No habían vuelto a ser lo que eran antes, pero estaban casi allí. Se había cumplido un mes desde que se mudaron a la hermosa villa en Italia, y aunque la relación seguía en un proceso de sanación, cada día se sentía un poco más normal.
El médico había venido a revisar a Louis y también a Harry, quien ya no tenía hematomas en su cuerpo. Ambos habían estado cuidándose y el tiempo en la villa había permitido que el ambiente se llenara de momentos más cálidos y reconfortantes.
Ese día, Harry había ido al pueblo a comprar algunas cosas; Louis había decidido quedarse en casa, disfrutando de la tranquilidad del lugar. La villa estaba impregnada de luz, y el sol entraba a raudales por las ventanas, creando un espacio acogedor donde Louis podía relajarse.
Mientras pasaba el tiempo, Louis sintió una repentina necesidad de distraerse. Recordó que Harry tenía una computadora portátil y decidió buscarla. Al no haber utilizado su teléfono desde que llegaron, la computadora era una puerta al mundo exterior que lo intrigaba.
Después de buscar un poco, encontró la computadora en la habitación de Harry, cubierta de una fina capa de polvo. La abrió con cuidado y se dio cuenta de que la batería estaba casi muerta. Necesitaba un cargador, así que se dirigió a la pequeña área de trabajo que Harry había improvisado en un rincón.
Al abrir los cajones, encontró algunos papeles dispersos y una vieja libreta llena de garabatos. La curiosidad lo llevó a hojeando sus páginas. Los dibujos y las notas eran fragmentos de los pensamientos de Harry, su arte y sus ideas. Con una sonrisa melancólica, Louis se sintió un poco más cerca de él, incluso en su ausencia.
Finalmente, encontró el cargador y lo conectó a la computadora. Mientras esperaba que se encendiera, Louis se recostó en la cama, sintiendo una mezcla de anticipación y nostalgia. Había algo reconfortante en ver la pantalla iluminada, como si le recordara que, a pesar de todo, aún había vida en su mundo.
En ese momento, se dio cuenta de lo mucho que anhelaba la compañía de Harry. Mientras esperaba que la computadora cargara, se imaginó cómo sería la noche: ver una película, compartir risas, y, tal vez, dejar que las viejas heridas comenzaran a cerrarse un poco más.
Cuando la computadora finalmente se encendió, Louis se encontró ante un caos de información: millones de páginas abiertas, cada una reflejando un pedazo del mundo de Harry. Su corazón dio un pequeño salto al darse cuenta de que el último día que Harry había usado la computadora había sido justo antes de que se mudaran a Italia.
Entre los archivos desordenados, encontró contratos que lo dejaron helado. Eran documentos que Harry había firmado, declarando su decisión de retirarse indefinidamente de la música. La revelación le causó un nudo en el estómago. ¿Era eso lo que había estado sintiendo? ¿Una necesidad de alejarse de todo?
Los contratos estaban llenos de cláusulas, una tras otra, cada una más desalentadora que la anterior. Harry había optado por cancelar giras, rechazar ofertas y, en última instancia, desvincularse de su carrera musical. Louis sintió que el mundo que habían construido juntos, ese mundo brillante y lleno de melodías, se desmoronaba ante sus ojos.
Los mensajes que acompañaban a los contratos estaban cargados de dolor y frustración. Había correos electrónicos de su manager, que intentaba convencerlo de que no tomara esa decisión, de que aún había tiempo para sanar y volver a la música. Pero la respuesta de Harry era clara: "Necesito tiempo. No puedo seguir adelante con esto".
Mientras leía, Louis se dio cuenta de que Harry estaba atravesando una lucha interna devastadora, un conflicto que nunca había mencionado en voz alta. Cada palabra era un grito silencioso, una declaración de su deseo de encontrar su propia identidad fuera de la sombra de la fama.
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Erotic Melancholia
RomanceHarry Styles se había convertido en la estrella pop del momento, con una voz angelical y una apariencia divina. Louis Tomlinson, un fotógrafo talentoso, recibió la oportunidad de su vida: ser el fotógrafo oficial de la nueva gira de Harry. Para Loui...