwanesa, quien a pesar de tener una familia bastante pequeña, me demostró su cariño y aprecio al presentarme a aquella chica que consideraba su única familia.
Y aquello tenía más peso cuando consideramos lo cerrada que es la empresaria con respecto a su vida privada.
Consideraba que aquello era un acto de amor, pues no cualquier persona se daría la molestia de presentar a personas tan importantes como lo es la familia y eso es algo que yo tenía bastante presente, por lo cual hacer lo mismo para ella, me parecía algo bastante correcto.
Para nadie es un secreto que mi familia es bastante importante, por lo cual, decidí organizar una cena con el propósito de presentar a la taiwanesa a mis padres, quienes habían preguntado múltiples veces por mi pareja, la cual yo no había especificado quién era, manteniendo todo aquello en un pequeño secreto antes de formalizar la relación. Ahora, teniendo mi relación junto a la empresaria formalizada, era correcto dar el siguiente paso.
Con el tiempo entendí que, dar pasos pequeños con Shuhua había valido la pena.
Estaba en la casa de mis padres, mientras les ayudaba con un par de reformas en la casa. Ellos no me lo habían pedido, pero yo decidí ir a ayudarlos una vez me enteré que retocarían la pintura de su casa, pues ese día tenía unas horas libres durante la tarde, así que me pareció un momento ideal para compartir con ellos y aprovechar así, hablarles sobre el tema de la cena.
Siempre que podía ayudaba a mis padres, pues ellos siempre lo han hecho conmigo durante mi vida, por lo cual no sería ningún problema darles una pequeña mano cuando tenía tiempo libre.
Me acerqué a mi madre, quien terminaba de pintar una de las paredes de la sala. Ambas teníamos la ropa bastante manchada, incluso había caído algo de pintura de color blanco en su cabello, reí al notar eso.
—¿Vas a tener que darte un buen baño después de esto? — Comenté con burla mientras mi madre solo reía al respecto mientras seguía dando grandes pinceladas con la pintura de color blanco en la pared.
—Probablemente tenga que usar doble champú. Esta pintura de mi cabello no va a salir tan fácil. — Respondió sin despegar los ojos de la pared, la cual estaba a punto de estar terminada.
—Es una buena idea. — Afirmé. —Oye, madre, quería comentarte sobre algo que creo que te va a interesar bastante.
Mi madre se mostró atenta sin dejar de pintar, por lo que continúe:
—Bueno, ¿Recuerdas que te dije que estaba viéndome con alguien? — comenté con tranquilidad, tomando toda la atención de mi madre en un instante con aquellas palabras.
