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13 de junio del 2022

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13 de junio del 2022

Luego de grabar un par de escenas difíciles en el nuevo drama en el que estaba trabajando, me encontraba agotada y lista para descansar en casa.

Repetir una coreografía donde tu personaje tiene una batalla épica dentro de un complejo departamental, donde caes al suelo repetidas veces y no paras de correr, era un trabajo que requería paciencia y buen pulmón, cosa que yo tenía, pero no evitaba el terminar completamente agotada. 

Tal vez mi cuerpo iba a descansar una vez llegara a casa, pero mi mente seguía a mil por hora, llena de pensamientos desde esa última reunión en casa de la empresaria, donde Yuqi no pudo evitar explicar en voz alta aquellos pensamientos que, estaba segura, todas teníamos algún rincón de nuestra mente.

Cerré la puerta principal de casa una vez llegué y me encaminé hacia mi habitación, lugar donde pensaba recostarme en la cama, con objetivo de darme unos minutos para pensar un poco antes de llamar a Minnie como lo tenía planeado. Me preocupaba toda esta situación, especialmente cuando la pelinegra se había vuelto una persona tan importante para mí.

Y a pesar de que aún no teníamos un nombre exacto para lo que era nuestra relación, yo consideraba que para mí, ella era esa persona importante de la que tenía que cuidar, por lo tanto, esto se terminaba sintiendo como una obligación.

Sentía que de cierta manera, también estaba siendo hipócrita con este tema. No quería aceptarlo, pero sabía muy bien las cosas que tenía en mi mesita de noche, en aquel primer cajón. Sabiendo que aún tenía marihuana, unos encendedores y demás implementos para consumir cada día, me sentía un poco mal intentando corregir a la tailandesa cuando sabía que yo era exactamente igual a ella, aunque al menos creía, yo tenía cierto control sobre mí, cosa que temía ella no tuviera.

Quité la chaqueta que me cubría del frío, dejándola a un lado sobre la cama y tomando mi teléfono, poniéndome cómoda sobre el colchón para llamar a la chica. Por mucho que pudiera parecer hipócrita para mí el intentar corregir a la pelinegra, debía hacer lo que fuera necesario para ayudarla a controlar el estado en el que estaba... estábamos.

Aceptar que tienes una adicción no es algo fácil, y no esperaba que la tailandesa lo aceptara, al menos de primeras, pues sé que ella es bastante terca. Lo mínimo para mí, era intentar que fuera un poco más consciente de su estado, tal vez no lo era o no lo quería aceptar.

Busqué en mi bolso y después de sacar mi teléfono, lo desbloqueé y busqué el contacto de la chica, ese que estaba en favoritos entre todos mis contactos y que tenía un corazón en su nombre. Sonreí al ver aquel detalle, a pesar de que había hecho ese cambio en su nombre hace poco, cada vez que lo veía me hacía recordar lo mucho que aquella chica realmente me gustaba. Eso me daba más ganas de querer ayudarla.

Se había vuelto alguien muy importante para mí. 

Llamé a la chica con una videollamada. Solíamos hacerla bastante seguido, ahora que aclaramos nuestros sentimientos entre nosotras, era una forma de pasar tiempo a pesar de nuestras apretadas agendas.

𝗔𝗻𝗱 𝘁𝗵𝗲𝗻, 𝒂𝒍𝒍 𝑓𝑒𝑙𝑙 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐭  » (𝑮)ɪ-ᴅʟᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora