XVI

43 10 10
                                    

22 de noviembre del 2021

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

22 de noviembre del 2021

Luego de un fin de semana muy agitado —en el que terminé en una habitación de hotel bastante lujosa—, me preparaba en casa para iniciar una nueva semana con un único propósito: llevar a cabo la reunión de chicas que tanto ansiaba.

Pero claro, para que esto se dé debo de convencer a dos rubias, ¿Soy yo o hablar con rubias es lo más difícil que existe? Y es que no puede haber mayor coincidencia de que ambas chicas sean reservadas y solo accesibles a hablar de trabajo.

Rubias adictas al trabajo, que irónico.

Volviendo al punto, al ser tan temprano —las siete y cuarto de la mañana para ser exactos— parecía ser una grandiosa idea escribirle a la empresaria con el afán de reunirnos, ¿Mi excusa? Compartir para fortalecer nuestra amistad, así que teniendo eso en cuenta, la idea de almorzar juntas parece la mejor opción. Tal vez así podría invitarla y ¿Quien sabe?, puede que obtenga una respuesta afirmativa.

Decidí escribirle de una vez, teniendo en cuenta que alguien como Yeh Shuhua ha de iniciar su día incluso más temprano, dejaría que ella pautara el lugar si así lo deseaba, no tendría ningún problema pues esta mañana —como casi todos los lunes— mi agenda estaría libre hasta muy entrada la tarde.

— "Buenos días, Yeh Shuhua. Seré directa, sé que eres una persona sumamente ocupada pero como tú amiga con el mejor sentido del humor, te propongo almorzar juntas. Hoy. Y no aceptaré un "No" :)" 

Sí, creo que eso funcionará.

Luego de aquel mensaje, dejé el celular a un lado y salí de la cama, tomé un baño y un lento desayuno después. El sonido del timbre llamó mi atención, no había muchas opciones entre las que pueda pensar así que solo asumí que era Yena. Tampoco hay otra persona que sea capaz de venir a mi casa tan temprano en un lunes, vamos, lógica.

Fui a la puerta sin mucha prisa —y pocas ganas— y cuando la abrí, en efecto, era mi querida asistente y amiga. Me hice a un lado para dejarla pasar, no me preocupaba mucho que me encontrara en pijama, siempre puede ser peor.

—Que raro, pensé que terminaría sin respuesta como la mayoría de los días. — El primer comentario sarcástico del día, empezamos bien.

—Buenos días para ti también, Yena. ¿Cómo dormiste? Yo bien, de las mil maravillas, gracias por preguntar. — Cerré la puerta luego de que entró. —Hoy no tengo nada hasta después de las 3 pm, ¿Qué te trae por aquí? — pregunté mientras volvía en mis pasos hasta mi habitación.

—Sé que no tienes nada hasta la tarde, soy tu asistente ¿Recuerdas? — se sentó en el sillón ubicado cerca de la ventana.   —¿Y eso? — preguntó mientras veía mi rostro desconcertado ante la difícil decisión del outfit de ese día.

Miré las diferentes prendas sobre mi cama y luego volví a verla. —Hoy almorzaré con Yeh Shuhua, así que estoy escogiendo qué ponerme, aunque a este paso mejor cambio de guardarropa. — bufé mientras me sentaba al borde de la cama.

𝗔𝗻𝗱 𝘁𝗵𝗲𝗻, 𝒂𝒍𝒍 𝑓𝑒𝑙𝑙 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐭  » (𝑮)ɪ-ᴅʟᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora