LXXIX

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Harry brillaba en el escenario, moviéndose al compás de la música con una energía contagiosa, su sonrisa nunca desapareciendo de su rostro. Cada paso y nota estaban perfectamente sincronizados, iluminando la atmósfera mientras el público lo aclamaba.

A mitad del show, llegó uno de esos momentos de conexión especial con sus fans. Harry se sentó en el borde del escenario, charlando casualmente con una fan del público.

—¿Qué? ¿Te has hecho un tatuaje mío? —rió Harry, genuinamente sorprendido—. ¡Déjame verlo!

La fan, emocionada, levantó el brazo, mostrando una pequeña casita tatuada en referencia al último álbum de Harry, Harry's House.

—¡Oh! Está precioso —sonrió Harry, genuinamente conmovido—. Sabes, yo también tengo un nuevo tatuaje... No sé si lo han podido ver —dijo mientras se quitaba la chaqueta con un toque de dramatismo, revelando el nuevo diseño en su piel.

Harry se quitó la chaqueta lentamente, disfrutando el suspenso que creaba entre la multitud. Las luces del escenario parpadeaban, iluminando el brillo en sus ojos. Cuando finalmente reveló su brazo, todos pudieron ver el tatuaje que había mantenido oculto hasta ese momento: un ancla, fresca en su piel, con la tinta todavía algo rojiza.

—Aquí está —dijo, señalando el tatuaje con una sonrisa tímida pero llena de orgullo—. Me lo hice recientemente... es un ancla. Algo que significa mucho para mí.

El público respondió con gritos y aplausos, pero Harry solo miraba hacia un punto específico entre la multitud, como si alguien más supiera el verdadero significado detrás de esa ancla. No era solo un símbolo cualquiera; representaba algo profundo, una promesa de estabilidad y conexión.

—Es un recordatorio... de que siempre necesitamos algo o alguien que nos mantenga firmes, incluso cuando las olas de la vida intentan derribarnos —continuó, su tono más suave y reflexivo—. Y bueno... tal vez ya hayan adivinado quién es mi ancla.

El público rugió nuevamente, algunos gritando el nombre de Louis, sabiendo bien que ese tatuaje llevaba consigo una historia de amor inquebrantable.

Harry sonrió, inclinando la cabeza hacia el micrófono—. No importa cuán lejos estemos o lo que pase, siempre estoy atado a mi ancla.

La multitud seguía vitoreando, y Harry se tomó un momento para absorber la energía que lo envolvía. Sus ojos, brillando bajo las luces del escenario, reflejaban una mezcla de emoción y vulnerabilidad. El público había captado el significado del tatuaje, y aunque nadie dijo su nombre, todos sabían que Louis era el ancla de Harry.

—Es curioso cómo los tatuajes pueden ser tan personales pero, a la vez, contar una historia que todos compartimos —añadió Harry, todavía mirando su tatuaje—. Todos tenemos algo o alguien que nos da estabilidad, ¿verdad?

La audiencia asintió, respondiendo con gritos de aprobación y palabras de apoyo.

Harry sonrió y respiró profundamente antes de levantarse del borde del escenario.

—Así que esta próxima canción... —dijo, mientras se ajustaba el micrófono y miraba al público—. Quiero dedicársela a todos los que tienen un ancla en su vida, a todos los que han encontrado ese algo o alguien que los mantiene con los pies en la tierra.

Los primeros acordes de "Fine Line" comenzaron a sonar, y el público enloqueció. Harry cerró los ojos, conectándose profundamente con la canción, y su voz, dulce y llena de emoción, resonó a través del estadio.

A lo lejos, entre el tumulto de fans, Louis observaba desde un lugar discreto. Sus ojos se posaron en Harry con una mezcla de orgullo y amor, sabiendo que ese tatuaje en la piel de su alfa simbolizaba mucho más que una simple marca. Era una promesa silenciosa, una declaración de lo que compartían, algo mucho más fuerte que cualquier tormenta que pudiera venir.

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