Avengers Oneshots III

La búsqueda de Tony (Steve Rogers)

Prólogo: Tony te busca por toda la Torre para que le ayudes con algo y te encuentra en un lugar inesperado.

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Todos en la Torre sabían que Steve y tu se gustaban, no había persona que no lo tuviera claro, incluso tu hermano mayor Tony lo había notado.

La cosa es, que nadie veía que ninguno de los dos hiciera algo al respecto. Veían a Steve sonrojarse y ponerse nervioso a tu lado, y a ti haciéndolo a propósito, pero no veían que dieran el siguiente paso, y eso ya les estaba poniendo nerviosos.

Habían miles de apuestas entre los Vengadores y entre algunos agentes de SHIELD. Incluso Fury había apostado cien dólares a que ustedes dos ya estaban en algo, pero nadie le creía. Y cuando le preguntaban a Wanda, ella no decía nada ya que no quería exponerlos, y además porque secretamente se divertía mucho con todo esto.

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Tony estaba en su taller en la Torre terminando de arreglar algo de sus trajes, cuando la luz se fue en toda la Torre.

–¿Friday?–Preguntó con el ceño fruncido.

–Tony se fue la luz y toda la energía de la Torre, ¿de verdad piensas que Friday va a seguir funcionando?–Le preguntó Bruce que estaba en su mesa escribiendo algunas cosas en su libreta.

–No he dormido en dos días, ¿qué más esperas de mi?–Rodó los ojos poniéndose de pie y tomando una caja de herramientas.–Voy a ir a buscar a la loca de mi hermana así tal vez me ayuda y arreglamos el generador.

Tony salió del taller y se dirigió para bajar por las escaleras al piso de tu habitación.

Se acercó a tu puerta y golpeó, esperando a que abrieras.

Después de unos segundos, volvió a llamar esperando que salieras.

–¿T/N? ¡Oye ya ábreme! Por si no te haz dado cuenta se fue la luz y necesito tu ayuda.–Dijo volviendo a golpear.

Al ver que no pasaba nada, frució el ceño y abrió la puerta, asomándose para ver que tu habitación estaba impecablemente hecha y todo ordenado, y la luz de tu baño apagada.

Tony salió cerrando la puerta, y caminó por el pasillo hacia las escaleras que daban a la sala de estar principal que tenía una cocina ahí mismo.

Vio a Peter en la mesa haciendo una tarea con Wanda a su lado ayudándole, y Pietro del otro con una olla entera de pasta con salsa y albóndigas.

–Oye tú, mocoso. ¿Dónde está mi hermana?–Le preguntó Tony a Peter.

–Oh, hola Señor Stark. No he visto a su hermana hoy, ¿tal vez salió?

–¿Y tú niño rubio teñido?

–Yo no sé.–Dijo con la boca llena, y Wanda con su magia le dio un pequeño jalón en el cabello.

–Dijo que terminaría unos reportes para una misión y luego se los llevaría a Steve. Tal vez siga en la sala de reuniones.–Le dijo la pelirroja con una sonrisa.

–Gracias bruja.–Dijo Tony antes de darse media vuelta y dirigirse a las escaleras.

Subió tres pisos hasta la sala de reuniones, y una vez llegó al último se detuvo unos segundos para recuperar el aire perdido.

–¿Por qué hay tantos malditos escalones?–Dijo con una mano en su pecho.

–Tal vez solo deberías ejercitarte más.–Dijo Clint desde donde Tony no sabía dónde, pero asumía que estaba en los conductos de ventilación.

–Oye flechitas, ¿haz visto a mi hermana?–Le preguntó asomándose por la puerta de la sala de reuniones para ver que no había nadie dentro.

–Nop. Acabo de llegar y me estoy escondiendo de Nat, está enojada conmigo porque cambié su shampoo por tintura de color rosado. Así que no le digas que me viste.

–Sí, si, como sea. Solo no ensucien ni hagan desastre en mi Torre.–Dijo antes de volver a bajar.

Tony se dirigió al piso donde dormía Steve y caminó hacia su puerta como último recurso teniendo en cuenta lo que Wanda le había dicho.

Cuando llegó a la puerta, estuvo a punto de golpear cuando escuchó algo desde dentro.

Frunció el ceño y se inclinó ligeramente para apoyar el oído en la puerta.

–¡Te dije que los reportes eran para ayer!–Escuchó a Steve decir entre risas.

–¡Pero al menos los traje! Y no me levantes la voz, Steven Grant Rogers.–Le dijiste con un tono de voz divertido.–¡No me gustan las cosquillas!

–Éste es tu castigo por no hacer lo que te digo.–Te dijo mientras reías.

Tony frunció aún más el ceño cuando escuchó que ninguno de los dos decía nada, y abrió la puerta para encontrarte sentada en el regazo del Capitán, besando sus labios y él abrazado a tu cintura.

–¡Qué está pasando aquí!–Exclamó provocando que dieras un salto y cayeras de la cama, y Steve no alcanzara a sujetarte.

–¡Mierda!–Exclamaste mientras caías.–¡¿Qué acaso no sabes golpear las puertas?!–Le gritaste sentándote en el suelo y apoyando ambos brazos en la cama.

–¿Querida estás bien?–Te preguntó Steve preocupado.

–Sí, tranquilo. ¡¿Qué sucede contigo Tony?!

–¿Sabes qué? Venía a que me ayudaras a reparar el generador, pero no he dormido en dos días y estoy muy viejo para éstas cosas.–Dijo dándose media vuelta sosteniendo la caja en su otra mano, para luego salir de la habitación y cerrar la puerta.

Steve se quedó viendo a la puerta confundido, y tú soltaste un gruñido dejando caer la cabeza en la cama, y el Capitán se volteó para verte con una sonrisa acariciando tú cabeza.

–Supongo que ya no es tan secreto.–Te dijo con una sonrisa.

–Apuesto a que le va a decir a todo el mundo.–Rodaste los ojos, poniéndote de pie y dejando un beso en sus labios.–Ya mejor voy a ayudarle o se va a terminar matando él solo.

Steve rió ligeramente viéndote caminar hacia la puerta, y una vez saliste, se dejó caer hacia atrás en la cama con ambas manos en sus rostro y una sonrisa de idiota en su cara con mejillas sonrojadas.