La pelirroja (Natasha Romanoff)

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Prólogo: Nat y tu se conocen en un bar al tener una aventura de una noche, y al otro día la ves trabajando para tu papá.

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Cuando despertaste por la mañana, la pelirroja con la que pasaste la noche ya no estaba, tampoco esperabas verla ya que fue algo de una sola vez, sin embargo tenías un pequeño rayo de esperanza de que así fuera.

Al ver la hora que era te apresuraste en vestirte y así llegar rápido a la mansión de tu papá Tony ya que te había dicho que habían cosas que discutir acerca de la empresa junto con Pepper.

–¡Lamento llegar tarde! Había un trafico horrible y—. Te ibas disculpando mientras entrabas en la gran mansión, cuando Pepper se volteó hacia ti con una sonrisa y la pelirroja con la que pasaste la noche también, aunque con expresión más seria.

–¡Ah! ¡Mocosa! Al fin llegas, te quiero presentar a mi nueva asistente, Natalie. Creo que es mi asistente, no lo sé. Pero Pepper la contrató.–Te dijo con una sonrisa acercándose a ti para pasar su brazo alrededor de tus hombros y acercarte a ella.

–Es un gusto, Señorita Stark.–Te saludó Natalie con seriedad extendiendo su mano hacia ti.

–Hola...–Saludaste algo confundida.

–¿Oye y ahí que te pasó? ¿Quién te hizo esa marca?–Te preguntó Tony riendo señalando a la marca morada en tu cuello.–¿Con quien estuviste anoche? ¿Eh, picarona?

–Tony ya déjala.–Le regañó Pepper rodando los ojos.

–Bien, bien. Como sea, tengo cosas que hacer. Natalie, ponte cómoda y todo eso, yo debo salir ahora.–Dijo Tony antes de revolver tu cabello y caminar hacia la salida.

El teléfono de Pepper sonó y se alejó para salir al balcón a contestar, dejando a Natalie y a ti a solas en la sala de estar.

–Bueno yo... ya tengo que irme. Bye.–Le dijiste incómoda antes de caminar hacia las dscaleras que guiaban al taller.

Natasha se te quedó viendo con una diminuta sonrisa y al darte vuelta se quedó viendo hacia tu trasero antes de rodar los ojos y sentarse en uno de los sillones con su laptop.

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Así empezaron a pasar las semanas con Natalie ahí, y la verdad es que las cosas eran algo incómodas, por eso mismo tratabas de evitarla.

Más tarde se enteraron de que ella era una agente de SHIELD, pasaron más cosas, luego Loki invadió Nueva York, y sucedieron más cosas aún.

Estabas en tu gran departamento recién despertando.

Te levantaste y fuiste al baño en tu habitación antes de salir pasando ambas manos por tus ojos y acostumbrándote a la luz del sol que entraba por los grandes ventanales.

–Buenos días, por un momento creí que seguirías durmiendo hasta más tarde.–Te dijo Nat con una sonrisa bebiendo de su taza de café.

–Ehhh... ¿cómo... c-cómo entraste aquí?–Le preguntaste confundida de pie inmóvil a unos pocos metros de ella en el espacio abierto que era la sala de estar, cocina y comedor.

–Soy una espía, ¿o ya olvidaste eso?–Te preguntó acercándose a ti con una taza para entrégatela.–Aquí tienes.

–Gracias... ¿P-pero qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar haciendo... amm... lo que sea que los espías hagan?–Le preguntaste confundida viendo hacia tu taza y luego tomando un sorbo de ella caminando hacia la cocina donde Nat estaba terminando de hacer unos waffles.

–Vine a verte, últimamente he estado pensando en lo que pasó entre nosotras y en lo mucho que me haz estado evitando, y pensé que tal vez podríamos hablar de ello.–Te dijo con una sonrisa dejando un plato con waffles a un lado, apoyando la espalda en el mesón y cruzándose de brazos sin dejar de observarte.

–A-ah, si... lo siento, e-es que... no lo sé, fue raro verte en casa de mi papá y luego enterarme de que eras una espía, y después te convertiste en una Vengadora, y todo eso. Fue... f-fue mucho.–Reíste ligeramente volviendo a beber de tu taza.

Nat sonrió sin apartar la vista de ti lo cual solo te hizo más nerviosa, y deseabas que ojalá no pudiera ver tus manos y piernas temblar.

–Bueno... y ahora que sabes toda la verdad... ¿no te gustaría que se vuelva a repetir?–Te preguntó acercándose para tomar tú taza y así dejarla a un lado, quedando a centímetros de tu rostro atrapándote entre sus brazos apoyando sus manos en la encimera tras de ti.

–¿Q-que se vuelva a repetir? ¿Que se repita el qué?–Le preguntaste con una risita nerviosa.

–Tú sabes a lo que me refiero.–Respondió viendo hacia tus labios.

–Y-yo... b-buen tal vez... s-sería... amm...

–Te ves tierna cuando estás nerviosa.–Te dijo con una sonrisa viéndote a los ojos.–Nos vemos en el mismo bar de la otra vez ésta noche, ¿si? No lleves ropa tan difícil de quitar.

Nat te guiñó un ojo y dejó un rapido beso en tus labios antes de alejarse de ti y caminar hacia la puerta para irse.

Soltaste el aire que no sabías estabas conteniendo y relajaste tus hombros una vez estuviste sola en tu hogar.

–Dios... sabía que no debía confiar ni salir con pelirrojas.–Murmuraste tomando tú taza para beber de ella.–Aunque el sexo fue increíble...

Avengers Oneshots IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora