LXXXI

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Después de casi dos meses de arduo trabajo, Harry y Louis finalmente habían terminado el tour y estaban de vuelta en Londres. Los vuelos interminables, con casi trece horas cada uno, habían sido agotadores, pero ahora estaban en su destino final.

Esos dos meses habían sido difíciles para ambos. Harry se había sumergido en un torbellino de trabajo: filmaciones, conferencias, el tour y otras responsabilidades que lo mantenían ocupado día y noche. Esto lo mantenía alejado de Louis durante horas, y ambos sabían que esa distancia era deliberada. La necesidad de evitar sospechas sobre su relación los había llevado a este juego de apariencias. Además, una modelo que rondaba a Harry y las salidas forzadas con ella solo añadían más estrés a la situación.

Finalmente, estaban en Londres, y Louis, exhausto y aliviado, se había quedado dormido en el asiento del auto. Mientras el vehículo se movía por las calles de la ciudad, su cuerpo descansaba sobre Harry, quien aprovechaba ese momento para disfrutar de la cercanía de su omega.

En lugar de dirigirse a la casa de Louis, como ambos habían planeado, Harry, que aún no conocía el hogar de su pareja, se dirigió por error a su propia casa. El cansancio y la confusión habían jugado una mala pasada. Al darse cuenta de esto, Harry se detuvo en su hogar, mirando a Louis dormir con ternura. Sabía que debía llevarlo a su casa, pero por el momento, decidió disfrutar de la tranquilidad de tener a su omega tan cerca.

La casa de Harry estaba tranquila, con el suave murmullo de la ciudad de fondo. Harry sonrió al ver a Louis tan relajado y decidió dejarlo descansar un poco más antes de hacer el recorrido final hacia el hogar de su omega.

Harry sonrió al ver la expresión relajada de Louis, sus dedos acariciando suavemente el cabello de su omega mientras el auto se adentraba en la cochera de su casa.

—Nos quedaremos aquí, no te preocupes —le dijo al conductor, asegurándose de que el vehículo estuviera bien estacionado.

Al escuchar a Louis murmurar algo incoherente entre sueños, Harry no pudo evitar reír suavemente. Con cuidado, abrió la puerta del auto y levantó a Louis en sus brazos, manejando con delicadeza al omega dormido hacia la entrada de la casa.

El peso de Louis era ligero en sus brazos, y Harry aprovechó ese momento de tranquilidad para disfrutar de la cercanía de su pareja. Mientras atravesaba la entrada y subía las escaleras, Harry pensaba en lo bien que se sentía tener a Louis cerca después de todo lo que habían pasado.

Finalmente, Harry colocó cuidadosamente a Louis sobre la cama, asegurándose de que estuviera bien acomodado. Con ternura, se inclinó para quitarle las zapatillas, dejándolas a un lado. Luego, desabrochó el cinturón y el botón de los pantalones de jean, deslizándolos suavemente hacia abajo antes de retirarlos completamente.

Una vez que Louis estuvo en ropa interior y más cómodo, Harry se aseguró de que las sábanas estuvieran bien alrededor de él, ajustándolas con cuidado. Observó a su omega dormir, sintiendo una profunda satisfacción al saber que finalmente estaban en casa, en su hogar, después de tanto tiempo.

Harry dejó una lámpara encendida cerca de la cama, ajustando la luz para que fuera suave y no deslumbrante. Se aseguró de que la habitación estuviera cálida y acogedora, y colocó una pequeña botella de agua al alcance de Louis en la mesita de noche, por si necesitaba hidratarse durante la noche.

Con un último vistazo atento, Harry salió de la habitación en silencio, asegurándose de que todo estuviera en orden antes de cerrar la puerta suavemente.

Harry se dirigió a la cocina y comenzó a preparar un té mientras revisaba su celular. Al ver que tenía varias llamadas perdidas de su madre, decidió llamarla de vuelta. Esperó a que la llamada fuera atendida, con el sonido del agua hirviendo de fondo.

Erotic MelancholiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora