Una nueva vida (Everett K. Ross)

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Prólogo: Ross se vuelve un gran apoyo para ti después de que Phil muere, y poco a poco comienzan a sentir cosas por el otro.

AndyKominami
Advertencia: Aquí la rayis estaba casada con Coulson pero murió.
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Después de que Phil muriera a manos de Loki, te sentías vacía y sola.

Seguro los Vengadores fueron a darte su pésame en el funeral, y Fury te dijo que podrías contar con él siempre, y de hecho se preocupaba de visitarte y llamarte al igual que Maria, sin embargo quien te faltaba era tu esposo.

Ross y tu se habían conocido por su trabajo mucho antes de que Phil muriera, y de hecho eran muy buenos amigos. Y cuando él murió, Ross se quedó contigo las noches que no podías parar de llorar, y luego cuando necesitabas de alguien para que te acompañara al cementerio.

Siempre se mantuvo a tu lado sin importar el qué, y te ayudó poco a poco salir adelante y dejar ese dolor atrás, que si bien nunca se iría, ibas a poder vivir con él.

La cosa es, que con el paso del tiempo tus sentimientos por él comenzaron a ser mucho más que amistad, sin embargo creías que era muy pronto después de la muerte de Phil. O eso es lo que te decías después de tres años de su muerte.

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–Muy bien... encontré ésta botella de vino, ¿te parece si la abrimos?–Te dijo llegando a la sala de estar de su casa llevando la botella y dos copas.

–Sabes que jamás podría negarme a un buen vino.–Respondiste con una sonrisa tomando las copas en tus manos.

Ross sirvió un poco en cada copa y luego dejó la botella a un lado, sentándose junto a ti en el sillón y bebiendo un poco de su vino.

–No recuerdo de dónde saqué éste vino, pero está delicioso.–Te dijo con una sonrisa provocando que rieras ligeramente.–Estás algo más callada de lo usual, ¿todo bien?

–¿Qué? Ah... si... si todo está bien.–Le dijiste con una sonrisa bebiendo de tu copa.

–¿Estás segura? Quiero decir... no te culparía si te sientes mal, después de todo, faltan pocos días para que se cumplan tres años.–Te dijo con suavidad con la copa entre sus manos y viéndote con expresión algo preocupada.

–Estoy bien, tranquilo... solo pensaba... pensaba en que tal vez ya es tiempo que deje todo eso atrás definitivamente y empiece a rehacer mi vida, ¿sabes? A-a Phil, me refiero...–Le explicaste con una sonrisa viendo hacia la copa en tus manos.–Sé que a él le hubiese gustado que buscara maneras de ser feliz otra vez... y estar contigo provoca eso, que me sienta feliz y tranquila.–Dijiste levantando la vista hacia él.

Ross frunció ligeramente el ceño y soltó una pequeña risita confundido, acomodándose en su asiento.

–¿A-a qué te refieres con eso?–Te preguntó algo confundido, sintiendo su corazón latir con fuerza en su pecho.–¿Qué quieres decir con que te hago sentir "feliz y tranquila"?

–Ya sabes... cuando estoy contigo estoy en paz, estoy contenta, como si nada más importara.–Dijiste con una sonrisa tímida bajando la vista a tus manos y encogiéndote de hombros.

Ross sonrió viéndote atentamente como tus mejillas se sonrojadan y tratabas de ocultarte detrás de tu cabello suelto.

–Que curioso... a mi me pasa lo mismo.–Te confesó con una sonrisa.

Levantaste la vista hacia él con un brillo especial en tus ojos, y soltaste una pequeña risita.

Ross tomó tu copa y dejó las dos sobre la mesita de café, para luego acercarse un poco a ti.

Con una mano apartó el cabello de tu rostro y su otra mano tomó la tuya para entrelazarlas juntas.

–¿Está bien si—. Ni si quiera alcanzó a terminar de hablar cuando estrellaste sus labios, dejando ambas de tus manos en sus mejillas.

Ross soltó un pequeño sonido de sorpresa y luego rió ligeramente  besándote de vuelta y dejando una mano enredada en tu cabello mientras la otra acarició tu muñeca.

Una vez se separaron, dejaste tu frente pegada a la suya y acariciaste sus mejillas mientras él hacía lo mismo.

–Honestamente cuando dijiste que estabas aburrida y me preguntaste si podías venir a pasar el rato esto no es lo que tenía en mente.–Rió ligeramente provocando que tu también lo hicieras.

–Para serte sincera no lo tenía planeado, pero enserio estaba aburrida.–Le dijiste riendo acercándote a él para abrazarlo y así acurrucarte en sus brazos, mientras él te abrazaba de vuelta y dejaba un beso en tu cabeza.

–Bueno... de todas formas prefiero estar así antes que solo terminando reportes para Valentina.–Te dijo con una sonrisa provocando que rieras.

–Que buen momento para hablar de tu ex esposa.–Le dijiste de forma juguetona.

–Lo dice la que habló de su esposo muerto.–Te dijo dándote un apretón provocando que soltaras una gran carcajada, y luego él comenzara a reír contigo, pero sin soltarte.

–Tienes suerte de que te quiero, si hubieses sido cualquier otra persona te habría golpeado entre las piernas.–Le dijiste dándole un suave pellizco en el brazo.

–Sí, si, lo que tu digas.–Rodó los ojos mientras los dos reían, antes de volver a besarte con suavidad.

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