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El álbum estaba listo, al fin. Después de meses de arduo trabajo, largas noches en vela y la constante búsqueda de inspiración, Harry había llegado a la culminación de un proyecto que significaba mucho más que música; era una declaración de amor, de familia y de su viaje personal.

Hoy había sido el photoshoot para el álbum, un evento que había estado esperando con ansias y nerviosismo. La sesión se había realizado en un estudio de grabación en Londres, donde grandes ventanales dejaban entrar la luz natural, creando un ambiente perfecto y acogedor.

Harry llegó al lugar con su corazón latiendo con fuerza, sintiendo la mezcla de emoción y ansiedad en su pecho. A medida que entraba, el aire se llenaba con el aroma del café recién hecho y el suave murmullo de la conversación entre el equipo de producción y los fotógrafos. Las paredes estaban adornadas con carteles de álbumes icónicos, lo que le daba un aire nostálgico y lleno de historia.

La elección de su vestuario para el photoshoot era algo que Harry había planeado meticulosamente. Vestía un conjunto diseñado por Lambert y Harris Reed, que era una fusión de audacia y elegancia. La parte superior era una chaqueta de terciopelo negro, entallada y con detalles de bordado dorado que brillaban con la luz, lo que le daba un aire casi regia. Debajo, llevaba una camisa de seda blanca que caía con suavidad, con un escote en V que acentuaba su figura de manera sutil pero efectiva.

Los pantalones eran una obra maestra en sí mismos: un diseño ajustado de cuero negro que resaltaba su figura, terminando en unos botines de charol que añadían un toque de sofisticación a su look. El conjunto estaba perfectamente equilibrado, proyectando confianza y vulnerabilidad al mismo tiempo, un reflejo de lo que significaba para él esta nueva etapa.

-¡Vamos, Harry! -lo animó el fotógrafo, ajustando la iluminación para capturar la esencia del momento-. Solo sé tú mismo.

Con un profundo respiro, Harry se dejó llevar. La música sonaba de fondo, y al cerrar los ojos, pudo sentir la presencia de Louis y Oliver en su mente. Era como si su amor y su apoyo lo rodearan, dándole la confianza que necesitaba para brillar.

-Sonríe, Harry. Eso es, deja que el mundo vea quién eres realmente -dijo el fotógrafo, capturando el brillo en sus ojos mientras Harry posaba, sintiendo una mezcla de alegría y vulnerabilidad.

Las horas pasaron en un suspiro. Entre risas y poses, Harry se dio cuenta de que este álbum no era solo una colección de canciones, sino un testimonio de su vida, su amor por Louis y la llegada de su pequeño Oliver. Cada imagen que se capturaba reflejaba no solo su evolución como artista, sino también la historia que había estado construyendo con cada uno de ellos.

Al final de la sesión, mientras el equipo comenzaba a recoger, Harry sintió una oleada de gratitud. Había llegado a un lugar donde se sentía seguro y amado, y eso se notaría en cada acorde de su música. La portada del álbum sería un recordatorio de que, sin importar lo que el futuro trajera, siempre tendría su familia a su lado.

-¡Harold!- gritó Liam al verlo, su voz resonando en el estudio. Harry se volvió, encontrando la mirada cálida y entusiasta de su amigo.

-Liam- respondió Harry, sonriendo al ver la emoción en el rostro de su hermano. La forma en que Liam siempre sabía cómo elevar su ánimo lo hacía sentir afortunado.

-Acabo de ver las fotos- murmuró Liam, mientras pasaba sus manos por el hombro del rizado, dándole un ligero apretón de ánimo-. ¡Gran trabajo! La estética es impresionante, y tú... tú luces increíble.

Harry sintió un hormigueo de orgullo recorrerlo ante los cumplidos. Sabía que la visión que había tenido para el álbum se había concretado, pero escuchar la aprobación de Liam era especial. Era como recibir un respaldo de alguien que siempre había estado a su lado.

Erotic MelancholiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora