En una ciudad llena de recuerdos donde pequeñas acciones las llevaron hasta ese momento. Amores y corazones rotos, el punto más alto de la felicidad y la más profunda de las tristezas.
Algo que nunca olvidarán.
-No he logrado dormir bien... Pregun...
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2 de julio del 2022
Nunca antes había estado tan nerviosa por tener una cita con Miyeon, pero, cuando planeas que al final de la cita le pedirás que sea tu pareja, no puedes evitar sentir que los nervios se instalan en tu estómago e intentan sabotearte constantemente.
Planeé con entusiasmo y dedicación cada una de las partes de esta cita. Para Miyeon, sería un día común y corriente, una cita como las que solemos tener; nuestra relación había mejorado con el paso del tiempo, por lo cual tener una que otra cita —algunas más casuales que otras— de vez en cuando, se había transformado en algo rutinario, aunque nos esforzábamos en que no dejara de ser especial.
Por lo cual, una cita como esta, terminaba teniendo un gran peso en mí, debido a su objetivo real. Necesitaba que fuera especial y que ella lo notara, que se diera cuenta de que estaba esforzándome.
En cuanto a su respuesta con respecto a lo que será mi petición al final del día, tenía un buen presentimiento. No es como si dudara sobre los sentimientos de la coreana conmigo y sus ganas de tener una relación en una forma más oficial, pero nunca nadie puede asegurar nada en esta vida y además de ello, no quería adelantarme a los hechos, por lo cual, me concentraría primero en hacer una buena cita, la cual servirá como preámbulo y preparación mental para pedirle a la chica que sea mi pareja.
Decidí pintar todo como una cita común y corriente desde el inicio. Por la mañana, llamé a Miyeon, diciéndole que nos veríamos durante la noche para salir a cenar. Ella, como siempre, aceptó sin dudarlo, pero yo sabía que esa primera parte sería la más fácil. Ahora debía esforzarse en que todo saliera tal y como lo había planeado.
Verifiqué el pequeño ramo de flores que había comprado y que reposaba en un florero en la mesa de mi habitación, decidí que comenzaría el día con un pequeño arreglo floral para entregárselo a la chica antes de irnos, sería una buena forma de comenzar con el día, dándole un toque simple pero que, demostraba mis intenciones de hacer de aquella cita una especial. Tal vez, eso le daría un pequeño indicio a la coreana de que esta cita no era una común y corriente, aunque también podría pasar desapercibido, pues al final del día, el darle un pequeño regalo no dejaba de ser algo que ya había hecho repetidas veces en el pasado.
A pesar de que no quería perder tiempo, no pude evitar quedarme bastante rato delante del espejo de mi habitación, verificando cada detalle de mi. Me había esforzado en que mi maquillaje quedará bastante bien, al menos lo más que yo era capaz de hacerlo. No quería que fuera algo exagerado, pero al mismo tiempo, quería que resaltara lo suficiente para que la pelirroja lo notara.
Verifiqué mi peinado igualmente, había decidido dejar mi cabello suelto, luciendo lo mejor posible, lo cual terminé haciendo especialmente porque sabía que a Miyeon le gustaba, cosa que me había repetido un par de veces en el pasado.
Miré mi teléfono nuevamente, quedaba media hora para el comienzo de nuestra cita. Decidí contactar con el taxi para verificar que ya estuviera en camino a buscarme, pues primero debía pasar por Miyeon, así que lo mejor, como dicen, es llegar temprano en lugar de tarde.