XLVIII

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Los doctores decidieron sedar por completo a Louis, su lobo estaba demasiado alterado con la presencia de Harry, lo que dificultaba su estabilización. La atmósfera en la habitación se había vuelto aún más tensa, y Harry se sintió impotente al ver cómo el equipo médico trabajaba rápidamente para calmar al omega.

—Tenemos que sedarlo para estabilizarlo —dijo el médico con firmeza, preparando la inyección mientras una enfermera ajustaba los monitores.

Harry observó con preocupación, su corazón latiendo a un ritmo frenético. Sentía una mezcla de miedo y culpa, sabiendo que su presencia estaba causando más problemas, pero incapaz de apartarse del lado de Louis.

—Harry, será mejor que salgas por ahora —sugirió Zayn, su voz suave pero firme—. Deja que los doctores hagan su trabajo.

Harry asintió lentamente, sabiendo que Zayn tenía razón. A regañadientes, soltó la mano de Louis y se levantó, su mirada fija en el omega mientras los médicos administraban el sedante. Louis se relajó lentamente, su respiración volviéndose más tranquila a medida que el sedante hacía efecto.

Una vez fuera, Harry se dejó caer en una silla del pasillo, su mente trabajando a toda velocidad. Sabía que tenía que encontrar una manera de ayudar a Louis, de reparar el daño que había causado, y de asegurarse de que su lobo y su omega estuvieran en paz.

—¿Él estará bien, verdad? —cuestionó Harry, su voz temblando mientras miraba a Zayn.

—Sí —respondió Zayn, su voz cargada de determinación—. Louis es fuerte, él lo superará —murmuró, bufando ligeramente al sentir las feromonas de Harry golpearlo con intensidad—. ¿Puedes jodidamente calmarte? Pareces un cachorro que no sabe controlar sus feromonas.

Harry tartamudeó, levantándose de la silla y pasándose las manos por sus rizos con nerviosismo.

—Yo... lo siento —dijo, su voz quebrándose mientras intentaba recomponerse.

—¡Cálmate! —gruñó Zayn, la frustración palpable en su tono. Harry lo miró con una mezcla de confusión y angustia.

De repente, los ojos verdes de Harry comenzaron a tomar un tono profundo rojo, una señal clara de que su lobo estaba tomando el control. Era una visión inquietante para Zayn, quien nunca había visto a un alfa en esa situación. Sabía que en el celo el lobo tomaba el control, pero esta era una situación completamente diferente.

—Le duele... me duele —repitió Harry con la respiración agitada, su voz temblando mientras se aferraba a su pecho.

Zayn se quedó paralizado por un momento, observando cómo el lobo de Harry se manifestaba con tanta intensidad. Era evidente que Harry estaba luchando por mantener el control, pero la desesperación en sus palabras y el dolor reflejado en su rostro dejaban claro que estaba sufriendo enormemente.

—Escucha —dijo Zayn con calma forzada, intentando apaciguar la situación—. Tienes que encontrar un equilibrio, Harry. Tu lobo está perturbado, y eso no está ayudando a Louis. Necesitas calmarte para que puedas estar presente de la manera que él te necesita.

Harry asintió lentamente, intentando respirar profundamente para controlar sus emociones y sus feromonas. La batalla interna entre su lado humano y su lobo era palpable, pero sabía que debía hacer un esfuerzo para estar en su mejor estado para ayudar a Louis.

Zayn, viendo el esfuerzo de Harry por calmarse, se acercó lentamente a él, tratando de transmitir una sensación de calma.

—Mi omega —murmuró el lobo de Harry con desesperación en su voz.

—Respira, respira conmigo —gruñó Zayn, enfocando sus ojos avellana en los ojos rojos del rizado—. Respira —ordenó con más firmeza.

—Llévame a donde está mi omega —ordenó Harry, su voz cargada de urgencia.

—Debes calmarte primero para poder verlo —dijo Zayn, manteniendo la calma mientras intentaba controlar la situación.

—¿Dónde está mi omega? —insistió Harry, su tono exigiendo una respuesta.

Zayn respiró hondo, sintiendo la tensión en el aire. Sabía que no podía permitir que Harry actuara impulsivamente. Necesitaba encontrar un equilibrio para que pudieran enfrentar la situación.

—Ya iremos con el, pero debes tranquilizarte —dijo Zayn, intentando mantener su voz firme—. Tu presencia puede influir en él, y necesitamos que estés en el estado adecuado para no agravar las cosas.

Harry asintió lentamente, tratando de controlar su respiración mientras Zayn lo guiaba hacia la habitación de Louis. Cada paso era una lucha interna para mantener el equilibrio entre su lobo y su parte humana. La desesperación en su rostro se mezclaba con la determinación de estar al lado de Louis, sin importar el costo.

Los médicos estaban al lado de Louis, ocupados con las tareas críticas para estabilizar su estado. Una enfermera estaba extrayendo sangre de su pequeño y débil brazo, mientras otro médico revisaba el tubo de oxígeno conectado a una pequeña cánula. El ambiente estaba cargado de urgencia y tensión.

De repente, Harry, con su lobo tomando el control, avanzó hacia la cama de Louis. Sus ojos verdes se habían transformado en un profundo rojo, y su presencia se hizo notar inmediatamente.

—Mi omega —gruñó el lobo de Harry, su voz resonando con una intensidad que hizo que todos en la habitación se detuvieran. El aroma a café y chocolate comenzó a llenar el aire, desbordando la sala con una presencia abrumadora e incontrolable.

Los médicos y enfermeras se apartaron rápidamente, conscientes del impacto de las feromonas de un alfa en una situación tan delicada. Zayn se colocó entre Harry y la cama de Louis, tratando de mantener el equilibrio mientras la tensión aumentaba.

—¡Harry! —exclamó Zayn, intentando mantener su voz firme. —Tienes que controlar tus feromonas. Ellos están tratando de estabilizarlo.

El lobo de Harry, sin embargo, estaba enfocado únicamente en su omega, su instinto primario empujándolo a estar cerca de Louis. A pesar del caos que esto causaba, la presencia de Harry también parecía estar calmando de alguna manera el ambiente.

La habitación estaba cargada de una tensión palpable, cada rincón lleno del caos emocional que provocaba la presencia de Harry. Mientras los médicos y enfermeras trabajaban febrilmente para estabilizar a Louis, el lobo de Harry se mantenía en un estado de agitación y desesperación.

—¡Déjame tocar a mi omega! —gruñó Harry, su voz retumbando con un tono autoritario y desesperado. Sus ojos rojos, llenos de una intensidad inhumana, se clavaron en Zayn, empujándolo a un lado con un gesto brusco pero implacable.

Zayn, aunque furioso, se apartó con la sensación de impotencia ante el poder del lobo. Harry se arrojó sobre la cama, su presencia dominante llenando el espacio alrededor de Louis. Su lobo se movió con una necesidad imperiosa, pasando su nariz y lengua por la piel suave del omega, marcándolo con su aroma protector de café y chocolate.

—Mi omega, mío, mi omega, mío —murmuraba repetidamente, su voz quebrada por la angustia—. Estarás bien. Lo lamento, Harry es un tonto. Yo te amaré y cuidaré, tu alfa siempre te protegerá.

Las palabras eran tanto una promesa como un ruego, cada sílaba cargada de una desesperación y amor incondicional. El lobo de Harry continuaba liberando sus feromonas protectoras, envolviendo a Louis en una nube de seguridad y pertenencia. La respiración de Louis, aunque débil, pareció calmarse ligeramente bajo el influjo del aroma de su alfa.

Los médicos y enfermeras se mantuvieron a distancia, observando con preocupación pero entendiendo que la conexión entre el alfa y el omega era crucial en ese momento. Zayn, aunque todavía frustrado y preocupado, no pudo evitar sentir un atisbo de esperanza al ver cómo la presencia de Harry parecía estabilizar a Louis.

—Tú eres mío, Louis —susurró Harry, sus ojos rojos volviendo lentamente a su color verde mientras la calma comenzaba a asentarse en su interior—. No dejaré que nada te haga daño.


1259 palabras

Erotic MelancholiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora