Harry arrojó la revista sobre la mesa, con las páginas abiertas en el artículo que lo había indignado tanto. Su rostro estaba enrojecido por la frustración y la ira, y su respiración era pesada.
—¿Es una maldita broma? —gruñó Harry hacia Jeff, su manager.
—Harry... no tenía idea—dijo Jeff, levantando las manos en un gesto de rendición.
—¡Eres mi maldito manager! Tú debiste de dar el maldito okay para la publicación de la revista —gritó Harry, señalando a Jeff con su dedo y presionándolo en el pecho del alfa.
—¡No tenía idea! —repitió Jeff, tratando de calmarlo.
—¿Y por qué la han publicado? Han cambiado todo lo que he dicho. ¡Ni siquiera han mencionado algo sobre la película o la gira! Son unos jodidos bastardos.
—Harry...—intentó decir Jeff nuevamente, pero fue interrumpido.
—¡¿Qué?! Siempre es el mismo tema. ¿Qué les interesa si estoy con alguien o no? Si he encontrado mi omega, no les incumbe. —Harry gritó, su voz llena de amargura—. "El cantante del momento, Harry Styles, se encuentra soltero desde su último rompimiento con la hermosa modelo Camille Rowe. ¿El alfa tiene todavía el corazón roto?", —leyó con desdén de la revista—. ¿En serio? ¿Eso es lo más importante para ellos?
Jeff se quedó en silencio, sabiendo que cualquier intento de razonar con Harry en ese momento sería inútil.
—Harry, sé que estás enojado, y con razón. Vamos a tomar medidas para rectificar esto—dijo finalmente Jeff, tratando de sonar conciliador.
Harry suspiró, pasando una mano por su cabello rizado en un gesto de frustración.
—Solo quiero que me dejen en paz. No necesito que cada detalle de mi vida amorosa sea un maldito titular —gruñó—. Mañana será el último show y tendremos dos meses de descanso. No quiero entrevistas, no quiero malditas fotos, me dedicaré a empezar la grabación de la película y es todo.
—Harry, no puedo cancelar las entrevistas —dijo Jeff con tono de preocupación.
—Tendrás que hacerlo porque yo no me presentaré —respondió Harry, su voz firme y decidida.
Jeff intentó razonar con él, pero la determinación en los ojos de Harry era inquebrantable. Finalmente, Jeff asintió con resignación.
—Está bien, Harry. Hablaré con ellos y veré qué puedo hacer. Necesitas descansar y concentrarte en lo que realmente importa.
Harry asintió, agradecido. Se sentía agotado, no solo por el ritmo implacable de la gira, sino también por la constante invasión a su vida privada. Necesitaba un respiro, un momento para reconectar consigo mismo y con lo que realmente importaba.
Salió de la habitación de Jeff, caminando hacia el gimnasio con una expresión cansada. Solo un show más y ya está, pensó, intentando encontrar consuelo en esa idea.
Al llegar al gimnasio del hotel, conectó sus auriculares a su teléfono y encendió la caminadora. La música comenzó a sonar, llenando sus oídos y ayudándole a despejar su mente. Ajustó la velocidad y comenzó a trotar, concentrándose en el ritmo de sus pasos y en la sensación de sus músculos trabajando.
El gimnasio estaba casi vacío a esa hora, lo que le daba un poco de privacidad. Mientras corría, dejó que sus pensamientos vagaran. Pensó en la gira, en la película, en Louis... Louis, que siempre estaba ahí, capturando cada momento con su cámara, pero que últimamente había estado más distante. Harry no podía dejar de preguntarse si él también estaba sintiendo la tensión de todo esto.
ESTÁS LEYENDO
Erotic Melancholia
RomanceHarry Styles se había convertido en la estrella pop del momento, con una voz angelical y una apariencia divina. Louis Tomlinson, un fotógrafo talentoso, recibió la oportunidad de su vida: ser el fotógrafo oficial de la nueva gira de Harry. Para Loui...