LXII

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—¿Puedes darme la mano? —preguntó Harry en un susurro cuando las puertas del ascensor se abrieron, revelando el vestíbulo del hotel.

Louis asintió ligeramente, observando cómo Harry, con un gesto nervioso, limpiaba sus manos sudadas en sus pantalones antes de tomar la mano que Louis le ofrecía. El contacto entre ellos fue inmediato y reconfortante, una conexión silenciosa que hablaba más que cualquier palabra.

Harry apretó la mano de Louis con fuerza, como si esa simple acción fuera suficiente para anclarlo y darle la fuerza que necesitaba para enfrentar el día. Louis respondió con un suave apretón, ofreciéndole el apoyo incondicional que siempre había estado dispuesto a brindar. Mientras caminaban juntos, lado a lado, Louis podía sentir la tensión en el cuerpo de Harry, pero también la forma en que su toque parecía calmarlo.

Cuando llegaron a la sala de juntas del hotel, Harry, con un gesto cortés, dejó que Louis pasara primero.

—Hola, buenas —murmuró Harry al entrar, su voz suave pero firme resonando en la habitación.

El equipo se giró al escuchar a Harry, levantándose para saludarlos. Todos los ojos se posaron en Louis, quien se mantenía tranquilo a pesar de la atención repentina. Harry, sin titubear, tomó la espalda de Louis, como si quisiera dejar claro ante todos quién estaba a su lado.

—Él es Louis, mi omega —anunció en voz alta, con una determinación que hizo que cada palabra resonara con fuerza en la sala.

La sorpresa fue palpable en el ambiente. Entre los presentes, Olivia Wilde se quedó momentáneamente estática, sus ojos abriéndose con una mezcla de asombro e incredulidad. No esperaba encontrarse con esta situación, y mucho menos con la revelación de Harry frente a todo el equipo. Mientras tanto, Louis, aunque un poco incómodo con toda la atención, mantenía una postura firme y serena, sintiendo el peso de la mirada de todos, pero concentrado en el calor reconfortante de la mano de Harry en la suya.

El silencio en la sala era denso, pero Harry no apartó la vista de Olivia, esperando su reacción. Por un instante, el tiempo pareció detenerse, hasta que finalmente Olivia parpadeó, como si acabara de despertar de un trance, intentando recomponerse.

—¿Cómo estás, Harry? Rebecca nos comentó que no te sentías muy bien —murmuró un beta del equipo de producción, con una mezcla de preocupación y profesionalismo en su tono.

Harry esbozó una pequeña sonrisa mientras tomaba asiento junto a Louis.

—Algo cansado, la verdad. Me desperté con fiebre, pero ahora me encuentro mejor. Gracias por preguntar —respondió, con una voz más suave, como si la fiebre aún le pesara un poco en el cuerpo.

Louis se sentó a su lado, manteniendo una mano en la pierna de Harry bajo la mesa, un gesto discreto pero lleno de apoyo. Mientras tanto, el equipo de producción intercambió miradas, notando la cercanía entre ellos.

Harry sabía que su situación física no era la mejor, pero también entendía la importancia de esta reunión. Estar allí, con Louis a su lado, le daba la fuerza necesaria para seguir adelante, aunque el cansancio todavía pesara en sus hombros.

El beta de la producción asintió, reconociendo la situación sin presionar demasiado.

—Me alegra que te sientas mejor, Harry. Bueno, vamos a empezar con la reunión, entonces —dijo, señalando al resto del equipo para que tomaran asiento.

Olivia Wilde, la directora, se adelantó un poco en la mesa, sacando algunas notas y un guion. Su mirada se encontró con la de Harry por un breve momento antes de hablar.

—Hemos revisado el cronograma de filmación y hay algunas escenas que necesitamos ajustar. La secuencia de la cena se filmará el próximo lunes. Florence ya ha repasado sus líneas y todo está listo, pero necesitábamos asegurarnos de que estés bien para grabar esa escena crucial. Es una parte importante de la película.

Harry asintió, aunque su atención estaba dividida entre lo que decía Olivia y la sensación de la mano de Louis sobre su pierna.

