Erotic Melancholia

XXVIII

El calor había avanzado por completo su cuerpo, pero podía sentir otro calor, uno que no venía de él, sobre su espalda. Giró lentamente, encontrándose con una mata rizada, sintiendo el agarre firme en su cintura, presionándolo contra el fuerte pecho de Harry.

Todo su cuerpo tembló. Harry estaba allí, abrazando su cuerpo desnudo, sus cuerpos unidos, entrelazados. El aroma de Harry, una mezcla embriagadora de chocolate y café, llenó sus sentidos.

El celo había terminado, pero las escenas eran borrosas para Louis. Recordaba momentos de placer intenso, pero los detalles se escapaban de su mente. Una ola de miedo lo atravesó, mezclada con una necesidad desesperada de que Harry se quedara allí con él. Quería llorar, pero al mismo tiempo, la parte omega de su ser ronroneaba gustosa al sentir el aroma del alfa en su piel.

Harry se movió ligeramente, despertándose, y sus ojos se encontraron. El brillo en los ojos de Harry era diferente, más humano ahora, aunque todavía había un rastro de su lobo en ellos.

—Buen día ¿Cómo te sientes? —murmuró Harry, su voz profunda y suave, rompiendo el silencio.

—yo-em—susurró Louis con las mejillas rojas—,bien. —Sus ojos, ligeramente más claros, mostraban que el celo había terminado.

Harry asintió, sus dedos trazando círculos suaves en la piel de la espalda de Louis, enviando escalofríos de placer a través de su cuerpo. Louis se acurrucó más cerca, dejando que su cuerpo se relajara completamente en el abrazo del alfa. Cada inhalación llenaba sus pulmones con el reconfortante aroma de Harry, una burbuja de tranquilidad que lo envolvía.

—¿Lou? —preguntó Harry al sentir al omega temblar—. ¿Qué sucede, amor? —añadió al ver las lágrimas en su rostro.

—Yo-yo... —tembló Louis, sentándose en la cama y tapando su desnudez con las sábanas.

Todo lo que había sucedido cayó sobre él como una avalancha. La nube del celo había desaparecido, y la realidad de haber compartido su celo con Harry estaba allí, fresca sobre su piel. Ahora solo quería llorar.

—Lou... dime qué sucede. No llores —murmuró Harry, pasando sus pulgares por las mejillas húmedas del omega.

El estaba allí físicamente, pero su mente parecía estar en otro lado. Louis quería simplemente desaparecer. La intimidad, el instinto primal que había dominado sus cuerpos, ahora le parecía abrumadora y confusa.

—No... no sé cómo pasó todo esto —sollozó Louis—. No puedo... no puedo creerlo.—

—Shhh, está bien —dijo Harry, acunando el rostro de Louis con sus manos—. Estoy aquí. —

Louis asintió, aunque su cuerpo seguía temblando. Se sentía expuesto, vulnerable, y no sabía cómo enfrentar lo que había ocurrido. Harry se acercó más, abrazándolo con fuerza, tratando de transmitirle calma y seguridad.

—Lou, mírame —pidió Harry, sus ojos oscuros llenos de preocupación y ternura—. No estás solo en esto. Estoy aquí contigo, siempre.

Louis levantó la mirada, encontrando el consuelo en los ojos de Harry. Aunque todavía sentía el miedo y la confusión, el calor del alfa a su lado le daba una pequeña esperanza de que podrían encontrar una manera de superar esto juntos.

—bien —susurró Louis.

—Solo quiero que estés bien —respondió Harry, besando suavemente la frente de Louis.

Y así, en ese momento de vulnerabilidad compartida, Louis permitió que las lágrimas fluyeran, aferrándose al alfa que le ofrecía consuelo en ese momento.

—Yo-yo no pretendía esto —susurró Louis contra el pecho del rizado, su voz apenas audible y cargada de una profunda vulnerabilidad.

—Está bien, amor. Está bien —respondió Harry, intentando calmarlo con su tono suave y reconfortante.

—No me llames así, por favor —pidió nuevamente, sintiendo su labio temblar ligeramente. La familiaridad de la palabra "amor" solo intensificaba su confusión y su dolor.

No era correcto, no debían llamarse así. No eran nada. Solo fue un desliz, un omega en celo y un alfa respondiendo al llamado. Louis creía en el amor, creía en las relaciones de destinados, y este contexto solo hacía que su pequeño y lastimado corazón se rompiera un poco más. Cada palabra, cada gesto, le recordaba que lo que había ocurrido no era por amor, sino por instinto.

—Lou, lo siento si te hice sentir de esa manera. No era mi intención. Solo quiero que estés bien —dijo con sinceridad, acariciando el cabello de Louis con ternura, sus dedos deslizándose suavemente entre los mechones castaños.

Louis se apartó ligeramente, mirando a Harry con ojos llenos de tristeza y confusión. Sus emociones estaban desbordadas, y el contacto físico solo parecía intensificar sus sentimientos encontrados.

—Es que... esto no es lo que yo quería. No quería que fuera así —confesó, sus palabras apenas audibles mientras una lágrima solitaria corría por su mejilla. —No- yo —

—Lo sé, y lamento que te sientas así. Pero lo que pasó, pasó, y ahora solo quiero estar aquí para ti, de la manera que necesites —dijo Harry, su voz llena de empatía y preocupación. No quería que Louis se sintiera solo en su dolor.

Louis tomó una respiración profunda, tratando de calmar sus pensamientos. A pesar de todo, había algo en la sinceridad de Harry que le daba un pequeño consuelo. El aroma del alfa, una mezcla reconfortante de chocolate y café, lo envolvía, proporcionándole una extraña sensación de seguridad.

—Solo... dame tiempo, ¿sí? Necesito procesar todo esto —pidió Louis, con una mezcla de esperanza y miedo en su voz. Sabía que necesitaría tiempo para entender y aceptar lo que había sucedido.

Harry asintió de nuevo, dándole un suave beso en la frente, dejando que su aliento cálido acariciara la piel del omega.

—Tómate todo el tiempo que necesites, Lou. Estaré aquí, esperando —prometió Harry, su voz firme y reconfortante.

Y en ese momento, a pesar de la confusión y el dolor, Louis encontró un pequeño rayo de esperanza en las palabras de Harry. Quizás, solo quizás, podrían encontrar una manera de sanar juntos. Se acurrucó más cerca del alfa, dejando que la calidez de su cuerpo y su aroma calmante lo envolvieran, tratando de encontrar paz en medio del caos de sus emociones.