En una ciudad llena de recuerdos donde pequeñas acciones las llevaron hasta ese momento. Amores y corazones rotos, el punto más alto de la felicidad y la más profunda de las tristezas.
Algo que nunca olvidarán.
-No he logrado dormir bien... Pregun...
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19 de mayo del 2022
Luego de estar al aire por alrededor de una hora, era el momento del descanso después de finalizar la transmisión del día. Había estado un par de semanas trabajando en este show junto con los otros dos chicos con los cuales debía presentar el programa, cosa que me fui acostumbrando con el pasar del tiempo. No era algo común el compartir mi puesto de presentadora, pero no fue mayor problema para adaptarme.
Ahora, debía trabajar en ambos shows al mismo tiempo, teniendo alrededor de dos shows a la semana. Después de un par de semanas de estar hablando con ambos chicos compartiendo tiempo en el trabajo, nos hicimos más cercanos entre sí, aunque intentaba dejar todo en una simple relación de compañeros de trabajo.
Fui detenida por Yena, se veía un poco irritable, ahora solo me preguntaba que había hecho como para tener que verla con aquella expresión de disgusto.
—Song Yuqi. — me llamó con voz firme.
—A ver, dime de una vez de que se trata, hoy hice un buen show, ¿Por qué piensas regañarme hoy? — pregunté con fastidio.
—Dijiste diez malas palabras en vivo, ¡Diez!, sabes que es un show en vivo, no podemos censurarlas y claramente no estaban dentro del libreto, ¿Por qué?
—Es un show para adultos, ¿Por qué debo contenerme? — me defendí lo mejor que pude. —Además, ¿Para que las cuentas? ¡Relajate, mujer!
—La clasificación es para adolescentes, este no se trata de tu show al que estás acostumbrada, aquí no hay alcohol, aquí debes contenerte un poco, ¡Es un show que se transmite a las seis de la tarde! ¿Te parece horario para adultos?
—Dios, eres tan molesta. — solté un bufido en frustración. —¿Y qué quieres que haga?, supongo que perdón, no volverá a pasar, ¿Listo? ¿Ya me dejas en paz? — sonreí, solo quería hacerla molestar más.
—Vas a hacerme tener un ataque al corazón algún día, Song Yuqi. — me miró con aquellos ojos filosos. —Te estaré vigilando, que lo sepas.
—Muy bien, si quieres me pones un chip y me rastreas o algo así. — me burlé.
—Eres un desastre, Yuqi.
—Y yo también te quiero, Yena. — me despedí agitando mi mano y le sonreí, alejándome por fin de la chica quien podía creer, estaba echando humos de su cabeza en ese momento.
Seguí caminando entre el staff, todos trabajaban arduamente, apagaban los equipos —como las cámaras—, desalojaron al público y guardaban toda la utilería para ser utilizada en el siguiente show.
Estaba a punto de irme, pero, después de un par de semanas de haber estado pensando en un par de cosas, decidí que quería arreglar las cosas y hoy sería el día en el que lo haría.
O al menos, el día donde comenzaría a tomar las riendas de los problemas y enfrentarlos. Al fin y al cabo, no era solo por mí misma, sino por mi novia, Soyeon.
