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09 de abril del 2022

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09 de abril del 2022.

"Entonces, ¿En la ubicación que me enviaste por chat?" — preguntó la coreana, confirmando así mi invitación a almorzar.

"Exacto, nos podemos ver allí a las dos de la tarde, ¿Está bien?" 

"Es un hecho, Minnie. Nos vemos allá entonces." 

Concluí la preparaciones para nuestro almuerzo y decidí darme un baño, quería tener tiempo de sobra para arreglarme y verme linda para que Miyeon lo notara.

Aquella cita podría considerarse como mi forma de felicitar a Miyeon por su debut, más allá de mis simples ganas de verla, cosa que sentía cada día. 

Ella aceptó sin problemas, así que vernos en el restaurante era lo que más me emocionaba para este día. No fiestas, no alcohol, solo nosotras juntas pasando el día de una forma bastante cotidiana, aquellas simples reuniones eran las que más hacían que mi corazón se volviera loco y a medida que conocía más a la castaña, podía confirmar lo enamorada que realmente estaba. 

Un baño rápido,  sequé mi cabello y lo alise. No quería ir excesivamente elegante, pero una camisa de botones blanca junto a una falda gris y una chaqueta del mismo color complementarían en un atuendo casual pero lindo. 

Un poco de maquillaje, los aretes de siempre que no podían faltar, un pequeño collar de perlas que complementaba el resto de mi atuendo y estaba lista para salir.

Las nubes amenazaban con lluvia, así que no olvidé llevar un paraguas. Tomé mi bolso y salí a subirme al taxi, quien me esperaba hace poco más de un minuto fuera. 

—Buenas tardes, Marc. — me coloqué cómoda en el asiento de atrás.  —Te enviaré la dirección.

El chofer usaba la dirección que yo le enviaba en su GPS, haciendo más sencillo el viaje. 

En poco tiempo llegué al restaurante. Así como lo creía, la llovizna comenzó a caer del cielo, lo que me obligó a abrir mi paraguas al bajar del taxi, esperando no arruinar cómo lucía con el agua. 

Para mí impresión, Miyeon se me había adelantado y llegó antes que yo. Estaba en las afueras del restaurante, resguardandose del agua bajo el pequeño toldo del lugar donde comeriamos. 

Lo primero que llamó mi atención al verla no era que había llegado antes que yo, sino que...

—Miyeon, ¡Tienes el cabello rojo! — grité con emoción.  —¡Dijiste que era una peluca! 

—Pues parece que pude engañarte muy fácilmente. — se burló.  

—Oye, te queda hermoso ese color, resalta con tu color de piel y tus ojos. — comenté con admiración, aquella mujer era tan increíble de ver como si se tratase de una escultura. 

—Gracias, si tú lo dices, te voy a creer. 

—Bien, ¿Entramos? — ofrecí, a lo que ella asintió.

𝗔𝗻𝗱 𝘁𝗵𝗲𝗻, 𝒂𝒍𝒍 𝑓𝑒𝑙𝑙 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐭  » (𝑮)ɪ-ᴅʟᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora