Harry prácticamente lo arrastró de vuelta a la habitación, pero en realidad era su lobo interior quien había tomado el control, movido por un instinto abrumador de proteger y cuidar a su omega. Louis apenas pudo seguir el ritmo, sorprendido por la intensidad en los movimientos de Harry, sin poder emitir una palabra mientras su alfa lo guiaba con firmeza pero sin brusquedad.
Al llegar a la habitación, Harry soltó a Louis solo lo suficiente para evaluar el espacio. Sus ojos se movían rápidamente, como si buscara algo esencial. Sin una palabra, comenzó a transformar la habitación en un refugio acogedor. La energía en el aire era palpable, cargada de la urgencia y determinación de Harry por crear un lugar seguro y cálido para Louis.
Harry se quitó su suéter, esa prenda que llevaba impregnada su aroma, y la colocó en el centro de la cama. Luego, con una precisión casi ritual, empezó a apilar mantas y almohadas alrededor. Todo lo que hacía era deliberado, cada pequeño detalle, desde cómo acomodaba las mantas hasta dónde colocaba las almohadas, tenía un propósito: asegurar que Louis se sintiera envuelto en su protección.
Mientras trabajaba, el ambiente se llenó rápidamente con el olor reconfortante de Harry. Era una mezcla de su aroma natural y ese toque suave de su colonia favorita, que Louis siempre había asociado con momentos de seguridad y calma. Harry sabía que ese olor lo ayudaría a relajarse, a sentirse a salvo en un entorno que, aunque temporal, se convertía en su refugio.
Cuando el nido improvisado estuvo listo, Harry se giró hacia Louis. Había algo profundo en su mirada, una mezcla de preocupación y una ternura inquebrantable que solo un alfa podía mostrar a su omega. Se acercó a Louis con cuidado, como si cada paso fuera calculado para no asustarlo, para no empujarlo más allá de lo que podía manejar en ese momento.
—Lou... —murmuró Harry con una voz cargada de emociones, llena de una suavidad que contrastaba con la fuerza de su lobo—, he hecho esto para ti, un nido. Quiero que te sientas seguro... conmigo.
Louis lo miró, su corazón latiendo con fuerza en su pecho, pero no por miedo, sino por algo más profundo, algo que no podía explicar del todo. Harry estaba allí, ofreciendo no solo un lugar físico donde descansar, sino también un espacio emocional donde podría sentirse protegido y amado, incluso en medio de la tormenta que sus vidas habían sido últimamente.
Harry extendió una mano, una invitación silenciosa, esperando con paciencia. Su lobo rugía en su interior, queriendo apresurar las cosas, pero Harry lo mantuvo bajo control. Lo que más importaba en ese momento era que Louis se sintiera cómodo y seguro, que entendiera que este nido, este refugio, era un lugar donde podría dejar ir todos sus miedos y simplemente descansar.
Louis, aunque todavía herido por todo lo que había pasado, sintió un suave tirón en su corazón. A pesar de todo, había una parte de él que quería aceptar esa protección, que deseaba sentir el calor de Harry a su lado. Con un suspiro, dio un paso adelante, aceptando la invitación de su alfa.
Harry sonrió, un gesto pequeño pero lleno de significado, mientras guiaba a Louis hacia el centro del nido. Lo envolvió con las mantas y lo acomodó cuidadosamente, asegurándose de que cada parte de su cuerpo estuviera rodeada de comodidad y seguridad.
—¿Puedo entrar? —cuestionó en un susurro, su voz suave y llena de respeto.
Harry sabía lo importante que era este momento. No podía simplemente irrumpir en un espacio tan sagrado para un omega como lo era el nido. Aunque él lo había creado con todo su corazón y sus mejores intenciones, la aceptación de Louis era crucial. Necesitaba que su omega le permitiera entrar, que le diera su consentimiento para compartir ese lugar tan íntimo.
Louis levantó la mirada, sus ojos encontrándose con los de Harry. Aún había dolor y desconfianza allí, pero también algo más: un reconocimiento del esfuerzo que Harry estaba haciendo, un entendimiento de lo que este gesto significaba. Durante un largo momento, todo quedó en silencio, el aire cargado de una tensión delicada.
Finalmente, Louis asintió, apenas un movimiento de su cabeza, pero suficiente para que Harry lo entendiera. Había dado su permiso.
Con una mezcla de alivio y ternura, Harry se acercó lentamente, sin prisa, respetando el espacio de Louis en cada paso. Cuando se acostó a su lado, lo hizo con la mayor delicadeza, como si temiera romper algo frágil. Se acomodó junto a Louis, asegurándose de que cada movimiento fuera tranquilo, para que su omega pudiera sentirse cómodo y seguro.
Una vez que estuvo en su lugar, Harry no tardó en envolver a Louis con su brazo, acercándolo más a él, protegiéndolo con su cuerpo y su presencia. El alfa podía sentir la tensión en el cuerpo de Louis, pero también notó cómo, poco a poco, su omega comenzaba a relajarse.
Harry apoyó su frente contra la de Louis, permitiéndole sentir su respiración pausada, su aroma envolvente, su inquebrantable compromiso de protegerlo. Ese era su lugar ahora, allí, junto a Louis, ofreciendo consuelo y amor incondicional.
—Gracias, Lou —murmuró, su voz apenas un susurro en el silencio de la habitación—. Estoy aquí contigo. No voy a ninguna parte.
Louis, sintiendo el calor y la presencia de Harry a su lado, dejó escapar un suspiro de alivio. Cerró los ojos, dejando que la familiaridad del olor de Harry y la sensación de estar protegido lo envolvieran. Por primera vez en mucho tiempo, se permitió relajarse por completo, sabiendo que, al menos en este pequeño nido, estaba a salvo.
Louis nunca había experimentado algo así. Nadie le había hecho sentir algo tan profundo, tan sentimental como un nido preparado con tanto cuidado y devoción. Su lobo interior estaba al borde de las lágrimas, luchando con una mezcla de emociones que amenazaban con desbordarse. Quería llorar, gritar y simplemente agradecerle a Harry por ese gesto tan importante, tan cargado de significado. Cada fibra de su ser lupino ansiaba expresar ese torrente de sentimientos, pero su parte racional, la humana, lo mantenía tranquilo, en paz.
Mientras Harry lo abrazaba, Louis sintió cómo su lobo interior se calmaba lentamente, aunque el nudo de emociones permanecía presente en su pecho. Sin embargo, en ese silencio compartido, su mente comenzó a desprenderse del tumulto de pensamientos y preocupaciones. La calidez de Harry, la seguridad que irradiaba su presencia, lo envolvieron como una manta reconfortante.
Finalmente, Louis permitió que el sueño lo llevara, su respiración haciéndose más lenta y profunda mientras se abandonaba al descanso. Aunque su lobo aún quería llorar y expresar su gratitud, su cuerpo y mente encontraron consuelo en la paz que emanaba de su alfa. En silencio, se dejó llevar por el sueño, sabiendo que, al despertar, Harry estaría allí, protegiéndolo y cuidándolo, como había prometido.
Volvi, luego de un mes de estar inactiva por este lado... perdón
Espero que me reciban bien y le den mucho amor al fic, gracias 💋
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Erotic Melancholia
RomansHarry Styles se había convertido en la estrella pop del momento, con una voz angelical y una apariencia divina. Louis Tomlinson, un fotógrafo talentoso, recibió la oportunidad de su vida: ser el fotógrafo oficial de la nueva gira de Harry. Para Loui...