—Sí, puedo estar listo para eso —respondió Harry, esforzándose por sonar seguro.

—Perfecto —continuó Olivia—. También hemos estado considerando algunas tomas adicionales en el set del desierto. La luz natural allí es perfecta al amanecer, así que tendremos que programar algunas madrugadas. ¿Crees que podrías manejarlo, Harry?

Harry tomó un momento para considerar la pregunta, sus ojos encontrándose brevemente con los de Louis, buscando un poco de apoyo.

—Sí, puedo hacerlo —respondió, aunque la idea de madrugar con su cuerpo aún recuperándose lo hizo sentirse un poco inseguro.

—Sabemos que has estado ocupado, así que hemos coordinado para que las sesiones de diálogo se mantengan lo más breves posible —añadió el beta—. Florence y tú tienen una gran química en pantalla, y queremos asegurarnos de capturar esa conexión.

Louis, mientras escuchaba todo en silencio, apretó ligeramente la pierna de Harry en un gesto de aliento. Harry le devolvió una pequeña sonrisa, agradeciendo su presencia.

—Gracias —dijo Harry, mirando a los miembros del equipo—. Quiero que todo salga bien. Esta película significa mucho para mí, y aunque no he estado en mi mejor forma, haré todo lo posible para que salga adelante.

El equipo asintió en comprensión, y la conversación continuó, enfocándose en los detalles técnicos de las próximas grabaciones. Louis observaba a Harry manejar la reunión con una mezcla de admiración y preocupación, asegurándose de estar allí para él en cada paso del camino.

La reunión terminó casi dos horas después, habiendo cubierto todos los temas necesarios: cómo se manejaría la producción para no interferir con la gira de Harry, los días de grabación, el vestuario, y diferentes diálogos importantes.

Cuando todos se estaban despidiendo, Olivia se acercó un poco más de lo necesario a Harry, algo que no pasó desapercibido para Louis. Antes de que la situación pudiera volverse incómoda, Harry tomó la mano de Louis y ambos salieron casi corriendo de la sala de juntas, dejando atrás a Olivia y al resto del equipo.

Una vez en el pasillo, Harry apretó ligeramente la mano de Louis y dijo, con una sonrisa de agradecimiento:

—Gracias por acompañarme, Lou.

Louis asintió, sintiendo un ligero sonrojo en sus mejillas. Estaba aún procesando todo lo que había ocurrido durante la reunión, especialmente la forma en que Harry lo había presentado como su omega frente a personas tan importantes.

—¿Te parece si llamo a los médicos para que se aseguren de que estás bien? Y luego salimos a comer... —propuso Louis, preocupado.

Harry lo miró, con una mezcla de afecto y diversión en sus ojos.

—¿Ya no te sientes mal? —cuestionó Louis, un poco sorprendido por la rapidez del cambio en Harry.

—Me siento mejor, pero necesito saber cómo está tu lobito —respondió Harry mientras ambos entraban al ascensor.

Louis se sonrojó profundamente al escuchar esas palabras, desviando la mirada hacia el suelo para evitar que Harry notara lo mucho que le afectaban. Pero Harry, con su típico toque de ternura, levantó suavemente la barbilla de Louis con un dedo, obligándolo a mirarlo a los ojos.

—¿Estás bien? —preguntó Harry, su voz llena de preocupación.

—Sí... —asintió Louis, aún sintiendo el calor en sus mejillas.

Harry no solo había hecho un nido con él, sino que también había dejado claro, frente a personas muy importantes, que Louis era su omega. Y para rematar, había llamado a su lobo interior "lobito", algo que había tocado a Louis en lo más profundo de su ser. Estaba abrumado por todo el cariño y la protección que Harry le brindaba, sintiendo una conexión tan intensa que casi le costaba creerlo.

Louis no pudo evitar sonreír tímidamente, mientras el ascensor subía, llevándolos a una nueva etapa de su relación, donde ambos se apoyaban mutuamente, sin importar las circunstancias.

1280 palabras

Erotic MelancholiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora