LXIX

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—Omega, duerme por favor. Hoy no hay show— murmuró Harry, su voz ronca y adormilada mientras lo mantenía abrazado.

Louis sonrió con ternura, pasando sus dedos por el cabello revuelto de su alfa. —Ya casi es mediodía— susurró, intentando no ceder al calor que emanaba del cuerpo de Harry.

—¿Y qué?— replicó Harry, aún con los ojos cerrados, mientras lo acercaba más hacia sí, como si eso pudiera impedir que el día avanzara.

—Que debemos levantarnos— insistió Louis, aunque su resolución flaqueaba con cada segundo que pasaba en los brazos de su alfa, envuelto en esa burbuja de tranquilidad que tanto amaba.

Harry abrió un ojo, observando a Louis con una mezcla de pereza y cariño. —No quiero— murmuró, apretándolo un poco más. —Mejor quedémonos aquí todo el día. Nadie nos necesita... bueno, al menos no ahora.

Louis rió suavemente, inclinándose para plantar un beso en la frente de Harry. —Claro que no. Porque eres Harry Styles, ¿recuerdas? El mundo probablemente se está preguntando dónde estás— bromeó, aunque la idea de quedarse acurrucado le resultaba tentadora.

—Pues que sigan preguntando— replicó Harry, finalmente abriendo ambos ojos y sonriendo de lado. —Hoy soy solo tu alfa, no una estrella de rock.

Louis suspiró, pero no pudo evitar sonreír. —Está bien, pero si no nos levantamos ahora, nunca lo haremos. Además, ¿no querías mostrarme algo hoy?

Harry lo miró por un momento antes de suspirar dramáticamente. —Está bien, omega... pero solo porque lo pediste— dijo, estirándose lentamente, su cuerpo aún pegado al de Louis, antes de besarlo con suavidad.

Harry se incorporó lentamente, con un bostezo que se mezcló con una sonrisa perezosa. Louis, aún acurrucado en la cama, observó cómo Harry se estiraba y se dirigía al baño. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, iluminando la habitación con un brillo suave y cálido.

Mientras Harry se duchaba, Louis se levantó y se preparó para salir. Decidió que lo mejor sería ir a desayunar al restaurante del hotel, en lugar de preparar algo en la habitación. Se vistió con una camiseta cómoda y unos jeans, y se aseguró de que Harry estuviera listo también.

Cuando Harry salió del baño, con el cabello aún mojado y despeinado, Louis ya estaba esperando junto a la puerta.

—Buenos días, amor— dijo Harry con una sonrisa, mientras se acercaba para darle un beso en los labios.

—Buenos días— respondió Louis, sonriendo en retorno. —Hoy pensé en ir al restaurante del hotel para desayunar. He oído que el desayuno aquí es excelente.

Harry asintió, emocionado por la idea. —Me parece perfecto. Solo dame un momento para vestirme y ya estamos listos.

Louis esperó pacientemente mientras Harry se vestía y se preparaba. Una vez listos, salieron de la habitación y se dirigieron al restaurante del hotel.

El restaurante estaba elegantemente decorado y ofrecía una amplia variedad de opciones para el desayuno. Louis y Harry se acomodaron en una mesa junto a la ventana, disfrutando de la vista de la ciudad mientras el sol se alzaba en el cielo.

—Este lugar tiene muy buena pinta— dijo Harry, hojeando el menú. —No sé por dónde empezar.

—Hay tantas opciones— respondió Louis, sonriendo. —Pero creo que me decantaré por el desayuno completo..

Harry se rió y asintió. —Estoy de acuerdo. Vamos a disfrutar de este desayuno juntos.

Mientras esperaban su comida, Louis miró a Harry con cariño. A pesar de las ocupaciones y el ajetreo del tour, estos momentos tranquilos y simples eran los que más valoraba.

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