LXVII

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20 de mayo del 2022

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20 de mayo del 2022

Pasar el tiempo con Soyeon es algo a lo que estoy bastante acostumbrada y algo que amo, no hay necesidad de hacer nada en especial para sentir que disfrutamos de la compañía de la otra, pues algo tan simple como acurrucarnos y estar juntas en la cama es algo lo que nos da toda la felicidad que necesitamos.

Pero de vez en cuando, necesitamos hacer algo más para divertirnos, ya sea ver una película, alguna serie o hacer algún tipo de actividad divertida que nos entretenga... pero cuando ya revisaste todo el catálogo de Netflix, desde la primera hasta la última página y nada te convence, debes buscar nuevas ideas.

Estaba en casa de Soyeon, ese día habíamos cenado juntas, así como también compartimos un poco sobre nuestra semana en una larga charla mientras bebíamos un poco de Soju y cerveza. Había sido una noche bastante divertida, pero aún era bastante temprano y no teníamos nada que hacer, y no permitiría que Soyeon usara el tiempo libre para trabajar, o siquiera, pensar en el trabajo. 

Habíamos terminado de ver una serie hace poco, así que debía pensar rápido en qué hacer.

Si me preguntan a mí, soy una persona simple y el hecho de estar junto a Soyeon en casa sola, significa que una acalorada sesión de sexo era suficiente para divertirnos, pero, ¿Era lo único que podíamos hacer realmente? No, pero aún no teníamos idea de como llenar ese tiempo antes de atrapar a la coreana bajo las sabanas, pues no quería parecer una desesperada —aunque a veces, bajo la tentación del atractivo cuerpo de mi novia, no me avergonzaba de admitir que lo era—. Dejé que mi mente trabajara en buscar alguna idea, pero era bastante difícil.

Caminaba por casa de Soyeon mientras buscaba un par de bebidas más para tomar mientras hablábamos recostadas de la cama, ya que no había más nada que hacer, cuando llegué a la sala de camino a la cocina, me di cuenta de un detalle, del cual no me había fijado antes y es que, mi novia parecía tener un micrófono perfecto para karaoke justo al lado de su equipo de sonido, ese que usábamos para colocar música a todo volumen en nuestras fiestas en casa.

Miré con curiosidad el micrófono y se me vino una grandísima idea, ya tenía el plan perfecto que íbamos a llevar a cabo por el resto de la noche.

—¡Amor! — llamé a la chica, quien esperaba por mí en la habitación.

La coreana salió con curiosidad de la habitación para ver qué era lo que quería.  —¿Sí? 

—¿Qué te parece una noche de karaoke? — ofrecí con aquella mirada pícara mientras levantaba el micrófono y lo agitaba para que ella pudiera notarlo.

—¿No te parece un poco injusto? — preguntó coqueta.  —Digo, soy un idol, está claro que voy a ser bastante buena cantando. — afirmó con orgullo mientras se acercaba a mí y se aferraba de mi agarre.

—Oh, ¿Así que te vas a poner competitiva? — la reté con la mirada, colocando mis manos en su espalda baja en casi un abrazo.  —Competencia es mi segundo nombre, para que lo sepas. — afirmé mientras sostenía el micrófono con fuerza con una de mis manos.

𝗔𝗻𝗱 𝘁𝗵𝗲𝗻, 𝒂𝒍𝒍 𝑓𝑒𝑙𝑙 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐭  » (𝑮)ɪ-ᴅʟᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora