—Papá, no me dejas respirar —susurró Louis contra el pecho del alfa.
—No te soltaré —gruñó su padre nuevamente, estrechándolo aún más fuerte.
—Pa, Lou se está poniendo morado —indicó Phoebe con una sonrisa, observando la escena con diversión.
Finalmente, el padre de Louis aflojó un poco el abrazo, aunque sin soltarlo del todo. —Es que te he extrañado tanto, hijo.—
Louis sonrió, sintiendo una mezcla de alegría y alivio. —Yo también te he extrañado, papá. A todos ustedes.—
Las gemelas, Phoebe y Daisy, se acercaron rápidamente, abrazando a Louis por los costados. —¡Nosotros también te extrañamos! —dijeron al unísono, sus voces llenas de entusiasmo.
Louis rió, feliz de estar rodeado de su familia nuevamente. —Bueno, ahora estoy aquí. ¿Listos para el show de esta noche?—
—¡Sí! —gritaron las gemelas, saltando de emoción.
Phoebe miró a Louis con una sonrisa traviesa. —Y queremos conocer a Harry, claro.—
Louis se sonrojó ligeramente, rascándose la nuca. —Sí, sí. Lo conocerán pronto.—
El padre de Louis le dio una palmada en la espalda. —Vamos, entremos. Tenemos mucho de qué ponernos al día antes del show.—
Louis asintió, entrando a la casa familiar. El aroma a hogar, a comida casera y a los recuerdos de su infancia lo envolvieron, haciéndolo sentir más relajado y feliz de lo que había estado en mucho tiempo.
—¿Lottie y Feli? —cuestionó Louis, moviendo su nariz en busca del aroma característico de sus hermanas.
—Fueron a hacer unas compras, volverán dentro de poco —informó el alfa, sirviendo un poco de leche con chocolate en una taza y entregándosela a Louis.
—Gracias, pa —sonrió, tomando la taza.
Amaba a Mark, amaba a ese alfa que lo había criado como su hijo. Oh, porque claro, en realidad Mark no era su padre biológico. Más bien, había sido el alfa del cual su madre se enamoró luego de que el padre biológico de Louis los abandonara. El omega realmente agradecía que su madre encontrara a un alfa tan bueno como Mark. Claro, era su destinado, pero no cualquier alfa acepta a un cachorro recién nacido como propio y lo une a su manada. Pero no solo lo crió como hijo propio, sino que nunca hubo un desplazamiento cuando sus hermanas nacieron, de las cuales Mark sí era el padre biológico.
Para Mark, Louis siempre fue su lobito, su pequeño y dulce cachorro. Definitivamente su perdición, porque cuando los ojos de Mark se posaron en los pequeños ojitos azules del omega, se enamoró y lo amaba como a su propio hijo. Porque era suyo, de él y de Johanna, y no importaba nada más. Fueron ellos tres por un largo tiempo hasta que la familia se agrandó.
Así que sí, Louis, con casi treinta años, sigue siendo el pequeño cachorro de Mark. Aquel pequeño que con su sola presencia podía iluminar cualquier habitación, ese mismo al que Mark le dedicaba siempre una sonrisa y un gesto de cariño. Mientras Louis sorbía su leche con chocolate, sintió una ola de emociones invadirlo. Estar de vuelta en casa, rodeado de su familia, le hacía sentir una calidez que había extrañado profundamente.
Mark lo observó con ojos llenos de ternura y orgullo. —Siempre serás mi lobito, Lou.
Louis levantó la mirada, conmovido. —Y tú siempre serás mi papá, no importa qué.
En ese momento, la puerta principal se abrió y las risas de Lottie y Felicite llenaron la casa. Louis sonrió ampliamente, sintiendo que su hogar estaba completo nuevamente.

ESTÁS LEYENDO
Erotic Melancholia
RomanceHarry Styles se había convertido en la estrella pop del momento, con una voz angelical y una apariencia divina. Louis Tomlinson, un fotógrafo talentoso, recibió la oportunidad de su vida: ser el fotógrafo oficial de la nueva gira de Harry. Para Loui...