Avengers Oneshots III

¿Quién es él? (Ikaris Eternals)

Prólogo: Ikaris se pone celoso al ver que tu compañero de trabajo te llevó a casa.

AuroraFer8654
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–Gracias por traerme.–Le dijiste a tu compañero de trabajo con una sonrisa mientras él te ayudaba a sacar las bolsas del maletero de su coche, ya siendo de noche.

–Oh no es problema, enserio. No tienes que agradecerme.–Te dijo con una sonrisa entregándote las bolsas.–¿No quieres que te ayude a subir las cosas hasta tu departamento?

–No, tranquilo, no te preocupes. No quiero que dejes a Sonia durmiendo sola aquí. Y muchas gracias otra vez.–Le dijiste con una gran sonrisa.

–No te preocupes, nos vemos mañana.–Te dio un rápido abrazo y luego volvió a subirse a su auto.

Subiste los pocos escalones hasta la puerta del edificio, y comenzaste a buscar tus llaves, cuando Ikaris descendió lentamente hasta quedar de pie en el suelo detrás de ti.

–¿Quién era él?–Te preguntó.

Al escucharlo, soltaste un grito y le lanzaste tus llaves, las cuales alcanzó a atrapar frente a su rostro, viéndote seriamente.

–¡Dios! ¡Ikaris! ¡No puedes hacer eso! ¡¿Si te das cuenta que son pasadas las nueve de la noche y está oscuro?!–Le regañaste quitándole las llaves mientras él recogía las bolsas del suelo y entraba detrás de ti.

–Eso no responde a mi pregunta. Quiero saber quien es él.–Insistió siguiéndote hasta el elevador.

–Es solo un compañero de trabajo, nada más.–Le respondiste subiendo en el elevador para apretar el botón y luego las puertas se cerraron.

–¿Qué hacías con él a ésta hora?–Te preguntó viéndote fijamente.

–Fui a comprar algunas cosas que me faltaban cuando salí del trabajo y nos encontramos en el supermercado, así que él y su hija se ofrecieron a traerme porque era muy tarde. ¿Contento?

–Pudiste haberme llamado.–Te dijo aún con expresión seria, bajando del elevador detrás tuyo una vez llegaron a tu piso.

–Ikaris tu no tienes teléfono, ¿cómo se supone que iba a contactarte?–Reíste ligeramente abriendo la puerta.

Ikaris soltó un suspiro y entró en tu departamento para dejar las cosas en el mesón de la cocina, mientras tú cerrabas y encendías la luz a la vez que te quitabas la chaqueta.

–No me gusta ese tipo.–Te dijo cruzándose de brazos viendo cómo te le acercabas.

–¿Acaso estás celoso?–Le preguntaste con una sonrisa juguetona, sacando las cosas de las bolsas.

–¿Celoso yo? ¿De él? ¡Por favor! No tengo nada de qué estar celoso.–Rodó los ojos caminando para sentarse en el sillón.

–Ajá... ¿entonces no te molesta si él me sigue trayendo después del trabajo?–Le preguntaste guardando las cosas.

–¿Qué dijiste?–Preguntó volteándose en el sillón para verte donde estabas en la cocina.

–Oh bueno es que me ofreció que podía comenzar a traerme por la noche cuando ambos saliéramos del trabajo.–Le dijiste tratando de contener la risa y fingiendo inocencia.

–¿Y para qué o qué? Me tienes a mi, yo puedo ir a recogerte todos los días. Puedo traerte volando. Puedo ir a dejarte. Puedo protegerte. Puedo hacer todo lo que hace él y mucho más. No lo necesitas.–Dijo con el ceño fruncido y acercándose a ti.

–¿Y se supone que eso es no estar celoso?–Reíste ligeramente.

Ikaris rodó los ojos cruzándose de brazos y apoyó la espalda atrás en el mesón.

–Tú tranquilo, sabes que al único que quiero es a ti.–Le dijiste con una sonrisa abrazándole por la cintura.

–¿Así como quieres a tu compañero?

–No... a ti te quiero para otras cosas, y de una forma distinta.–Le dijiste con una sonrisa, mordiendo tu labio inferior.

Ikaris sonrió ligeramente apartando la vista, y le tomaste de la barbilla para voltear su rostro y besarlo.

Envolvió sus brazos en tu cintura y te atrajo aún más hacia su cuerpo, tomándote en sus brazos y dejándote sentada en el mesón de la cocina.

–¿Ya te convencí?–Le preguntaste acariciando sus mejillas.

–Mm... no... creo que hace falta un poco más de esfuerzo.–Susurró cerca de tu boca con una sonrisa, lo cual te hizo reír y volver a besarle mientras él te llevaba hasta la habitación.