En una ciudad llena de recuerdos donde pequeñas acciones las llevaron hasta ese momento. Amores y corazones rotos, el punto más alto de la felicidad y la más profunda de las tristezas.
Algo que nunca olvidarán.
-No he logrado dormir bien... Pregun...
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[...]
Con el grupo dividido según sus prioridades para el momento, Soojin sugirió el colocar música a un nivel moderado para ignorar a sus amigas y poder seguir disfrutando de la noche. Miyeon sacó dos botellas de Soju que mantenía guardadas para momentos especiales y las colocó en la mesa de centro, todas se sirvieron e hicieron otro brindis argumentando que así sabría mejor.
Comenzaron hablando un poco sobre sus navidades pasadas, donde Shuhua no agregó mucho, Soojin lo había notado y sin embargo no comentó nada al respecto; poco a poco la conversación fue avanzando y a su vez dividiéndose, Miyeon tomó de ambas manos a la tailandesa cuando una de sus canciones favoritas empezó a sonar por las bocinas y no había manera de que resistiera las ganas de bailar, arrastrando a la pelinegra a su diversión. Por su parte, Shuhua decidió que era el momento propicio para salir a tomar aire, el balcón era su mejor opción y no dudó en salir a este, siendo seguida por la pelirroja un tanto preocupada.
La pelirroja no esperaba que su mejor amiga desapareciera para ir a una habitación y no precisamente a dormir —teniendo en cuenta que la misma Soyeon le ha contado cómo había sido el último mes con respecto a la china—, pero lo usaría como material para molestar a su amiga cuando sea necesario, o por aburrimiento.
Esta noche esperaba secretamente hacer algún avance con la empresaria, tal vez y solo tal vez sería gratamente correspondida ante la atracción latente. Se sentía conectada con ella, y le gustaba como suena en su cabeza la idea de intentar tener algo con Shuhua. La simple y torpe Shuhua. Aunque primero tenga que hacerse cargo de lo que aflige a la rubia.
Por parte de la empresaria, quería agradecerle a Soojin por motivar a la cantante a invitarla en navidad; no sentía que fuese su deber, pero le ayudó a despejar su mente y abrirse un poco más a las personas que ahora forman parte de su vida. Y eso sí que era gracias a la pelirroja. También, quería descubrir qué significan todas aquellas emociones y sensaciones que la abruman cuando pasa un momento íntimo y espontáneo con la bailarina, era algo distinto a lo que podría sentir por su único ser querido, pero la atraía sin dudar.
Quería aprovechar ese momento para concentrarse en la pelirroja, dejar de lado los agridulces recuerdos de la infancia y olvidar por esa noche cualquier detalle banal del trabajo, eso incluía a su buena amiga Minnie sabiendo su secreto mejor guardado.
Y si hablamos de ella, sus sentimientos estaban en claro conflicto, ¿Podría acercarse como esperaba a la castaña? suponía que sí, teniendo en cuenta como le sonrió y respondió ante sus pequeños gestos de burla. Estaba mareada por el alcohol pero lo suficientemente consciente de lo que podría o no hacer. Una conversación sería suficiente, ¿Cierto? Debía comenzar por lo esencial, disculparse.
Miyeon se preguntaba si sus regalos eran los correctos, ya lo había pensado muchas veces desde que los compró y se había convencido a sí misma de que había tomado las decisiones correctas, pero tener a la pelinegra en su casa la hizo volver a dudar. ¿Debería darle el regalo de una vez o sería mejor esperar a mañana? Puede que con el regalo sea capaz de hablar y usarlo como excusa para hablar únicamente con ella, pero sería pedir demasiado según sus propias expectativas.