X

320 32 9
                                    

El segundo show fue, si cabe, incluso mejor que el primero. Las fans, que ahora sabían quién era, lo saludaban con grandes sonrisas y algunas pedían tomarse una foto con él. Sentía una mezcla de sorpresa y gratitud por el cariño que recibía, pero sobre todo por cómo Harry se lució en el escenario, entregándose por completo al público.

Al finalizar el show, el equipo se apresuró a empacar todo para el próximo destino. Louis fotografiaba a Harry mientras saludaba a las últimas fans desde el backstage, capturando la energía vibrante y la emoción del momento.

Esa noche, el estadio retumbaba con los gritos y aplausos de los fans, pero el equipo ya estaba enfocado en lo que venía. Mañana por la mañana viajarían hacia Chicago, y el ajetreo de preparar todo para la siguiente parada se mezclaba con la adrenalina del éxito del show.

Louis ayudó con algunas cosas, pero principalmente se dedicó a documentar el proceso, fotografiando las cajas de equipo siendo cargadas, el equipo de producción trabajando diligentemente, y las fans que se despedían a regañadientes. Observó cómo Harry, aún con su atuendo brillante, se movía entre todos, dando instrucciones y asegurándose de que todo estuviera en orden.

A medida que la noche avanzaba, Louis sentía el cansancio acumulado, pero también una inmensa satisfacción. Sabía que el viaje a Chicago sería una nueva oportunidad para capturar momentos únicos y seguir documentando la magia del tour.

De vuelta en el hotel, Louis revisó sus fotos y se preparó para la mañana siguiente. Se duchó rápidamente, dejando que el agua caliente relajara sus músculos tensos. Luego, se vistió con su pijama cómodo y se tiró en la cama con su computadora, enchufando la memoria para revisar las fotos y separarlas en carpetas.

Todo iba normal. Louis ya estaba por mandar el archivo a la productora cuando su puerta sonó. Con las cejas fruncidas, se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta. Al abrirla, se encontró con Harry.

La escena era casi cómica: Harry vestía un pijama marrón con puntos azules y unas pantuflas, y llevaba una expresión de cansancio en su rostro.

—¿Puedo pasar? —cuestionó Harry, un poco apenado.

Louis parpadeó, sorprendido, pero asintió rápidamente.

—Em- Claro, pasa.—

Harry entró y Louis cerró la puerta detrás de él. El alfa miró alrededor de la habitación antes de sentarse en el borde de la cama, suspirando profundamente.

—Lo siento si te molesto tan tarde —dijo Harry, frotándose la nuca.

Louis se sentó en la silla frente a su computadora, tratando de no parecer demasiado nervioso.

—No te preocupes. ¿Está todo bien?

Harry lo miró, sus ojos verdes reflejando una mezcla de agotamiento y algo más, algo que Louis no pudo identificar del todo.

—Es solo... —comenzó Harry, vacilando un poco—. Todo esto, el tour, la presión... A veces es un poco abrumador. Y hoy, mientras cantaba, me di cuenta de lo importante que es tener a gente de confianza alrededor. —Hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Tú has sido genial, Louis, y eso que llevas solo dos días aquí. Las fotos, la manera en que capturas todo... me recuerda por qué hago esto.—

Louis sintió un calor subir por su rostro, su omega interior emocionado por el elogio del alfa.

—Gracias, Harry. Eso significa mucho para mí.—

Harry sonrió, un poco más relajado.

—Quería pedirte algo —dijo de repente, mirando a Louis con seriedad—. Me gustaría que me ayudes a documentar algo más personal. No solo los shows, sino también los momentos entre bastidores, las cosas que no siempre se ven. Quiero que la gente vea la verdad detrás de todo esto, y confío en ti para hacerlo.—

Louis asintió, sintiendo una mezcla de emoción y responsabilidad.

—Claro, me encantaría. Lo haré lo mejor que pueda.—

Harry se levantó, pareciendo más aliviado.

—Gracias, Louis. —

Louis sonrió, sintiendo que, aunque Harry no recordara su pasado juntos, habían comenzado a construir algo nuevo y significativo.

—Es un placer, Harry. Estoy aquí para lo que necesites.

Harry se acercó a la puerta, pero antes de salir, se volvió hacia Louis.

—Buenas noches, Louis. Descansa.

—Buenas noches, Harry —respondió Louis, viendo cómo el alfa se alejaba por el pasillo.

Cerró la puerta y se pegó contra ella, respirando el olor del alfa en el aire. Joder, su corazón latía muy rápido.

Volvió a su computadora con una sonrisa en el rostro y una renovada determinación. El tour apenas comenzaba, y sabía que lo mejor estaba por venir.

Erotic MelancholiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora