Epilogo

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La boda se concretó casi un año después, en su villa en Italia, su hogar. El lugar era un sueño hecho realidad: situado frente a la playa, con la brisa marina acariciando suavemente las pieles de los invitados. El sol se filtraba a través de los árboles de olivo, creando un mosaico de luces y sombras sobre la arena. A lo lejos, el murmullo de las olas acompañaba el murmullo alegre de la pequeña reunión.

La decoración era simple pero elegante. Guirnaldas de flores frescas adornaban las sillas, y los caminos de pétalos blancos se extendían desde el altar hasta la orilla del mar. Mesas decoradas con manteles de lino blanco estaban dispuestas en un rincón, con centros de mesa que incluían pequeñas plantas suculentas y velas que parpadeaban suavemente con la brisa.

Los arreglos florales eran una mezcla de rosas blancas y lilas, con toques de eucalipto que aportaban un aroma fresco y natural al aire. Una gran arcos de flores enmarcaba el altar, hecho de madera reciclada, donde Harry y Louis intercambiarían sus votos. El sonido de la música suave llenaba el ambiente, contribuyendo a la atmósfera mágica del día.

Oliver, vestido con un pequeño traje que parecía sacado de un cuento de hadas, se movía entre los invitados, su risa resonando alegremente. Era difícil creer que apenas había dado sus primeros pasos, ya que ahora parecía disfrutar cada instante, observando con curiosidad a su alrededor.

El día de la boda, Harry se sintió nervioso al vestirse. Se puso un traje ligero de lino que complementaba el ambiente del lugar, mientras Louis, que lo esperaba en la playa, sonreía con una mezcla de amor y alegría. Cada uno sabía que ese era el momento que habían estado esperando, el sueño que se estaba haciendo realidad.

Cuando Louis apareció, con su cabello castaño brillando bajo el sol y una sonrisa que desbordaba amor, el corazón de Harry dio un vuelco. La frescura de la brisa marina contrastaba con la calidez de su mirada, y Harry sintió que cada nervio se desvanecía. Louis llevaba una camisa blanca sin mangas y pantalones cortos de lino, perfectamente adaptados al ambiente.

La ceremonia fue breve pero llena de significado. Las olas rompían suavemente en la orilla, marcando el ritmo de sus corazones mientras intercambiaban sus votos. Cada palabra resonaba con la promesa de un futuro juntos, de ser la familia que siempre habían querido ser. Harry miró a Oliver, que aplaudía con entusiasmo, como si también supiera lo especial que era ese momento.

La luz del atardecer comenzaba a bañar todo en tonos dorados y naranjas, creando una atmósfera mágica. Cuando finalmente se dieron un beso, el aire se llenó de vítores y aplausos de sus seres queridos, creando un eco de amor que resonaría en sus corazones para siempre.

Harry observó a su alrededor, a los rostros felices de sus amigos y familiares, y se sintió abrumado por la gratitud. Había encontrado su hogar en Louis, en Oliver, y en cada pequeño instante compartido. Esa boda, aunque modesta, era la celebración de un amor que había crecido y evolucionado, y estaba listo para enfrentar todo lo que el futuro les deparara. La fiesta continuó con risas, brindis y música, mientras el cielo se llenaba de estrellas, testigos silenciosos de un amor eterno.

-¿Cómo se encuentra, señor Styles?- murmuró Harry, tomando la cintura de su ahora esposo, disfrutando del suave roce de su piel bajo la luz de la luna. Louis se giró hacia él, sus ojos brillando con una mezcla de amor y alegría.

-Increíble- respondió Louis, su voz casi un susurro, mientras se inclinaba un poco hacia Harry, como buscando el calor de su cuerpo. -No puedo creer que finalmente estemos aquí. Es todo lo que siempre quise.

Harry sonrió, sintiendo cómo la felicidad se expandía en su pecho. No era solo el lugar, ni el momento, sino el significado de todo lo que habían construido juntos.

-¿Y tú?- preguntó Louis, apoyando su frente contra la de Harry. -¿Listo para enfrentar esta nueva aventura juntos?

-Siempre- respondió Harry, su tono firme y lleno de amor. -No puedo imaginar a nadie más a mi lado. Eres mi todo, y no puedo esperar para comenzar este nuevo capítulo contigo y Oliver.

Louis sonrió ampliamente, dejando que sus dedos recorrieran el rostro de Harry, acariciando su mejilla.

-Nos espera un futuro brillante- dijo, sintiendo una profunda conexión entre ellos. -Te prometo que haré todo lo posible para que cada día sea especial.

-Y yo te prometo que siempre estaré aquí para apoyarte- Harry bajó su mano, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Louis, sintiendo cómo sus corazones latían al unísono. -Hoy comenzamos una nueva vida, y estoy emocionado por lo que está por venir.

-¿Te parece si hacemos un brindis por eso?- sugirió Louis, con un brillo travieso en sus ojos. -Porque estoy seguro de que hay mucho que celebrar.

-Me parece una gran idea- respondió Harry, soltando a Louis por un momento para buscar sus copas de champagne. Mientras se preparaban para brindar, la brisa marina jugaba con sus cabellos y las risas de sus amigos resonaban a su alrededor, creando un ambiente mágico que parecía sacado de un sueño.

-Por nosotros, por nuestra familia, y por todos los recuerdos que aún nos quedan por crear- dijo Harry, levantando su copa con una sonrisa radiante.

-¡Salud!- exclamó Louis, sus ojos llenos de amor mientras chocaba su copa con la de Harry.

El tintineo del vidrio resonó en el aire, marcando el comienzo de su nueva vida juntos, mientras el sol se ocultaba en el horizonte y las estrellas empezaban a brillar, iluminando la promesa de un futuro lleno de amor y felicidad.

Erotic MelancholiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora