XLII

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Luego de tener su conversación con su terapeuta, Louis decidió no volver al comedor, sino dirigirse a su habitación. Necesitaba descansar y dejar de pensar. Debía definitivamente dejar de pensar en dejar el trabajo, en dejar de trabajar para Harry Styles.

Sabía que renunciar no era una opción fácil, pero a veces, alejarse era la única forma de salvarse a sí mismo. Con cada paso hacia su habitación, sus pensamientos se arremolinaban. La imagen de Harry y Olivia juntos se repetía en su mente, amplificando su ansiedad. Entró a su habitación y cerró la puerta detrás de él, recostándose contra ella y dejando escapar un suspiro tembloroso.

Louis se descalzó, quitándose la chaqueta con movimientos lentos y pesados. Miró la caja roja sobre la cama, la cámara que Harry le había regalado aún dentro, intacta. La carta con la firma de Harry seguía allí, y Louis la recogió con cuidado, releyendo las palabras. "Cuando vi esta cámara pensé en ti, espero te guste. -H". Su cuerpo temblaba de frustración y dolor.

Se dirigió al baño, salpicando agua fría en su rostro, tratando de calmarse. Su reflejo en el espejo mostraba ojos enrojecidos y una expresión abatida. No podía seguir así, necesitaba encontrar una forma de mantenerse fuerte y enfocado. La terapeuta le había dado herramientas para manejar su ansiedad, pero en ese momento, todo se sentía abrumador.

Decidió meterse en la cama, abrazando una almohada mientras trataba de calmar su mente. Su teléfono sonó con un mensaje de Rebecca, preguntándole si estaba bien. "Estoy bien, solo necesitaba descansar un poco. Gracias por preguntar," respondió Louis.

La habitación estaba en silencio, y lentamente, Louis sintió que su cuerpo se relajaba. Cerró los ojos, intentando dejar ir los pensamientos sobre Harry, Olivia, y el dolor persistente en su pecho. Mañana sería un nuevo día, y tenía que encontrar la manera de seguir adelante, por él mismo.

La noche pasó bastante rápido, y su alarma comenzó a sonar temprano en la mañana. Louis se despertó con un sobresalto, parpadeando para despejar el sueño de sus ojos. Se quedó unos minutos en la cama, tratando de reunir la energía necesaria para enfrentar el día.

Se levantó y se dirigió al baño, lavándose la cara y cepillándose los dientes. El espejo reflejaba a alguien que parecía un poco más descansado que el día anterior, aunque las sombras bajo sus ojos aún eran visibles. Decidió no pensar demasiado en ello y se vistió con ropa cómoda y profesional, preparando su equipo fotográfico para el día.

Mientras recogía sus cosas, notó la caja roja con la cámara que Harry le había regalado. La dejó donde estaba, optando por usar su propia cámara en su lugar. Salió de la habitación y se dirigió al comedor del hotel para el desayuno.

El comedor estaba lleno de actividad, con el equipo de la gira preparándose para el día. Louis se sirvió una taza de café y un plato de frutas, sentándose en una mesa cerca de la ventana. A su alrededor, la charla y la risa llenaban el aire, pero él se sentía aislado, sumido en sus pensamientos.

Rebecca se acercó a su mesa con una sonrisa. —Buenos días, Lou. ¿Dormiste bien?— preguntó, sentándose frente a el.

—Sí, mejor, gracias —respondió Louis, intentando sonreír.

—Me alegra oír eso —dijo Rebecca, mirándolo con un gesto de preocupación—. Hoy tenemos un día ocupado.

—Sí, lo sé. Estoy listo —respondió Louis, tomando un sorbo de su café para intentar despejarse.

—Perfecto. Nos vemos en el lobby en una hora —dijo Rebecca, dándole una palmadita en el hombro antes de levantarse y unirse a otros miembros del equipo.

Louis asintió ligeramente mientras tomaba su taza de café entre las manos. Al levantar la vista, sintió un nudo en el estómago. Allí estaban, Harry y Olivia, en una esquina del comedor del hotel. Harry estaba inclinado hacia adelante, riendo abiertamente, mientras Olivia lo miraba con una sonrisa cálida. La luz matutina iluminaba su cabello y destacaba la conexión entre ellos.

El aroma a café y croissants se mezclaba con el aire, pero Louis no podía concentrarse en el desayuno. Harry parecía relajado, casi como si no hubiera pasado nada, mientras compartía un momento íntimo con Olivia. La imagen de los dos, tan felices y cómodos juntos, hizo que el corazón de Louis se hundiera.

Con un suspiro, Louis apartó la mirada, sintiendo el peso de la situación. A pesar de su mejor esfuerzo por mantener la calma y enfocarse en su trabajo, el dolor y la confusión seguían presentes.

Louis no podía con ello. Aunque lo intentara, su omega no podía dejar de llorar. El dolor era tan profundo que sentía cómo su corazón se contraía con cada respiración. La visión de Harry y Olivia, tan felices y unidos, era demasiado para soportar. La angustia le nublaba la mente, y el impulso de llamar a Harry se volvía cada vez más fuerte.

Con lágrimas en los ojos y el pecho lleno de un vacío doloroso, Louis sintió cómo el desasosiego lo abrumaba. Se preguntó cómo había llegado a este punto, por qué todo parecía tan frágil y doloroso. Su omega gritaba en silencio, anhelando un contacto, una señal de que todo esto no había sido en vano.

Mientras sus dedos temblaban al sostener la taza, un pensamiento persistente lo asaltaba: su omega quería llamar a Harry, al alfa que le había causado tanto dolor, pero también al único que podía calmar su angustia. La necesidad de expresar su dolor y buscar alguna forma de cierre era abrumadora.

Dejó la taza de café a medio terminar, dirigiéndose a su habitación mientras tomaba sus píldoras. Recogió rápidamente todas sus cosas y las metió en su valija, decidido a irse. Bajó al lobby con la valija en mano, su mente aún nublada por la tristeza.

Allí estaban todos, preparándose para el día. Con un suspiro de resignación, caminó hacia ellos.

—¿Por qué traes tu valija? —cuestionó Rebecca, con una expresión divertida en su rostro.

—Yo... em —parpadeó— debo hablar con Jeff —murmuró, dejando a Rebecca y dirigiéndose hacia el alfa.

—¿Jeff, podemos hablar? —preguntó en un susurro, tratando de mantener la calma.

—¿Sí? —respondió Jeff, notando la seriedad en el tono de Louis.

—Em... lo lamento tanto, en serio lo hago —murmuró, bajando la mirada.

—¿Qué dices, Louis? —preguntó Jeff, confundido.

—Debo... debo irme. Estoy presentando mi renuncia —dijo, intentando mantener la voz firme.

Rebecca apareció al lado de ellos, frunciendo el ceño al escuchar a Louis.

—¡¿Estás renunciando?! —exclamó, su voz cargada de incredulidad y preocupación.

—Sí, Rebecca —dijo Louis, tratando de no dejar que su voz temblara—. Lo siento, pero necesito salir de aquí.

Rebecca lo miró fijamente, tratando de entender la situación, mientras Jeff permanecía en silencio, su expresión reflejando sorpresa y preocupación.

—¿En serio, Louis? —cuestionó Jeff, su voz llena de incredulidad.

—Sí, en serio —respondió Louis, su tono grave—. Y lo lamento muchísimo. Amo este trabajo, han sido increíbles... pero no puedo seguir trabajando aquí.

—¿Por qué dices eso, Lou? —murmuró Rebecca, su voz cargada de preocupación.

—Yo... em, decidí que debo preocuparme por mí mismo, y eso significa alejarme de lo que me daña —dijo Louis, su voz temblando—. Realmente lamento dejar esto así, justo con el regreso de la gira. Te devolveré todo el dinero, Jeff. No te preocupes. Hasta luego —murmuró antes de darse la vuelta y caminar hacia la salida.

Louis no quería ni siquiera encontrarse con Harry. Sabía que su decisión era lo mejor para él, pero eso no aliviaba el peso en su corazón. Con la valija en mano y la mente llena de dudas y tristeza, salió del hotel, sintiéndose tan perdido como cuando había llegado.

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14 años de One Direction ❤️‍🩹😭

Erotic MelancholiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora