Avengers Oneshots III

¿Aún tienes esperanza? (Steve Rogers)

Prólogo: Steve y tu se conocen cuatro años después del chasquido de Thanos en sus reuniones de apoyo.

EvaM278
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Advertencia: El o.s toma lugar en los acontecimientos de End Game al principio de la película donde Steve tiene su grupo de apoyo con el que hace reuniones y les ayuda. Aquí van a haber pasado cuatro años desde el chasquido, un año antes de que todos vuelvan.
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Cada día de cada semana que las reuniones de apoyo sucedían, Steve veía que te quedabas de pie cerca de la puerta, o en ocasiones que te sentabas en el suelo con la espalda pegada a la pared.

Nunca realmente quiso entrometerse ni acercarse a ti.

Primero porque debía haber una razón por la que no te sintieras cómoda de incluirte en el grupo.

Y segundo, porque nunca realmente lograba alcanzarte. Siempre te ibas con rapidez minutos antes de que Steve terminara y le diera la oportunidad de alcanzarte.

Sin embargo un día te quedaste esperando a que todos se fueran.

No te moviste desde donde estabas sentada junto a la puerta y la espalda en la pared.

–Debo admitir que me sorprende que te hayas quedado, aunque también me alegra poder finalmente hablar contigo.–Dijo Steve con una sonrisa, acercándose a donde estabas tu.

–Honestamente no tenía pensado hacerlo, solo me dormí.–Dijiste mientras te ponías de pie y encogiéndote de hombros, teniendo la capucha de tu sudadera sobre tu cabeza.

Steve solo rió agachando la cabeza y jugando con sus manos antes de volver a verte, sabiendo que no te habías dormido y era solo una excusa.

–Steve Rogers.–Se presentó extendiendo su mano hacia ti.

–Lo sé, hay toda una exposición de ti en el museo.–Le dijiste con una sonrisa, provocando que riera ligeramente mientras estrechabas su mano.

–Claro... a veces olvido que hay gente que todavía va a esa exposición después de todo lo que ha pasado. Muchos han perdido la esperanza en mi, o en los Vengadores. No los culpo, ya tampoco existen.–Te dijo con una sonrisa apenada.

–¿Y tú? ¿Te consideras uno de ellos? Me refiero... ¿a quienes siguen teniendo esperanza?–Le preguntaste con una pequeña sonrisa.

–A veces es difícil... pero me gusta pensar que algún día recuperaremos a quienes perdimos.–Dijo con una sonrisa y dejando ambas manos en sus bolsillos.–¿Y tú? ¿Aún tienes esperanza?

–No lo sé... es difícil tenerla cuando perdiste a todos por quien te preocupabas.–Soltaste una pequeña risita apenada.–Mis amigos y familia desaparecieron, solo quedamos mi abuelo y yo. Mi abuela murió hace un par de meses y los demás solo se hicieron polvo frente a nuestros ojos durante una cena familiar.

–Lo lamento mucho... aunque me alegra que no estés sola del todo.–Te dijo con una sonrisa.

–Sí, bueno... él fue quien me pidió que viniera. De hecho... es vergonzoso... pero me pidió que te mostrara esto.–Le dijiste riendo avergonzada, rascando la parte de atrás de tu cuello y sacando una fotografía de tu bolsillo para entregársela.–Cuando fuiste en busca del Sargento Barnes, también liberaste a mi abuelo y peleó junto a ti contra Hydra y los nazis.

Steve bajón la vista hacia la foto donde salían él mismo, Bucky, un par de hombres más, y señalaste a quien era tu abuelo de joven.

–¡Lo recuerdo! N/T/A jamás se quedó atrás en ninguna pelea. Contaba unas historias increíbles...–Rió viendo la fotografía.–Siempre dije que sería un gran escritor si se lo proponía.
(Nombre de Tu Abuelo)

–Tiempo después de que tu... bueno... ya sabes. Mi abuelo siguió tu consejo y escribió un libro acerca de sus historias, y-y de hecho antes del blip publicó su última novela.–Le explicaste con una sonrisa.

–Eso es increíble... y me alegra mucho saber que sigue con vida. Me encantaría poder verlo algún día, si no es un inconveniente para ti, claro.–Dijo con una sonrisa.

–Estoy segura de que le encantará verte. Tal vez puedas ir hoy para cenar, ya me tengo que ir de todas formas.

–Me encantaría... aunque aún no sé tu nombre.–Rió ligeramente entregándote la foto.

–T/N T/A. Es un gusto conocerte.–Le saludaste extendiendo tu mano hacia él.

–El gusto es todo mio.–Rió estrechando tu mano.–¿Tal vez puedas ayudarme a ordenar las sillas y nos vamos?

–Por supuesto.–Respondiste sonriendo, siguiéndole para ordenar antes de irse de ahí.