Avengers Oneshots III

No quiero que estés con él (Kate Bishop)

Prólogo: Durante una cena tu mamá dice que quiere emparejarte con un chico, y Kate se pone celosa mientras que tu te enojas por no quererlo a él.

Robin_lapelotuda
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Kate y tu se conocían desde que eran muy niñas ya que sus madres eran amigas bastante cercanas, y además porque tenían negocios juntas.

Las cuatro estaban cenando en un prestigioso restaurante en uno de los edificios de tu madre en un piso alto, y mientras ellas charlaban, Kate y tu buscaban formas de salir de ahí y hablaban entre ustedes.

–Ay si, él es una gran muchacho. He estado hablando con sus padres y estamos todos de acuerdo que haría una pareja excelente con mi T/N. De hecho, hemos hablado de incluso tal vez nosotros mismos emparejarlos y acercarlos.–Dijo tu mamá riendo ligeramente al igual que la mamá de Kate, bebiendo un poco de su vino.

–Disculpa, ¿tú qué?–Le preguntaste con el ceño fruncido e interrumpiendo tu charla con Kate para verla con el ceño fruncido.

–Oh hija por favor... admite que harían una gran pareja, tendrían hijos muy hermosos a futuro y seguirían con la línea de sangre de la familia.–Te dijo tu mamá ignorando tu molestia y sin dejar de sonreír.

Kate frunció el ceño y pronto comenzó a sentirse molesta no porque tú lo estuvieras, si no por el simple hecho de pensar que estarías con (...) y no con ella como le hubiese gustado.

–¡¿Disculpa?! ¡¿Es enserio?!–Exclamaste molesta provocando que algunas personas se te quedaran viendo.–¿Qué es esto? ¿La edad media?

–T/N, no hables tan fuerte, y tampoco seas tan exagerada, dios santo...–Dijo avergonzada y bebiendo de su vino.

–Con permiso.–Murmuró Kate molesta y levantándose de la mesa para caminar lejos de ahí.

–¿Kate y tú a dónde vas?–Le preguntó su mamá confundida.

–Tú enserio eres increíble, cada día me sorprendes más que el anterior.–Le dijoste molesta quitando la servilleta de tela de tu regazo y la dejaste en la mesa antes de irte en la misma dirección que Kate.

Algunas personas se les quedaron viendo a sus madres, y al ver lo molesta que tu mamá estaba, todos fingieron no haber visto ni oído nada.

Mientras tanto, alcanzaste a Kate en el elevador y las dos se subieron apretando el botón del piso donde estaba el gran pent house donde vivías.

–¿Quién se cree que es para buscarme una pareja así como así? ¡No estamos en el siglo diecisiete! ¡No necesito que me busquen un esposo!–Te quejaste mientras las dos bajaban del elevador y caminaban hasta la puerta donde la abriste con tus llevas para entrar.–No quiero estar con él, de hecho, ¡lo detesto! ¡Es muy desagradable!

–Yo tampoco quiero que estés con él.–Murmuró molesta y cruzándose de brazos, sentada en el sillón.

–Es patético.–Te volviste a quejar sentándote a su lado.

–Él no te va a querer como yo lo hago.–Murmuró en voz aún más baja jugando con sus manos.–Él no te conoce ni tampoco te aprecia como te lo mereces.

Frunciste el ceño confundida y te volteaste hacia ella para verla, mientras Kate seguía jugando con sus manos.

–¿A qué te refieres?–Le preguntaste soltando tus brazos.

Kate levantó la vista hacia ti y te quedó viendo algo afligida.

–T/N no quiero que estés con él porque yo si quiero estar contigo, y no porque nos estén obligando ni nada por el estilo. Quiero estar contigo porque desde que tengo memoria he sentido cosas por ti.–Te dijo viéndote a los ojos.

Quedaste ligeramente boquiabierta ante su confesión sin realmente poder formar una frase coherente.

Kate comenzó a ponerse nerviosa, sin embargo antes de que pudiera retractarse, pusiste tu mano en su mejilla y te acercaste para besarla con suavidad, provocando que alzara ambas cejas ante la impresión y sin poder besarte de vuelta antes de que te alejaras.

–A mi me pasa lo mismo.–Le confesaste con una sonrisa.

Kate soltó una pequeña risita aliviada y volvió a besarte antes de separarse de golpe.

–Deberíamos irnos de aquí, tu mamá y la mía van a llegar en cualquier momento y nos van a dar el sermón de nuestras vidas.–Te dijo viéndote ligeramente asustada.–Podemos ir a mi departamento si quieres.

–Me encantaría.–Le dijiste con una sonrisa antes de volver a besarla y ponerte de pie para ir a tu habitación a por un bolso con ropa y así irse.