Tal vez no era la mejor idea hablar de este tema con su padre, y menos por teléfono, pero ya no podía postergarlo más. Tomó aire, sentándose al borde de la cama mientras sus ojos se deslizaban inevitablemente hacia el cuerpo dormido de Harry, enredado entre las sábanas. Louis jugueteó nerviosamente con el borde de su camiseta antes de desbloquear su teléfono y marcar el número.
—Hola, pa... —saludó, su voz suave pero temblorosa.
—¡Hola, omeguita! ¿Cómo estás, amor? —respondió su padre con la familiar calidez que siempre lograba hacerle sentir un poco más seguro.
Louis sonrió débilmente, manteniendo la mirada fija en Harry, su pecho subiendo y bajando con cada respiración pausada.
—Estoy bien, todo está tranquilo por aquí. ¿Y las chicas?—repitió Louis, intentando desviar la conversación un poco más.
—Ah, ya sabes, están como siempre, corriendo por todos lados. Pero cuéntame, ¿cómo estás tú? Hace rato que no hablamos en serio, ¿todo bien en el trabajo?
Louis respiró hondo, apartando la mirada del cuerpo dormido de Harry mientras sostenía el teléfono contra su oreja. No sabía cómo abordar lo que tenía que decir, pero sabía que no podía evitarlo para siempre. Escuchó la voz cálida y familiar de su padre al otro lado de la línea.
Louis se mordió el labio, mirando nuevamente a Harry, que dormía plácidamente, ajeno a la conversación. "¿Todo bien?" Esa pregunta resonaba en su cabeza, sabiendo que tenía que ser honesto.
—Sí... bueno, el trabajo va bien, pero... hay algo de lo que necesito hablar contigo, pa —dijo en voz baja, intentando no despertar a Harry.
—¿Pasa algo, omega? ¿Estás bien? —La preocupación en la voz de su padre era inmediata, y eso solo aumentaba la ansiedad de Louis.
—Sí, estoy bien, de verdad... es solo que, bueno... estoy con alguien, y... —Louis vaciló, tragando saliva—, creo que esto es serio. Muy serio.
Hubo un silencio del otro lado de la línea, y Louis sintió su corazón acelerarse. Su padre siempre había sido protector, pero hablar de su relación con Harry, y sobre todo de lo que implicaba ser un omega al lado de un alfa como él, era un tema delicado.
—¿Alguien? —repitió su padre—. ¿Es el alfa del que me hablaste alguna vez?
Louis cerró los ojos, apoyando la cabeza contra la almohada.
—Sí, papá... aunque, ese alfa es Harry —confesó Louis, mordiéndose el labio mientras apretaba un poco más el teléfono contra su oreja.
Hubo un silencio al otro lado de la línea, y Louis podía casi imaginar la expresión de sorpresa en el rostro de su padre.
—¡¿Harry Styles?! —exclamó finalmente, el tono de incredulidad evidente en su voz.
Louis suspiró, pasando una mano por su cabello desordenado, sus ojos aún fijos en el cuerpo de Harry entre las sábanas.
—Sí, Harry Styles. No es como si quisiera contártelo así... pero sí, él es mi alfa.
Su padre tardó unos segundos en responder, procesando la información.
—Pero... ¿él sabe? —preguntó con cautela, refiriéndose a todo lo que implicaba ser el alfa de Louis.
—Sabe —respondió Louis en voz baja—. Lo sabe todo.
Bueno, había estado ocultándole información a su familia desde hace tiempo... Ni siquiera sabían que había dejado el trabajo, que lo habían internado. Ellos seguían con la idea de que trabajaba para Harry.
—¿Todo? —repitió su padre, como si intentara asegurarse de que lo estaba entendiendo bien.
—Sí... y es correspondido —Louis murmuró, sintiendo una mezcla de alivio y nervios al decirlo en voz alta. Sabía que su padre lo adoraba, pero esto era demasiado.
—¡Déjame hablar con ese alfa! —dijo su padre de repente, con tono firme, como si pudiera resolver todo con una simple conversación.
Louis soltó una risa suave, mirando de nuevo a Harry, que seguía profundamente dormido entre las sábanas, respirando con tranquilidad.
—Está durmiendo, papá... no creo que sea buena idea despertarlo ahora mismo.
—Pues cuando despierte, me lo pasas. Quiero asegurarme de que este alfa te está tratando como te mereces —insistió su padre, sin dejar el tema.
Louis suspiró, sabiendo que no iba a escapar tan fácilmente de esa conversación.
—Lo hace, papá. De verdad. Harry me cuida, y es... increíble conmigo —respondió, con una sonrisa suave mientras miraba a su alfa dormir—. No tienes que preocuparte.
—¿Seguro? Porque ya sabes cómo soy... si ese alfa no te trata bien, tendré que ir y hablar con él personalmente.
Louis rio, aunque sabía que su padre hablaba en serio. Ese lado protector siempre había estado presente.
—Te lo prometo, papá. No necesitas hacer eso. Estoy bien, muy bien, de verdad.
Su padre hizo una pausa al otro lado de la línea, como si evaluara la situación.
—Bueno, está bien... confiaré en ti, pero si algo pasa, quiero que me lo digas. ¿Entendido?
—Entendido —contestó Louis, sintiendo un alivio en su pecho—. Te lo prometo.
—Bien. Ahora, cuida de ti mismo, ¿si? Y no me ocultes más cosas.
—Lo haré, papá. Lo haré —dijo Louis con una sonrisa.
El omega rió ligeramente, sintiendo una mezcla de nostalgia y alivio. Extrañaba a su familia, más de lo que estaba dispuesto a admitir. Hacía meses que no los veía en persona, y cada vez que hablaba por teléfono, se encontraba ocultándoles parte de su vida, como si mantener algunas cosas en secreto fuera lo más fácil para evitar preguntas incómodas o preocupaciones innecesarias.
Pero ahora, con su padre tan cercano y preocupado, Louis sentía el peso de esas mentiras piadosas. Quería que su familia supiera que estaba bien, que había encontrado a alguien que lo hacía feliz, pero la distancia y el caos de su vida con Harry habían complicado todo.
Suspiró, mirando el cuerpo dormido de su alfa entre las sábanas, y se dio cuenta de cuánto deseaba, en el fondo, que su familia también conociera esa parte de su vida.
Probablemente debería comprarles un pasaje para algún show... o, mejor aún, ir a Londres antes de que el tour termine. Louis suspiró, dejando caer su cabeza contra la almohada. Oh, joder, necesitaba más tiempo.
Todo parecía ir a mil por hora. Entre los ensayos, las fotos, el mantener todo bajo control con Harry y, por supuesto, lidiar con las expectativas de su familia, sentía que el tiempo se le escapaba. Tenía la vida que siempre había soñado, pero también implicaba demasiadas responsabilidades. ¿Cómo iba a balancear todo?
Miró de nuevo a Harry, profundamente dormido, y no pudo evitar sonreír. Claro, no era fácil, pero valía la pena.
El alfa se dio vuelta en la cama, buscando el cuerpo de Louis entre sueños. Sus manos vagaron por las sábanas hasta que finalmente lo encontraron. Con un suspiro satisfecho, lo atrajo hacia sí, abrazándolo por la cintura como si fuera un peluche. Louis sintió el calor de Harry envolviéndolo, el suave ritmo de su respiración contra su cuello, y no pudo evitar sonreír.
Ese simple gesto lo hacía sentir más seguro que cualquier otra cosa en el mundo. En ese momento, todas sus preocupaciones se desvanecieron. Lo único que importaba era estar allí, junto a su alfa, disfrutando de ese pequeño espacio de paz.
1181 palabras

ESTÁS LEYENDO
Erotic Melancholia
RomanceHarry Styles se había convertido en la estrella pop del momento, con una voz angelical y una apariencia divina. Louis Tomlinson, un fotógrafo talentoso, recibió la oportunidad de su vida: ser el fotógrafo oficial de la nueva gira de Harry. Para Loui...