XI

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El vuelo directo a Chicago fue de cuatro horas. Esta vez, Louis no viajaba solo en primera clase, sino que estaba en el avión privado de Harry, junto a él y su banda. En solo unos días, su vida había dado un giro completo.

El avión privado era todo lo que Louis había imaginado y más: asientos de cuero suaves, una mesa repleta de frutas frescas y aperitivos gourmet, y una atmósfera relajada. La luz del sol se filtraba a través de las ventanas, creando un ambiente cálido y acogedor. Louis se sentó nerviosamente en su asiento, mirando de reojo a Harry, que estaba absorto en la lectura de un libro, con una expresión tranquila y concentrada.

Con el corazón latiéndole rápidamente, Louis reunió el valor para hablar. Sus dedos jugueteaban con el borde de su camiseta, y su voz salió en un susurro tímido.

—Em... Harry.—

Harry levantó la mirada, sus ojos verdes encontrándose con los de Louis, y una sonrisa iluminó su rostro.

—¿Sí, Louis? ¿Sucede algo?—

Louis tragó saliva, sintiendo que sus palabras salían atropelladamente mientras se sonrojaba.

—Em... yo, yo estaba pensando... ya que los próximos shows serán en Chicago... em... ¿podría invitar a un amigo? Yo-yo pagaría su boleto para el concierto, ¡claro! Solo que hace años que no lo veo, y-y él vive aquí. Y yo-yo claro que no quiero sobrepasar de confianza. Por favor, hace dos días que trabajo aquí... Joder-yo... mierda, olvida lo que dije.—

Harry rio suavemente, una risa cálida que llenó el ambiente. Movió su nariz, captando el aroma nervioso de Louis, y su alfa instintivamente liberó feromonas calmantes para tranquilizar al omega.

—Louis, está bien. Puedes invitar a tu amigo, no hay ningún problema. No debe pagar ningún boleto, no te preocupes.—

Louis parpadeó, sorprendido por la amabilidad de Harry. Su corazón latía aún más rápido, pero esta vez no solo por los nervios.

—¿En serio? Muchas gracias, Harry. De verdad, significa mucho para mí.—

Harry asintió, su sonrisa ampliándose mientras cerraba su libro y lo dejaba a un lado.

—Por supuesto. Siempre es bueno tener a alguien conocido cerca. Además, será una buena oportunidad para mostrarle tu increíble trabajo. —

Louis se mordió el labio, su omega calmándose un poco ante la presencia reconfortante de Harry. Se recostó en su asiento, mirando por la ventana del avión y viendo las nubes pasar mientras el paisaje cambiaba debajo de ellos. Se permitió cerrar los ojos por un momento, disfrutando del vuelo y de la amabilidad que Harry le había mostrado.

—Gracias, Harry —dijo Louis después de un momento de silencio, sintiendo que sus nervios se disipaban lentamente.

—De nada, Louis. Estoy seguro de que será genial tener a tu amigo en el concierto. Y recuerda, estamos todos en esto juntos. Si necesitas algo, solo tienes que decirlo.—

Louis sonrió tímidamente, sintiéndose más tranquilo. El aroma calmante de Harry y sus palabras reconfortantes hicieron que el vuelo pareciera menos intimidante.

El avión finalmente aterrizó en Illinois, y Louis sintió que su corazón latía con fuerza mientras se preparaba para salir. Tomó su bolso con manos temblorosas, lleno de emoción y nerviosismo. Bajaron por una rampa hacia el aeropuerto, donde los guardias les entregaron sus bolsos mientras el resto del equipo era llevado en un carrito. Al salir por una puerta, pudieron escuchar los gritos de emoción de las fans a través del vidrio.

Las fans estaban allí, esperando a Harry y a la banda con carteles y pancartas, pero también estaba él, el alfa con una sonrisa apenada en el rostro: Zayn, su Zayn.

Casi corrió hacia él en cuanto lo vio, saltando sobre él mientras el pelinegro lo tomaba en sus brazos. Los guardias intervinieron rápidamente para separarlos de la multitud de fans.

El aroma a tabaco y tierra mojada inundaba sus sentidos, el distintivo aroma de Zayn, ese que tanto había extrañado, se colaba en su sistema. Louis respiró profundamente, absorbiendo cada esencia familiar que hacía tanto tiempo no había tenido la oportunidad de disfrutar.

—Te extrañé tanto —murmuró Louis contra el cuello de Zayn mientras lo abrazaba con fuerza.

—Yo más, Lou, mucho más —respondió Zayn, apretándolo aún más contra su pecho antes de separarse—. Hasta has crecido —bromeó, ganándose un golpe juguetón en el pecho por parte de Louis.

—Imbécil —rió Louis, tomando la mano de Zayn y caminando junto a la banda. Cuando un guardia del staff los miró con cejas levantadas, Louis se apresuró a sonreír y aclarar—: Él viene conmigo, está todo bien.—

Las fans no fueron las únicas que presenciaron la escena, ya que un alfa rizado los observaba con curiosidad, cuestionándose quién era ese otro alfa.

Zayn soltó una risa suave y sarcástica mientras se acomodaba en el asiento de la lujosa camioneta que los esperaba.

—Joder, esto es lujoso —bromeó, mirando a su alrededor con asombro mientras los guardias abrían las puertas y los invitaban a subir.

Rebecca, que había notado la presencia de Zayn en el auto, se dirigió hacia él con una sonrisa amistosa.

—¿Quién es este apuesto alfa? —murmuró, extendiendo la mano hacia Zayn.

—Soy Zayn, mucho gusto —respondió el pelinegro, estrechando la mano de la beta con cortesía.

Harry levantó una ceja, observando la interacción con cierta suspicacia mientras arrugaba ligeramente la nariz. El aroma de Zayn no le agradaba del todo.

—¡Un gusto! Soy Rebecca —sonrió la beta—. ¿Louis es tu omega? —preguntó, haciendo que Louis sintiera que sus ojos iban a salirse de sus órbitas mientras su rostro se volvía rojo como un tomate.

—¿Quieres que te diga la verdad? —susurró Zayn, viendo cómo la beta asentía con curiosidad—. Lo es, es mi destinado.—

—¿En serio? —exclamó Rebecca, sorprendida.

—¿Qué? ¡No! ¡Él está mintiendo! —intervino Louis, tratando de contener su vergüenza y su sorpresa ante la inesperada revelación de Zayn.

Harry dejó escapar un gruñido apenas audible, sintiendo a su alfa interior removiéndose inquieto al escuchar a Zayn pronunciar que Louis era su omega. La idea de que alguien más reclamara a Louis, aunque fuera en broma, despertó una sensación incómoda en él. Sin embargo, trató de disimular su reacción, manteniendo una expresión serena mientras observaba la escena con atención.

Louis sintió un escalofrío recorrer su espalda cuando Zayn lo abrazó, el aroma a tabaco y tierra mojada envolviéndolo por completo. Cerró los ojos por un momento, permitiéndose disfrutar de la familiaridad del abrazo de su amigo de la infancia. La voz de Zayn era reconfortante, sus palabras susurradas casi como un secreto al oído de Louis, creando un vínculo íntimo entre ellos que Harry, a pesar de su gruñido apenas perceptible, no podía romper. Louis se sintió dividido entre la calidez del abrazo de Zayn y la tensión que emanaba de la presencia de Harry. Era un equilibrio incómodo entre el pasado y el presente, entre dos mundos que chocaban en aquel momento en la camioneta rumbo a su destino.

Erotic MelancholiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora