XXXVII

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No sabía si decir vacaciones era la palabra correcta. Quizás debía decirla entre comillas.

Solo serían dos meses. La gira no había terminado, solo era un descanso, pero un descanso en el que aún tendría que seguir con su trabajo en la fotografía. Revisar las fotos y los videos, editarlos, ponerlos en carpetas con las especificaciones del show y enviarlos por correo a la productora de Harry.

Y Harry. No sabía mucho de él desde que el último show terminó y tomó un avión a quién sabe dónde para empezar a grabar alguna de sus partes en Don't Worry Darling. El alfa había dejado el hotel apresuradamente, con un par de maletas y una mirada que no prometía nada. Louis lo había visto partir desde su ventana, esperando una señal, un último gesto, algo que indicara que no era el final de lo que fuera que habían empezado a construir. Pero no hubo nada.

Louis realmente pensó que Harry tal vez lo llamaría, o por lo menos le enviaría un mensaje. Cada vez que su teléfono vibraba, su corazón se aceleraba con la esperanza de ver el nombre de Harry en la pantalla. Pero cuando casi pasaron tres semanas y eso no sucedió, se dio cuenta de que probablemente no lo haría.

Había creído que su "relación" había progresado, que los momentos compartidos significaban algo más profundo. Recordaba con claridad la noche en la que Harry lo abrazo, su aroma a chocolate, café y menta envolviéndolo, mezclándose con su propio aroma de miel, canela y jengibre. Habían compartido risas, susurros y promesas silenciosas. Pero ahora se daba cuenta de que ni siquiera había empezado. Todo parecía un sueño lejano, desvaneciéndose con cada día que pasaba sin noticias del alfa.

Se sintió tonto por haber pensado que podía ser diferente. Había leído demasiado en esos momentos, había esperado demasiado. Ahora, sentado en su pequeño apartamento, revisando una y otra vez las mismas fotos y videos, no podía evitar sentir una punzada de tristeza. El silencio de Harry era ensordecedor, y cada día que pasaba sin una palabra suya, la herida en su corazón se hacía más profunda.

Pero no importaba, ¿verdad? Seguía siendo ese estúpido omega, una y otra vez. Suspiró rendido, prendiendo el televisor. Tal vez ver su telenovela de señora le despejara la mente.

Sin saber que probablemente esa sería su peor decisión.

El televisor se prendió en un canal de chismes, esos donde se hablaba de la carrera de los famosos, de sus errores y esas cosas. Louis siempre lo había odiado, pero nunca como ese día.

En grande se mostraba la cara de Harry, su Harry, junto a Olivia Wilde. Besándose.

Su estómago se revolvió, sintiendo una oleada de náusea y dolor recorrer su cuerpo. No podía apartar los ojos de la pantalla, a pesar de que cada segundo que pasaba mirándola le destrozaba más el corazón. Las imágenes eran claras, sin posibilidad de malentendidos. Harry y Olivia, juntos, compartiendo un momento que parecía tan íntimo y real.

Louis sintió que le faltaba el aire. Todo el mundo se desmoronaba a su alrededor. No podía entenderlo. Harry había sido tan cariñoso, tan cercano, y ahora estaba ahí, con otra persona, como si lo que habían compartido no significara nada.

Desconectó el televisor con un movimiento brusco, su mente en caos. Las lágrimas comenzaron a brotar, quemando sus mejillas mientras se desplomaba en el sofá. No podía detener el torrente de emociones que lo asolaban: tristeza, enojo, confusión. Todo se mezclaba en un dolor abrumador que lo dejó sin aliento.

—¿Cómo pudo hacerme esto? —murmuró entre sollozos, sintiendo que su corazón se rompía en mil pedazos.

A lo lejos, el ruido de la ciudad seguía su curso, indiferente al sufrimiento de Louis. Pero para él, el mundo había dejado de girar. Todo lo que podía hacer era abrazarse a sí mismo, tratando de consolarse, tratando de encontrar una manera de seguir adelante cuando todo lo que quería hacer era detenerse y llorar por lo que había perdido.

Con manos temblorosas, Louis llamó a la única persona que había estado con él durante años. Aunque no habían hablado desde la última vez que Zayn se fue, sabía que no podía enfrentar esto solo.

El tono sonó un par de veces hasta que fue descolgado.

—¿Lou?—

La voz de Zayn al otro lado de la línea era reconfortante y familiar, pero la emoción de Louis era demasiado abrumadora.

—Zayn— lloró, ahogándose con sus propias palabras mientras su cuerpo comenzaba a temblar. Las lágrimas caían libremente, empapando su rostro.

—¿Qué sucedió? Dime qué sucedió— gruñó Zayn, su voz tensa y llena de preocupación. Louis podía escuchar el ruido de fondo, como si Zayn estuviera moviéndose rápidamente.

—Harry... él— trató de decir Louis, su voz rota y entrecortada.

—¿Qué te hizo ese alfa? ¿Dónde estás? Lo mataré— Zayn gruñó más fuerte, su voz resonando con ira y protección—. Dime dónde está. Ahora mismo, Louis.

Louis tragó saliva, intentando calmarse lo suficiente para hablar con claridad.

—No... él, está con ella. Con Olivia Wilde—. Las palabras salieron en un susurro, pero el dolor detrás de ellas era palpable.

—¿Qué?— Zayn preguntó, su tono cambiando de ira a confusión.

—Los vi en la televisión— continuó Louis, su voz temblando—. Se estaban besando. Todo este tiempo pensé... pensé que él...—

Zayn maldijo en voz baja, el sonido era un consuelo para Louis, una conexión en medio del caos.

—Louis, escucha. Voy a tomar el primer vuelo de regreso. No dejes que esto te destruya, ¿me oyes?—

Louis asintió aunque sabía que Zayn no podía verlo. El alivio de saber que Zayn volvería era inmenso, pero el dolor no desaparecía. Se sentía traicionado, abandonado. Todo lo que había imaginado, todo lo que había sentido, parecía ahora un sueño lejano y roto.

—Gracias, Zayn— susurró, su voz débil.

—Siempre, Lou. Siempre— respondió Zayn, y aunque la llamada se cortó, la promesa de su presencia y apoyo quedó colgando en el aire, dándole a Louis un pequeño rayo de esperanza en medio de la tormenta de su corazón.

Louis se quedó allí, hecho una pequeña bola en su sillón. No le importaba estar allí horas, o días. Ya había sucedido antes. Ya había estado en esa situación antes.

Pero nunca se había sentido tan fuerte como esta vez. El dolor era intenso, un vacío profundo que amenazaba con consumirlo. Todo lo que había construido en su mente, todas las esperanzas y sueños, se desmoronaban frente a él, como un castillo de naipes derribado por un simple soplo de viento.

Cada vez que cerraba los ojos, la imagen de Harry besando a Olivia se repetía en su mente, como un disco rayado que no podía detener. Su corazón latía dolorosamente, y el nudo en su garganta le impedía respirar con normalidad. Las lágrimas seguían cayendo, mezclándose con sus suspiros y sollozos.

Se abrazó a sí mismo, intentando encontrar consuelo en su propio calor, pero el frío de la traición era demasiado penetrante. Recordó las noches en las que había soñado con un futuro junto a Harry, los momentos en los que había sentido que tal vez, solo tal vez, sus sentimientos eran correspondidos.

Pero ahora, todo eso parecía una cruel broma del destino. Se sentía estúpido por haber creído, por haber permitido que su corazón se abriera de nuevo solo para ser destrozado una vez más. El dolor de ser olvidado, de no ser suficiente, lo envolvía en una nube oscura de desesperanza.

Las horas pasaron lentamente, el silencio del apartamento solo interrumpido por sus sollozos ocasionales. Sabía que Zayn estaba en camino, pero en ese momento, la soledad era abrumadora. Necesitaba tiempo para procesar, para entender cómo seguir adelante cuando todo lo que había querido parecía tan inalcanzable.

Se quedó allí, inmóvil, dejando que el dolor hiciera lo que quisiera con él, esperando que eventualmente, tal vez, el sol volviera a brillar en su vida. Pero por ahora, solo existía la oscuridad y la sombra de lo que podría haber sido.




1333 palabras.

Definitivamente, creo que es uno de los mejores capítulos hasta ahora.

Pobre lou.

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Xoxo
-Leti

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