LXXII

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Había pasado exactamente una semana desde aquel día, y Louis realmente creía que Harry podría desmayarse de agotamiento en cualquier momento. El equipo no dejaba de llevarlo de un lado a otro: gimnasio, ensayos, entrevistas, grabaciones y millones de compromisos que mantenían a Harry tan ocupado que apenas tenían tiempo para verse.

Louis observaba de reojo la pantalla de su teléfono, esperando algún mensaje de Harry que le confirmara que, al menos, estaba bien. Sabía cuánto deseaba Harry escapar de esa rutina y correr hacia él, refugiarse en sus brazos y olvidar el peso de su agotadora agenda. Pero, por ahora, parecía imposible.

Louis suspiró profundamente, sintiendo un vacío en el pecho. Estaba acostumbrado a compartir el día a día con Harry, y ahora se sentía cada vez más distante. Sabía que el alfa estaba haciendo todo lo posible, pero la presión y el agotamiento comenzaban a pasar factura.

Finalmente, su teléfono vibró con un mensaje que lo hizo sonreír:

"Te extraño. En cuanto termine aquí, correré a verte. Prometo que ya falta poco."

Louis sintió un pequeño alivio al leerlo, pero no podía evitar preocuparse. Sabía que Harry estaba dando todo de sí, y aunque quería ser fuerte por él, no podía evitar sentirse impotente. El omega cerró los ojos un momento, deseando que Harry pudiera estar a su lado ahora mismo, abrazándolo y haciéndole olvidar todas las preocupaciones.

Minutos después, su teléfono volvió a vibrar, pero esta vez era una llamada. Louis contestó de inmediato.

—¿Rizado?

—Omega...— La voz de Harry sonaba agotada pero llena de cariño—. Estoy libre. Ya voy de camino, ¿me esperas?

—Siempre —respondió Louis con suavidad, sonriendo a pesar de todo.

Louis esperó pacientemente, aunque sentía su corazón acelerarse con cada minuto que pasaba. Sabía que Harry estaba haciendo todo lo posible por regresar a él, y eso lo hacía sentir un poco más tranquilo. Sin embargo, no podía evitar mirar el reloj una y otra vez, deseando que el alfa apareciera pronto.

Finalmente, escuchó el sonido de la puerta abriéndose. Se levantó del sillón de inmediato y corrió hacia la entrada, encontrándose con Harry, quien lucía cansado pero con una sonrisa en su rostro.

—Omega...— murmuró Harry antes de acercarse y abrazarlo con fuerza, como si el mundo se desvaneciera a su alrededor.

Louis sintió la calidez del abrazo, su cuerpo relajándose al instante. Cerró los ojos y apoyó la cabeza en el pecho de Harry, escuchando el latido constante de su corazón.

—Te extrañé tanto...— susurró Louis, aferrándose a él—. Estás trabajando demasiado, Harry. No quiero verte así.

—Lo sé, lo sé...— Harry lo besó en la frente—. Pero ya estoy aquí, ¿sí? No me voy a ninguna parte. Hoy soy todo tuyo.

Louis lo miró a los ojos, aún sintiendo la preocupación en su interior, pero no pudo evitar sonreír.

—Prométeme que descansarás esta vez —dijo Louis con una sonrisa ligera, aunque en su tono había una clara súplica.

Harry lo miró con ternura, deslizando su mano por la mejilla de Louis.

—Te lo prometo, omega. Ahora quiero estar solo contigo.

—Nuestro celo tal vez llegue mañana —avisó Louis, y en ese instante su estómago se retorció. No sabía exactamente cómo lo manejarían.

Harry sintió un escalofrío recorrerle la espalda al escuchar las palabras de Louis. Su estómago se retorció de la misma manera, pero no por miedo, sino por la intensidad de lo que se avecinaba. Sabía que el celo no era algo fácil de manejar, pero también sabía que lo enfrentarían juntos.

—Mañana...— repitió en un susurro, procesando la información. Su mirada se suavizó mientras buscaba los ojos de Louis—. Lo manejaremos, omega. Juntos.

Louis asintió lentamente, aunque todavía parecía un poco nervioso. Era su primer celo juntos...bueno, su segundo celo en realidad. Pero este era el primero planificado y aunque confiaba en Harry, la incertidumbre lo hacía sentir vulnerable.

—¿Y si no lo hago bien? —preguntó Louis con la voz temblorosa, desviando la mirada.

Harry se acercó más, inclinando su rostro para que Louis lo mirara. Su mano acarició la mejilla del omega, con una suavidad que solo reservaba para él.

—Lo harás bien —le aseguró Harry—. No tienes que preocuparte por eso. Estaré contigo todo el tiempo, cuidándote. No hay nada que no podamos superar juntos.

Louis suspiró, relajándose un poco ante las palabras de Harry. Asintió de nuevo, esta vez con más confianza.

—Gracias, alfa. Sé que estaremos bien... solo que todo es tan nuevo.

—Es nuevo para mí también —admitió Harry, sonriendo con dulzura—. Pero si lo afrontamos juntos, lo haremos especial.

Louis lo abrazó más fuerte, sintiendo que, pese a la incertidumbre, estaba donde debía estar: en los brazos de su alfa.

—Debes dormir ahora, mañana te sentirás mal...— dice Louis con suavidad, tomando la mano de Harry y llevándolo hacia el nido, su voz tranquila pero firme, intentando persuadirlo.

—Quiero estar contigo— responde Harry, su tono cargado de deseo y un toque de terquedad.

Louis suspira, con una sonrisa tierna mientras acaricia el dorso de la mano del alfa. —Estarás conmigo, solo que en la cama... y durmiendo.— Su mirada es firme, pero afectuosa, intentando hacerle entender que descansar es lo mejor para ambos.

—No quiero dormir— murmura Harry, con ese toque de rebeldía en su voz, acercándose más a Louis. —Quiero hablar contigo... besarte... no quiero que este día termine.—

Louis ríe suavemente, acariciando el cabello de Harry, sabiendo que no iba a ceder tan fácilmente.

—Alfa, sé que estás muy cansado, puedo notarlo. Ahora, vas a dormir, yo me bañaré y pediré algo para comer...— dijo Louis con suavidad, pasando los dedos por los cabellos de Harry mientras lo miraba con ternura.

—Omega...— susurró Harry, deslizando sus manos lentamente por la espalda baja del castaño, buscando mantenerlo cerca.

—Alfa, hazme caso...— insistió Louis, rozando sus labios contra los de Harry, con una sonrisa pequeña pero firme.

—Es que te he extrañado tanto, amor— murmuró Harry, su voz ronca por el cansancio y el deseo contenido.

—Lo sé, yo también te extrañé, y no tienes idea de cuánto...— respondió Louis, acariciando su mejilla —pero debes hacerle caso a tu novio y a tu omega, o sea, a mí.—

Harry sonrió, dejando escapar un suspiro, entrecerrando los ojos mientras su frente se apoyaba en la de Louis.

—Mi novio y mi omega...— susurró, casi para sí mismo, con una sonrisa relajada —qué lindo suena eso.—

Louis sonrió suavemente, disfrutando del momento, mientras sentía cómo el cuerpo de Harry se relajaba poco a poco bajo su toque, sabiendo que había logrado calmarlo, al menos por un rato.

1094 palabras

Erotic MelancholiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora