Erotic Melancholia

VII

El primer show, primera noche. Joder, la adrenalina corría por su cuerpo como un torrente imparable.

Rebecca le había dado todas las indicaciones y, junto con ellas, la ropa del staff: simple y sencilla. Nada fuera de lo usual.

Se despertó temprano, desayunó y se preparó, dirigiéndose junto a todo el equipo hacia el estadio donde Harry tocaría. Pasaron por la multitud de fans nuevamente, a quienes toda la banda saludó desde la camioneta.

Louis, siempre atento, se dispuso a sacar fotos de las fans hasta llegar al estadio. Capturó la emoción en sus rostros, los carteles hechos a mano, los grupos de amigos abrazándose y cantando. La variedad de atuendos era impresionante: algunos vestían camisetas con el rostro de Harry, otros llevaban prendas coloridas y extravagantes, inspiradas en los estilos del cantante.

Una vez en el estadio, el bullicio del montaje lo envolvió. Cajas y equipos de sonido se apilaban por doquier. Técnicos movían enormes altavoces y luces, ajustando cada detalle para asegurar que el show fuera perfecto. Las pantallas gigantes ya estaban instaladas, listas para proyectar cada momento del concierto a la multitud. La producción era un ballet organizado de cables, herramientas y esfuerzo coordinado.

Louis fue dirigido hacia el camerino, donde Rebecca lo estaba esperando con una sonrisa y una lista en la mano.

—Muy bien, Louis —dijo ella—, aquí tienes el itinerario del día. A las 15:30, las fans comienzan a entrar al estadio. A las 16:30, la primera banda telonera, Wet Leg, tomará el escenario. Luego, a las 18:00, será el turno de la segunda banda telonera, Inhaler. A las 19:30, suena música y la banda de Harry se prepara en el backstage. Y finalmente, a las 20:00, comienza el show de Harry.—

Louis asentía mientras tomaba notas mentales y continuaba capturando imágenes del backstage. Técnicos ajustaban los últimos detalles, músicos afinaban sus instrumentos, y había un aire de nerviosismo y emoción contenida.

—Asegúrate de estar listo para capturar todo esto —continuó Rebecca—. También quiero que te asegures de documentar los preparativos en el camerino de Harry. Necesitamos fotos de todo el proceso.—

Louis pensó en Harry. ¿Dónde estaría en ese momento? Probablemente descansando o ensayando. Pero rápidamente desechó esos pensamientos, enfocándose en su tarea. Sabía que cada momento que capturara sería crucial para documentar la magia de la noche.

Continuó moviéndose por el backstage, tomando fotos de los miembros del equipo, los instrumentos, y los pequeños detalles que hacían de ese evento algo único. La atmósfera era eléctrica, y Louis podía sentir cómo la energía crecía con cada minuto que pasaba.

Mientras ajustaba el lente de su cámara, capturó a los técnicos en acción, las luces probándose una última vez, y los músicos afinando los instrumentos. Todo estaba casi listo, y Louis estaba decidido a no perderse ni un segundo de esa noche memorable.

La tarde avanzaba rápidamente. El reloj marcó las 15:30 y, tal como Rebecca había dicho, las puertas del estadio se abrieron y las primeras fans comenzaron a entrar. Louis se colocó en una posición estratégica para capturar sus reacciones. Algunas chicas lloraban de emoción, otras gritaban al ver las pantallas gigantes y el impresionante escenario. Louis se aseguraba de inmortalizar cada rostro, cada sonrisa y cada lágrima.

A las 16:30, la primera banda telonera, Wet Leg, subió al escenario. La música llenó el estadio y las fans respondieron con entusiasmo. Louis se movió ágilmente entre la multitud y el backstage, tomando fotos desde todos los ángulos posibles.

El tiempo voló y, antes de que se diera cuenta, eran las 18:00 y la segunda banda telonera, Inhaler, estaba en escena. La atmósfera en el estadio era eléctrica. Las luces, el sonido, todo se combinaba para crear una experiencia inolvidable. Louis, con su cámara en mano, documentaba cada segundo, sintiendo la adrenalina de la noche en cada clic del obturador.