Erotic Melancholia

I

Joder, quién diría que el destino, si es que existía, lo hubiera puesto en esta situación.

Cuando su teléfono sonó a las tres treinta de la madrugada, Louis esperó lo peor. ¿Quién lo estaba llamando de un número desconocido a altas horas de la madrugada? El tono estridente rompió la tranquilidad de su apartamento, y con un gruñido somnoliento, estiró el brazo para alcanzar el celular en la mesita de noche. Sus ojos apenas se abrían mientras contestaba.

—¿Hola?—cuestionó adormilado, frotándose los ojos mientras se incorporaba en la cama.

—¿Louis Tomlinson?—la voz al otro lado sonaba firme y profesional.

—Sí... ¿Quién eres?—preguntó, tratando de aclarar su mente cuando un bostezo se coló en su rostro.

—¡Genial! Soy Jeff Azoff, el manager y CEO de Harry Styles. Me comunico con usted porque he visto que participó en la competencia de fotografía de Londres y ha sido categorizado como uno de los mejores, ¿es así?—

El nombre del alfa resonó en su mente, nublándola ligeramente. Hacía por lo menos quince años que no escuchaba el nombre de Harry directamente, o bueno, sí. Definitivamente lo había escuchado en la radio y visto en la televisión, pero escuchar su nombre en una llamada dirigida a él, era diferente.

—¿Qué?—Louis apenas pudo articular la palabra, el sueño todavía agarrándolo con fuerza.

—Disculpe la hora, sé que es intempestivo—continuó Jeff, su tono serio pero amable—. Pero es urgente. Harry está comenzando su nueva gira y estamos buscando un fotógrafo que pueda capturar no solo su imagen, sino también la esencia de esta etapa de su carrera. Su trabajo nos impresionó y creemos que sería el candidato perfecto.—

Louis parpadeó, intentando procesar lo que estaba escuchando. ¿Harry Styles? ¿La estrella pop mundial? ¿Quería que él, Louis Tomlinson, fuera su fotógrafo? Su corazón empezó a latir más rápido, una mezcla de emoción y nerviosismo apoderándose de él. Recordó sus años de secundaria, donde Harry era el alfa popular y él el omega tímido que lo admiraba desde lejos.

—¿Está interesado?—la voz de Jeff lo sacó de su ensimismamiento.

—Sí, sí, claro—respondió Louis, tratando de sonar más despierto y profesional de lo que se sentía—. Estoy interesado. ¿Qué debo hacer?—

—Excelente—dijo Jeff, con una nota de satisfacción en su voz—. Le enviaremos todos los detalles por correo electrónico. Esperamos contar con usted en Los Ángeles para la primera reunión de producción. ¿Le parece bien?—

—Sí, está bien—dijo Louis, todavía aturdido por la sorpresa.

—Perfecto, entonces le enviaremos toda la información. Además, el equipo de producción le organizará el viaje y el alojamiento. Será un placer tenerlo a bordo. Buenas noches, señor Tomlinson.—

—Buenas noches—respondió Louis antes de que la línea se cortara.

Se quedó mirando el teléfono, incrédulo. El nombre de Harry Styles resonaba en su mente, trayendo consigo una avalancha de recuerdos de la secundaria. Habían sido tiempos complicados, con Harry siendo el chico popular, el alfa que todos admiraban, y Louis, el omega tímido que siempre se había mantenido al margen, observándolo desde la distancia con un anhelo silencioso. Recordó las miradas furtivas, los sueños secretos y las fantasías que nunca se habían cumplido.

Ahora, el destino, en su caprichosa manera, lo había puesto en el camino de Harry una vez más. ¿Sería capaz de manejarlo? Solo el tiempo lo diría. Pero una cosa era segura: la vida de Louis estaba a punto de cambiar de una manera que nunca había imaginado. La oportunidad de trabajar con Harry Styles no solo significaba un avance en su carrera, sino también una confrontación con su pasado y con los sentimientos que creía haber dejado atrás.