Harry se había quedado dormido en algún punto de la noche, su mano todavía unida a la del omega y su cabeza descansando al lado de la cadera de Louis. La mañana llegó y la luz del sol se filtró suavemente a través de las cortinas, iluminando la habitación con un brillo cálido. Harry se despertó con los primeros rayos de luz, parpadeando mientras sus ojos se ajustaban a la claridad.
Louis seguía dormido, su respiración regular pero débil. Harry suspiró y acarició suavemente la mano de Louis, deseando poder hacer más para aliviar su sufrimiento.
Zayn, que había estado dormido en el sillón, ya estaba despierto. Cuando noto que Harry se movía, aparto la mirada de su teléfono y se acercó a la cama de Louis, lanzando una mirada a Harry antes de fijar su atención en el omega.
—Buenos días —murmuró Harry, su voz ronca por el sueño.
Zayn asintió, todavía sin hablar mucho. La tensión entre ellos era palpable, pero en ese momento, lo más importante era Louis.
—¿Cómo está? —preguntó Harry, su voz llena de preocupación.
—Estable, al menos por ahora —respondió Zayn, observando los monitores—. Pero eso no significa que estemos fuera de peligro.
—Entiendo —susurró Harry, soltando la mano de Louis y levantándose de su silla—. Debo hacer una llamada, y de paso iré a buscar un café. ¿Quieres uno?
—Está bien. Negro, sin azúcar.
Harry asintió, saliendo de la habitación a paso lento. Se estiró ligeramente, sintiendo el dolor en su cabeza y cuello, además de una leve molestia en su pecho y estómago.
Necesitaba llamar a Jeff o a Rebecca, informarles sobre la situación de Louis y discutir cuándo podría regresar. Sacó su teléfono y vio la notificación de poca batería. Marcó el número de su manager y se lo llevó a la oreja mientras buscaba la cafetería del hospital.
—Jeff, soy yo —dijo Harry cuando su manager contestó—. Quería darte una actualización sobre Louis. Está estable por ahora, pero todavía estamos en una situación delicada.
Jeff suspiró al otro lado de la línea.
—Entiendo, Harry. ¿Cómo te sientes tú? Has estado allí toda la noche.
—Estoy... aguantando —respondió Harry, mirando alrededor en busca de la cafetería—. No he comido ni dormido mucho, pero Louis es lo más importante ahora.
—Lo sé, pero necesitas cuidar de ti también. No podrás ayudar a Louis si te derrumbas.
—Sí, lo sé —Harry suspiró—. Pero necesito estar aquí para él. No puedo dejarlo ahora. ¿Puedes informarle a Rebecca y al equipo que estaré aquí un tiempo más? No sé exactamente cuándo regresaré. Tal vez el mismo día del show... no lo tengo muy claro.
—Lo haré. ¿Quieres que organice algo para que puedas descansar un poco allí? ¿Algún asistente o algo?
—No, estaré bien. Solo necesito que nadie sepa que estaré aquí con Louis. Gracias, Jeff.
—De acuerdo, Harry. Manténme informado, ¿de acuerdo?
—Lo haré. Gracias.
Harry colgó la llamada y entro a la cafetería. Con la esperanza de pasar desapercibido, se ajustó la capucha de su sudadera negra, ocultando su rostro en la sombra. Caminó con pasos apresurados hacia el mostrador.
—Hola, buen día. ¿Me darías dos cafés negros, por favor? —murmuró Harry, tratando de sonar lo más común posible.
—Sí, claro. ¿Te gustaría que te los sirviera para llevar? —preguntó el barista, mientras empezaba a preparar los cafés.

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Erotic Melancholia
RomanceHarry Styles se había convertido en la estrella pop del momento, con una voz angelical y una apariencia divina. Louis Tomlinson, un fotógrafo talentoso, recibió la oportunidad de su vida: ser el fotógrafo oficial de la nueva gira de Harry. Para Loui...