No desaparezcas así (Steve Rogers)

3K 179 2
                                    

Prólogo: Desapareces durante el blip y Steve queda solo con su hija de diez años.

tsuki_miura
Advertencia: un poco triste, aquí tienes una hija, final feliz.
○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○

Steve estaba asustado.

Su corazón latía con tanta fuerza que prácticamente podía escucharlo y sentirlo en sus oídos, casi que se le iba a salir del pecho.

Apretaba con ambas manos con fuerza el volante de su motocicleta conduciendo a gran velocidad hasta su hogar, mientras que los eventos de hasta hacía cosa de unas horas atrás se repetían una y otra vez en su mente.

El cómo en Wakanda casi todos se hicieron polvo, el interminable viaje del Quinjet hasta el campud de los Vengadores, y luego ahora el viaje en motocicleta.

Su única meta era llegar a casa y comprobar que Elizabeth, su hija de diez años, y tu siguieran ahí.

Las calles eran un caos, pero no podía detenerse a ayudar. Steve NECESITABA llegar a su casa.

Cuando finalmente llegó, apagó la motocicleta dejando que cayera en el césped, y corrió hacia la puerta de entrada.

Abrió y luego cerró con fuerza, tirando las llaves por ahí.

–¡¿T/N?! ¡¿Elizabeth?!–Preguntó estando dentro.

–¡Papá!–Gritó la niña asustada y corriendo hacia él desde donde había salido de la oficina de la casa donde estaba escondida bajo el escritorio, con su perro detrás de ella.

–¡Lizzie! Oh dios...–Exclamó agachándose y tomándola en sus brazos, abrazándola con fuerza y dejándole esconder su rostro en su cuello.–Estás aquí... ¿donde está tu mamá?

–¡Mamá desapareció! Estábamos haciendo una tarea en la sala de estar y me volteé para recoger algo que se me cayó del sillón y cuando volví a verla ya no estaba y había polvo en el aire y empecé a escuchar gritos afuera así que me escondí debajo de tu escritorio a esperarte.–Dijo ella entre sollozos mientras Steve la veía preocupado.

–Está bien... estás bien, princesa. Aquí estoy, no estás sola...–Susurró abrazándola y tragando el nudo en su garganta, mientras su perro estaba sentado junto a ellos y les veía con tristeza.

–¿Dónde está mamá? ¿Cuando va a volver?

–No lo sé, princesa... no lo sé... ojalá pudiera decírtelo...–Dijo con voz temblorosa, dejando que las lágrimas corrieran con libertad.

—————

Steve no sabía qué hacer.

Aquel mismo día se llevó a Lizzie y a su perro con ellos y los dejó con Pepper mientras él y los que quedaban buscaban la manera de traer a todos de vuelta.

Cuando fueron a matar a Thanos y luego volvieron, Steve se sentía desesperado al no poder hacer nada para traerte de vuelta, y ver a Lizzie sufrir por no tenerte ahí le dolía en el alma.

Y así es como pasaron cinco años.

Cinco infernales años donde lloraba cada noche a escondidas, o en la ducha para que su hija no le viera sintiendo el dolor de tu pérdida.

Steve nunca fue un mal padre, al contrario, era excelente. Sin embargo tener que acostumbrarse a no tenerte a su lado era muy difícil.

Aunque lograron hacer las cosas funcionar, a pesar de que era difícil.

Tu cumpleaños era duro para ellos, su aniversario de matrimonio también, incluso sus propios cumpleaños les dolía no tenerte ahí.

Y cuando surgió la oportunidad de tenerte de vuelta, Steve no dudó en ir e intentarlo, y Lizzie también tenía esperanzas de volver a verte.

Cuando fue a por la gema Steve pudo ver a Peggy, y si bien era tentador quedarse con ella, era aún más tentadora la idea de tenerte otra vez en sus brazos.

—————

Cuando vio que todos estaban de vuelta, Steve había vuelto a tener la esperanza de verte.

Sin embargo antes de poder llamarte por teléfono Thanos los atacó.

Ni Tony ni Natasha sobrevivieron, y a pesar de que le dolía en el alma, Steve sabía que lo hicieron para que todos pudieran volver a ver a su familia y por el bien del universo.

A penas la batalla terminó, se fue de vuelta a casa con su escudo roto, heridas en todo su cuerpo y cubierto de tierra.

Llegó a la puerta de entrada y ni si quiera alcanzó a intentar sacar la llave cuando te vio abrir.

–T/N...–Soltó un suspiro aliviado con lágrimas en los ojos, finalmente diciendo tu nombre después de cinco años de ni si quiera haberse atrevido a pronunciarlo.

–Steve...–Sollozaste corriendo hacia él.

El capitán te alcanzó a mitad de camino y te abrazó con fuerza, desplomándose en el suelo contigo en sus brazos y sollozando en tu hombro sin importar dejarte sucia al sentir sus piernas no poder con su propio peso.

Lizzie se acercó y los abrazó a ambos llorando, y los dos la abrazaron mientras dejabas besos en tu cabeza y luego besabas a Steve.

–Al fin estás aquí...–Dijo Steve tratando de convencerse a sí mismo de que ahí estabas, dejando besos en tu cabeza y sin soltarte.

–No puedo creer que hayan pasado cinco años.–Soltaste un sollozo, viendo a tu hija con una sonrisa triste y acariciando su mejilla.

–No pienses en eso, lo que importa es que al fin estás aquí, mamá... te extrañamos muchísimo.–Dijo Lizzie volviendo a abrazarte mientras su perro también se metía en medio del abrazo, provocando que rieras.

–Jamás te atrevas a desaparecer así otra vez.–Te dijo Steve con cierto toque de seriedad y jugueteo en su voz.

–Lo prometo... ya con esto fue suficiente.–Reíste ligeramente besando la cabeza de tu hija.

Steve se acercó y besó tus labios, dejando que otras lágrimas escaparan por sus ojos, al igual que de los tuyos, y luego te abrazó con fuerza atrayendo a Lizzie hacia ustedes también, finalmente junto nuevamente.

Avengers Oneshots IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora