Erotic Melancholia

XXXIX

Los dos meses de "descanso" pasaron muy rápido, todo gracias a Zayn obviamente, porque sin él, probablemente Louis se hubiera quedado tirado en el sillón todo ese tiempo.

Oh, y otra cosa, Zayn le ayudó a buscar una psicóloga en línea, una mujer beta de unos cuarenta y tantos años, súper dulce, la cual le estaba ayudando a procesar todo lo que había pasado.

Las sesiones con la psicóloga eran como una brisa fresca en medio de la tormenta que había sido su vida últimamente. Aunque al principio había sido reacio a la idea, con el tiempo Louis se dio cuenta de cuánto necesitaba hablar y desahogarse con alguien fuera de su círculo cercano.

A medida que avanzaban las semanas, Louis comenzó a sentirse más fuerte, más seguro de sí mismo y de sus emociones. La terapeuta le dio herramientas para lidiar con la ansiedad y el dolor, y poco a poco, empezó a ver la luz al final del túnel.

Así que allí estaba, a punto de subirse a un avión para dirigirse de nuevo al tour, de nuevo a Harry Styles, a su trabajo.

Louis respiró hondo mientras se ajustaba la correa del cinturón de seguridad. El avión empezó a moverse lentamente por la pista, y no pudo evitar que su mente viajara a la última vez que había visto a Harry, en el concierto. Desde entonces, no habían hablado.

El vuelo fue relativamente corto, pero cada minuto se sintió eterno. Aterrizó, recogió su equipaje y salió del aeropuerto, donde un coche lo estaba esperando para llevarlo al hotel donde se reencontraría con el equipo.

Al llegar al hotel, la familiaridad del entorno lo golpeó. Las caras conocidas, las voces, los olores. Todo le recordaba a la gira, a los conciertos, a los momentos compartidos con Harry. Se dirigió a su habitación, dejó sus cosas y se preparó para reunirse con el equipo.

Caminó por el pasillo del hotel, sintiendo una mezcla de anticipación y nerviosismo. Cuando llegó al salón de reuniones, abrió la puerta y vio a todos reunidos. Harry estaba allí, hablando con el manager. Sus ojos se encontraron por un breve instante antes de que Louis mirara hacia otro lado, sintiendo que su corazón se aceleraba.

—Louis, bienvenido de nuevo —dijo Jeff, el manager, con una sonrisa—. Hemos estado esperando tu llegada.

Louis asintió, intentando mantener la compostura mientras se acercaba al grupo. Harry lo observaba en silencio, su expresión indescifrable.

—¡Louis! —gritó Rebecca al verlo, abrazándolo con fuerza—. ¿Cómo has estado? Te he extrañado.

Louis devolvió el abrazo con una sonrisa.

—Yo también te he extrañado, Rebecca. He estado bien, tomándome un tiempo para mí —respondió, tratando de sonar convincente.

Rebecca se separó un poco, mirándolo a los ojos con una expresión de genuina preocupación.

—Me alegra escuchar eso. Espero que hayas tenido un buen descanso. Este último tramo de la gira será intenso, pero sé que podemos con ello.

Louis asintió, sintiendo una mezcla de alivio y ansiedad por lo que estaba por venir.

—Sí, estoy listo para ello —dijo, aunque una parte de él no estaba completamente seguro.

Harry se acercó lentamente, sus pasos firmes y decididos. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, habló.

—Hola, Lou. Es bueno verte de nuevo —dijo Harry, su voz suave pero llena de significado.

—Hola, Harry. Igualmente —respondió, intentando mantener la calma.

El momento se sintió eterno, pero fue interrumpido por Jeff, que llamó la atención de todos para empezar la reunión.

—Bien, ahora que todos están aquí, podemos empezar. Tenemos mucho que planificar y coordinar para los próximos conciertos. Necesito que todos estén en su mejor forma —anunció Jeff, mirando a cada miembro del equipo.

La reunión comenzó, y Louis se concentró en tomar notas y organizar su trabajo, tratando de mantener su mente alejada de los recuerdos y emociones que amenazaban con abrumarlo. Mientras tanto, Harry seguía lanzando miradas furtivas en su dirección, como si quisiera decir algo pero no encontrara las palabras.

A medida que avanzaba la reunión, Louis se dio cuenta de que enfrentarse a Harry y al tour no sería fácil, pero también sabía que no estaba solo. Tenía a Rebecca, a su equipo, y sobre todo, a sí mismo. Y eso, por ahora, era suficiente.

La reunión terminó y todos se dirigieron a sus respectivas habitaciones para descansar antes del gran show de mañana.

Suspirando, Louis se dirigió a su habitación, frunciendo el ceño al ver una caja de color roja sobre la cama.

Pensando que se habían equivocado, tomó la pequeña carta que descansaba encima de ella.

"Cuando vi esta cámara pensé a ti, espero te guste. -H"

Su cuerpo comenzó a temblar. ¿Pensando en él? ¿En qué maldito momento? ¿Cuando besaba a Olivia Wilde?

Soltó la pequeña carta con un suspiro de frustración y tristeza, dirigiéndose a su mochila y sacando el bote de píldoras que le había recetado su psiquiatra.

Se sentó en el borde de la cama, contemplando el frasco en su mano. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, mezclándose con la sensación de traición y el dolor acumulado. Era demasiado, todo era demasiado. La combinación de la presión del trabajo, las emociones reprimidas, y ahora este gesto aparentemente amable de Harry, lo abrumaban completamente.

Louis abrió el frasco y sacó una píldora, tragándola con un trago de agua. Sabía que necesitaba calmarse, tomar el control de su mente y emociones antes de que se salieran completamente de control.

Mientras esperaba que el medicamento hiciera efecto, volvió a mirar la caja roja. A pesar de su enojo y tristeza, no podía evitar sentirse curioso. Con manos temblorosas, abrió la caja y encontró una cámara vintage de aspecto hermoso. Su diseño y detalles eran exactamente el tipo de cosa que le encantaría.

Una mezcla de emociones cruzó su rostro. ¿Cómo podía Harry ser tan inconsistente? ¿Enviar algo tan significativo después de haberlo lastimado tanto?

Se recostó en la cama, sosteniendo la cámara en sus manos. Sabía que necesitaría tiempo para procesar todo esto, pero por ahora, solo quería que el dolor disminuyera, aunque fuera un poco. Mañana sería un nuevo día, y tenía que estar listo para enfrentar el escenario, a Harry, y a todo lo que venía con ello.

1034 Palabras.