𝗔𝗻𝗱 𝘁𝗵𝗲𝗻, 𝒂𝒍𝒍 𝑓𝑒𝑙𝑙 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐭 » (𝑮)ɪ-ᴅʟᴇ

XII

El otoño estaba en su punto más alto, dando paso a los días helados que pronto serían llamados invierno. Para nuestras chicas, solo significaba un cambio de estación como cualquier otro ¿No es así?

Para Yeh Shuhua, cada día representaban más números verdes en la gráfica de su vida. Su éxito no parecía ser capaz de medirse con solo una encuesta de popularidad, ni siquiera con una sección del periódico dedicada a la economía. Todo lo relacionado con la taiwanesa parecía tener escrito "Yeh Shuhua, la joven que conoce el secreto del éxito" y títulos similares que frecuentemente su hermana leía para ella en señal de satisfacción.

La vida de aquella empresaria era exitosa a los ojos de todos, también para los de ella misma. Incluso con cada imprevisto que se le presentaba, lograba deshacerse de ellos fácilmente controlando todo a su paso.

Más no solo era por su trabajo duro como líder las razones de ser reconocida, sino también por el esfuerzo de cada persona bajo su mando, como cierta tailandesa que ahora es el rostro de su marca. Oh, por supuesto que su trabajo duro estaba siendo reconocido.

En cuanto salió el anuncio de que Kim Minnie sería la embajadora de la marca Mizuki los medios parecieron enloquecer, los comentarios de los internautas no eran más que de total aprobación por la elección de la empresa en el rostro que les representaría de ahora en más. Por su parte, Shuhua estaba satisfecha. Pero desde el lado de la modelo, le parecía increíble como la mención del nombre de su ahora jefa imponía un nuevo nivel en el trabajo de la mujer como modelo. Sin embargo para Minnie, había algo que estaba empezando a valorar y era el hecho de que su jefa actuaba amablemente y sin pizca alguna de superioridad, detalles que su curiosidad no era capaz de dejar pasar.

Si tan sólo eso fuera lo único en su cabeza.

El nombre de una castaña de ojos miel hacía eco en sus pensamientos en cada oportunidad que podía. Para ella, esos minutos que la tuvo entre sus brazos se repiten como si tuviera una grabación en bucle que sucede vívidamente en su cabeza. No importaba todo lo que pasaba por su mente o en su vida, ya sea la gran celebración de cumpleaños que tuvo junto a muchos regalos de todos sus compañeros de trabajo y de su familia o todas las horas de trabajo que laboraba para mantener sus estándares como modelo bastante cotizada altos. Nada había que pudiera quitarle a aquella castaña de la cabeza. Minnie era consciente de que eso estaba un poco —bastante— lejos de estar bien, pero en estos momentos en los que necesitaba combatir el frío en aumento, ese recuerdo mantenía fielmente la calidez de su ser.

Por más que quisiera olvidarla, a veces parecía inútil.

Más esto era algo que está muy lejos de estar en la cabeza ocupada de Miyeon. En estos momentos, comenzaba a sentir el agotamiento luego de un largo periodo de grabaciones; su trabajo se volvía más demandante por estas fechas cuando, al inicio de temporada, suelen hacer un estreno masivo de producciones. Para Miyeon, esto se podía igualar fácilmente a la segunda guerra mundial a nivel de popularidad. Pero poco tenía que ver con ella, al menos no directamente.

Y ante tanto agotamiento, Miyeon comenzaba a sentirse aliviada de tener una amiga. Yuqi ciertamente no es la más recta ni la primera en seguir las reglas, pero hace lo posible de que cada experiencia esté cerca de ser inolvidable. Eso era algo que valía más que cualquier otra persona correcta y aburrida, por lo cual hacerse amiga de la china había sido un gran acierto.

Para la naturaleza de esta, la cercanía era algo sumamente esencial. Ya tenía unos lazos lo suficientemente cercanos con la actriz como para invitarla a comer o salir de compras, "cosas que hacen las amigas" según sus propias palabras. Y todo esto bien le servía como una manera de distraerse para no pensar en cómo estaba siendo ignorada descaradamente por la cantante que había conocido en el bar esa noche. Aunque también contara con otras formas de distraerse.

Si bien Soyeon tenía sus obstáculos para comunicarse, la sola idea de hablar con Yuqi hace que todos sus nervios se alteren y que le traiga el recuerdo de cómo se sintió en su debut, bastante perdida y ansiosa. A veces, en su cabeza lo comparaba con ser como una adolescente que no sabe cómo actuar ante alguien que le interesa. Y no es que no quisiera comunicarse, muy por el contrario, muchas veces pensó en simplemente mandar un mensaje, pero cada intento, por mínimo que fuese, le generaba la suficiente inseguridad como para retractarse. Varios días pasaron y Yuqi seguía sin respuesta.

Tanto así que hasta la pelirroja terminó interviniendo en el ghosting usado por la cantante para ayudarla —luego de soltar regaños por bastante tiempo—, pues lo que esperaba era la cercanía de la mujer de cabellos rosados con su amiga. Y si sus sospechas eran ciertas, todo esto terminaría en algo más que una supuesta amistad.

Y como el camino de ese par sigue siendo incierto ante los ojos de Soojin, Yuqi queda absuelta en su conciencia de cualquier tipo de diversión que decida tener. Puede que tenga interés en la rubia, pero sus viejas costumbres están tan marcadas en ella que prefiere afrontar la espera a su manera, de la misma manera que estuvo usando la noche que conoció a Soyeon.

Mientras tanto la rubia, por más que estuvo dedicando su mente a batallar con sus problemas de socialización y cargando con los regaños de Soojin, su trabajo era una gran prioridad y ya había completado su álbum, estando renderizado y listo para ser lanzado, solo faltaban otro par de detalles de su regreso.

Incluso el vídeo músical para su regreso estaba terminado, un par de fotos conceptuales, un par de cosas por completar y estaría cien por ciento preparada para el regreso por el cual trabajó —y sufrió— tanto. Una vez más, les ganaría a todos los idiotas de los directivos y les probaría de lo que Jeon Soyeon era capaz.

Cada una conoce sus objetivos y sigue trabajando por ellos, pero como bien saben, el futuro es incierto.

Y a veces, catastrófico.