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Capitulo 80 DIOS MIO

~❤️~

Harry estaba en problemas, y lo sabía. Después de todo, lo habían invitado a una entrevista crucial, seguida de una cena de gala para la promoción de su próxima película. No era algo que pudiera evadir fácilmente; era parte de su trabajo, su responsabilidad. Pero aun así, se sentía fuera de lugar, especialmente después de la conversación con Louis y la creciente presión de la industria.

Ahora, estaba allí, en esa elegante cena, rodeado de estrellas de cine y directores importantes. La entrevista había salido bien, superficialmente, pero la incomodidad persistía. En la mesa, frente a él, estaban Florence Pugh y Nick Kroll, dos de sus coprotagonistas. La conversación era animada y ligera, pero Harry no podía evitar sentir una especie de desconexión.

Florence, siempre amigable y observadora, lo miró de reojo y sonrió.

—Así que, Harry, ¿cómo te sientes con todo esto? —preguntó con curiosidad, inclinándose ligeramente hacia él—. La promoción, las entrevistas, todo el ruido...

—Sí, estás en todas partes últimamente —agregó Nick, riendo con su característico humor despreocupado—. La gente no para de hablar de ti.

Harry sonrió, aunque un poco tenso. Sabía que era parte del juego, pero últimamente, todo ese "ruido" lo estaba sobrepasando.

—Es... mucho, la verdad. A veces siento que es difícil encontrar un respiro —admitió, su voz algo más baja de lo usual.

Florence levantó una ceja, captando el peso en sus palabras.

—¿Difícil? —repitió, intentando comprender mejor lo que pasaba por la cabeza de Harry—. ¿A qué te refieres?

Harry se movió en su asiento, incómodo bajo el escrutinio amable de sus amigos. No quería hacer una escena ni mostrar sus verdaderas emociones en un ambiente tan público, pero no podía evitar sentir que estaba a punto de romperse.

—Solo... ya sabes, la presión. A veces es un poco abrumador —dijo, restándole importancia con una sonrisa forzada.

Nick asintió con empatía, pero Florence no parecía del todo convencida. Había algo en los ojos de Harry, una sombra que no podía ignorar.

—¿Estás seguro de que estás bien, Harry? —preguntó Florence suavemente, con un toque de preocupación genuina.

Harry inhaló profundamente, mirando el brillo de las luces reflejado en las copas de vino sobre la mesa. Quería estar bien. Quería sentirse como el Harry Styles que todos esperaban que fuera. Pero, en ese momento, lo único que deseaba era escapar.

Estar en su casa, con su omega... Esa era la única imagen que lo calmaba en ese momento. Pero entonces, de golpe, Harry se dio cuenta de algo que lo descolocó por completo: Louis nunca había conocido su casa en Londres. Su lugar seguro, su refugio, el único sitio donde sentía que podía ser él mismo, estaba fuera del alcance de la persona que más amaba.

La cena continuaba a su alrededor, pero Harry estaba perdido en sus pensamientos. Su casa en Londres era más que un simple apartamento, era un espacio lleno de su esencia, su historia, los recuerdos de las noches tranquilas después de los tours y los días lluviosos donde simplemente se refugiaba en su música o en sus libros. Y Louis no había estado allí. No había visto ese rincón del mundo que era tan íntimo para él.

"¿Por qué no se lo he mostrado?" se preguntó Harry, sintiendo una mezcla de arrepentimiento y urgencia. Quizás había sido el miedo a exponer una parte tan vulnerable de sí mismo. Pero ahora, más que nunca, deseaba que Louis estuviera a su lado, recorriendo cada rincón de ese espacio, haciéndolo suyo también.

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