La semana pasó jodidamente rápido. Entre la avalancha de emociones, los preparativos y la incredulidad, los días se desvanecieron antes de que pudiera siquiera asimilarlo. Louis había tenido que reorganizar su vida por completo: suspender proyectos en curso, avisar a sus clientes habituales y hacer arreglos para su apartamento. Cada noche se iba a la cama con una lista de tareas interminable y un torbellino de pensamientos sobre lo que estaba por venir.
El día de su partida finalmente llegó. Louis se encontró en el aeropuerto de Heathrow, con una maleta llena de equipo fotográfico y otra con sus pertenencias personales. Cada paso que daba parecía surrealista. Los nervios y la emoción se entrelazaban mientras pasaba por el control de seguridad y se dirigía a la puerta de embarque. Cuando finalmente se sentó en la sala de espera, sintió una mezcla de alivio y ansiedad. Todo estaba listo, y no había vuelta atrás.
Al embarcar en el avión, fue dirigido a la sección de primera clase. ¡Joder, le habían comprado boletos de primera clase! La idea de volar en un lujo que nunca había experimentado antes lo hizo sonreír. Al llegar a su asiento, una azafata amable le dio la bienvenida con una copa de champaña y una caja de chocolates finos. Louis se permitió un momento para disfrutar de la experiencia. Los asientos eran amplios y cómodos, con espacio de sobra para estirarse. La cabina estaba decorada con buen gusto, irradiando una sensación de exclusividad.
Observó a su alrededor, maravillado. Las azafatas eran extremadamente atentas, ofreciéndole mantas de cachemira y menús con una selección de comidas gourmet. Era un mundo completamente diferente al de los vuelos económicos a los que estaba acostumbrado. Sin embargo, sabiendo que el vuelo duraría 11 horas, decidió que lo más sensato sería dormir tanto como pudiera para combatir el jet lag. No quería llegar a Los Ángeles con ojeras ni problemas debido a la diferencia de horario de 8 horas entre Los Ángeles y Londres.
Louis se puso sus audífonos y seleccionó una lista de reproducción relajante. Cerró los ojos, dejando que la música lo envolviera. A medida que el avión despegaba, sintió una mezcla de emoción y tranquilidad. Estaba a punto de comenzar una nueva aventura, una que lo llevaría a trabajar directamente con Harry Styles, una estrella que había admirado desde la distancia durante tanto tiempo.
El sueño lo alcanzó más rápido de lo que esperaba. Soñó con luces brillantes, escenarios grandiosos y momentos íntimos capturados a través de su lente. Su mente viajaba entre el pasado y el futuro, recordando los días de secundaria cuando Harry era solo un chico popular y él un tímido omega que lo observaba desde lejos. Ahora, estaba a punto de estar al lado de ese mismo chico, pero en un contexto completamente diferente.
Despertó un par de horas antes de aterrizar, sintiéndose sorprendentemente descansado. Miró por la ventana del avión, viendo las vastas extensiones de tierra y mar abajo. Estaban a punto de aterrizar en Los Ángeles, la ciudad de las estrellas, el epicentro de la industria del entretenimiento. Louis se desperezó y aprovechó para disfrutar de un desayuno exquisito que le ofrecieron antes de la llegada.
Mientras el avión descendía, el corazón de Louis latía con fuerza. Sabía que su vida estaba a punto de cambiar de una manera que nunca había imaginado. A medida que el avión tocaba tierra y rodaba hacia la puerta de desembarque, respiró hondo, preparándose para lo que vendría. Estaba listo para enfrentarse a esta nueva etapa con toda su energía y pasión.
Cuando bajó del avión, la sorpresa y la incomodidad lo invadieron al ver a dos alfas sosteniendo un cartel que decía "Louis Tomlinson". Parecía casi un chiste. Louis, un omega mediocre con solo dos bolsos, ahora estaba siendo recogido como una celebridad. Había traído un pequeño bolso con su ropa y uno más grande con todas sus cámaras. Sumándole la ropa que estaba usando en ese momento, se sintió un poco avergonzado por la atención.
Uno de los alfas, un hombre alto y bien vestido, le sonrió y se presentó.
—Hola, señor Tomlinson. Soy Eric, de la producción de Harry Styles. Este es mi colega, Mike. Estamos aquí para llevarlo a su hotel.—
Louis se sintió algo cohibido, pero les devolvió la sonrisa.
—Gracias, encantado de conocerlos.
Los alfas tomaron sus bolsos y lo guiaron a través del aeropuerto hasta un coche negro que los esperaba en la entrada. Louis no podía evitar sentir un poco de pena por la imagen que daba. Un omega simple y mediocre, ahora rodeado de lujo y atención. Pero también había una emoción innegable en su pecho. Estaba aquí, en Los Ángeles, a punto de embarcarse en la aventura de su vida.
En el coche, Eric le entregó una carpeta con los horarios detallados y el itinerario de la gira. Mientras Louis hojeaba los documentos, sintió una mezcla de emoción y responsabilidad. Sabía que este trabajo no sería fácil. El ritmo sería implacable.
Además, estaba el documento de confidencialidad que debía firmar. Este era un recordatorio de la seriedad del trabajo.
Mientras el coche avanzaba por las calles bulliciosas de Los Ángeles, Louis se permitió un momento para reflexionar. La oportunidad que se le presentaba era inmensa. No solo sería un paso adelante en su carrera, sino también una oportunidad para estar cerca de alguien que había significado tanto para él durante tanto tiempo. Con una sonrisa en los labios y una determinación renovada, Louis se preparó mentalmente para los próximos siete meses. La aventura estaba a punto de comenzar, y él estaba listo para enfrentarla con todo su ser.
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Erotic Melancholia
RomanceHarry Styles se había convertido en la estrella pop del momento, con una voz angelical y una apariencia divina. Louis Tomlinson, un fotógrafo talentoso, recibió la oportunidad de su vida: ser el fotógrafo oficial de la nueva gira de Harry. Para Loui...